“La mejor respuesta a la crisis es colectiva”

El teólogo reta a las iglesias evangélicas a superar rivalidades o énfasis exclusivistas para dar una respuesa coordinada a las necesidades sociales.

MADRID · 01 DE MAYO DE 2013 · 22:00

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Samuel Escobar recibe un grabado de Miguel Elías, durante el encuentro de Adece. / Marina Acuña

En una de las conferencias programadas durante el encuentro de escritores y comunicadores evangélicos, el teólogo Samuel Escobar recordó la importancia de la unidad entre iglesias para responder ante las necesidades de la sociedad. La conferencia afrontaba principalmente el asunto de la respuesta ante la crisis. Escobar admitió que últimamente ha tenido que tratarlo en varias conferencias en España, lo que es una evidencia del interés sobre cómo responder a una situación prolongada en los últimos años y que no muestra signos de recuperación. Para el teólogo peruano, afincado en Valencia, la respuesta evangélica ante la necesidad de la sociedad se puede rastrear en la historia del protestantismo en España. Entonces, los misioneros que llegaban en el siglo XIX a Galicia o Barcelona no tenían problemas “teológicos” para asumir que debían beneficiar a sus semejantes. Así se fundaron escuelas, hospitales y hogares para niños, que dejaron una huella y un testimonio impactante. HISTORIA Y DEBATE TEOLÓGICO A continuación, Escobar explicó por qué la teología conservadora, a principios del siglo XX, comenzó a evitar hablar de obra social, como respuesta a la polémica que había entre éstos y las teologías más liberales. Se produjo dentro de la obra misionera evangélica un efecto de “péndulo” en el que las misiones comenzaron a invertir todos sus recursos sólo en lo que consideraban “evangelización”: literatura, actos evangelísticos... pero se fue abandonando la ayuda a las necesidades específicas que se presentaban en el destino. A partir de los años 60 serán los teólogos evangélicos latinoamericanos, sobre todo Samuel Escobar y René Padilla – junto a africanos y asiáticos – quienes comienzan a recuperar la idea de que la Biblia clama por justicia, y es necesario recordar el énfasis en “que el evangelio es integral”. Escobar recordó el importante efecto que ha tenido en este sentido la Declaración de Lausana, un congreso sobre evangelización que, en su documento final decía que “toda persona tiene una dignidad intrínseca. Nos arrepentimos por concebir la evangelización y la preocupación social como cosas que se excluyen mutuamente (…) Nuestra responsabilidad social es necesaria dentro de nuestro andar cristiano y (…) el que nace nuevo en Cristo debe difundir la justicia del mismo en un mundo injusto”. LO QUE QUEDA POR DELANTE @MULT#DER#59149@Considerando la situación actual, el teólogo cree que hay “avances” reconocibles en la respuesta de los evangélicos a la necesidad. “Cuando vine a vivir a España en el 2001 fue notable ver como las iglesias respondieron de manera espontánea y sin grandes debates al problema de los inmigrantes. Por ejemplo en Misión Urbana y otras entidades. Fue una respuesta parecida a la de fines del XIX”, decía Escobar. Además enfatizó que la sociedad nota este beneficio, siendo reconocido “en los estudios que el Ministerio de Justicia – a través de Pluralismo y Convivencia – está publicando, en los que sociólogos que no tienen este credo entienden la importancia que la iglesia evangélica tiene para la integración de este colectivo”. Como retos para el futuro inmediato, Escobar comenzó señalando que los proyectos “deben ser gestionados con eficiencia.No sólo es mover a la compasión, porque una parte importante del testimonio está en gestionar y administrar el dinero que es donado, manteniendo un nivel alto de calidad y transparencia”. También expresó que los recursos que provienen del Estado “se pueden usar legítimamente porque los ciudadanos evangélicos tienen derecho a ello. La iglesia, al participar en proyectos, está haciendo uso de recursos que le pertenecen para ayudar al país”, pero a la vez recordó que “no se debe usar la ayuda social para fines proselitistas. La ayuda no se puede limitar a un compromiso eclesial”. Además recomendó desarrollar no sólo ayuda básica, sino programas que sirvan para la formación de las personas, de modo que sean capaces de mejorar y no postergar la situación de necesidad. “Por ejemplo, Misión Urbana en Valencia tiene un servicio para documentar a personas para ayudarles a encontrar trabajo”, contaba Escobar. Finalmente, apuntó a que las iglesias evangélicas se unan para dar ayuda. “La mejor respuesta es colectiva, la que se da cuando las iglesias colaboran. Por encima de celos o revanchas personales, las iglesias se pueden ponen de acuerdo para servir al prójimo” juntos en el mismo sentir. Como mensaje específico para los comunicadores, Escobar les recomendó apoyar la labor social de las iglesias, sobre todo “contando la historia” de quienes están obrando para el bien de la sociedad. Y recordó que el compromiso máximo es con la verdad, aún ante las presiones que puedan venir: “hemos de reconocer que el cristiano teme a Dios, honra a las autoridades, pero cuando tiene que decir la verdad, la dice”.

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