EL PAÍS aborda las conversiones entre religiones en un amplio reportaje

Del judaísmo o del catolicismo a la Iglesia evangélica. Del cristianismo al islam. Del islam a la fe bahaí. Viajes espirituales que históricamente han provocado intransigencias y todavía hoy suscitan conflictos sociales. Este es el contenido de un reportaje titulado “Cuestión de fe” que el diario “El País” trata en su sección de EPS (El País Semanal, Quino Petit) sobre la historia de personas que un día decidieron cambiar de credo. Sin duda este reportaje expone el interés que el pluralismo reli

MADRID · 13 DE AGOSTO DE 2007 · 22:00

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Si lo desea, puede aquí leer o descargarse en pdf el reportaje completo. EPS: “CUESTIÓN DE FE” Cambiar de credo. De rito. De postulados. Conversiones que tuvieron su periodo de auge en la Península durante los siglos XIV y XV, cuando los judíos y los musulmanes que permanecieron en territorio ibérico tras la expulsión se vieron obligados a aceptar la fe de los monarcas de Castilla y Aragón para sobrevivir. Para huir del estigma en un territorio unificado políticamente por los Reyes Católicos a través de la religión. Conversiones que evocan los trágicos episodios de represión inquisitorial a protestantes durante la Contrarreforma, algunos de ellos recopilados por Miguel Delibes en El hereje. "Sin olvidar la represión franquista contra todo lo no católico en general, y lo protestante en particular", apunta el teólogo católico Enrique Miret Magdalena. ¿Y hoy? ¿Qué puede llevar a una persona a buscar calor espiritual en una parroquia diferente a la que ha venerado por tradición o por devoción? "Pulverizada tras la dictadura la identificación entre hispanidad y catolicidad, el flujo de unas religiones a otras se ha normalizado en España. En buena medida se produce desde la Iglesia católica hacia confesiones minoritarias, donde los fieles encuentran una atención más personalizada a sus inquietudes. Donde se insiste menos en el cumplimiento de determinadas normas y se fomenta el encuentro y el intercambio de experiencias. La libertad para hacerlo sin tener que apostatar, también juega como elemento a favor", argumenta Juan José Tamayo, director de la Cátedra de Teología y Ciencia de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid. El dato sobre la diversidad de religiones en España publicado con mayor insistencia, citando en ocasiones al Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, sitúa en torno al 7% los españoles que profesan una fe distinta a la católica. Pero desde esta Iglesia niegan a considerar una fuga de fieles. El director de la Oficina de Estadística y Sociología de la Iglesia, Jesús Domínguez Rojas, prefiere, por el contrario, hablar de un aumento en el número de bautismos. "Las diócesis registraron 279.309 en 1996, mientras que en 2005, la cifra alcanzó los 313.262". En nueve años, el ascenso se torna cuanto menos tímido. Algo que Domínguez achaca al descenso paulatino de la natalidad. ¿Pero y el número de nuevos católicos por convicción? "De los 313.262 bautizos de 2005, más de 8.000 correspondieron a personas mayores de siete años, que englobarían sobre todo a nuevos católicos llegados tras un periodo de reflexión. Son los que podríamos considerar como conversos al catolicismo durante ese año". Cifras todas que, al fin y al cabo, sólo manejan las propias confesiones, ante la inexistencia de un registro oficial en España. Algunos sociólogos, tradicionalmente opuestos a un archivo de estas características por su posible asociación con "listas negras", empiezan ahora a considerarlo interesante, ante la pluralidad de confesiones y el interés creciente por obtener un mapa medianamente fiable de la realidad espiritual de España. De existir tal registro, podrían acreditarse valoraciones más allá de las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas -que siguen considerando católica a cerca del 80% de la población española- o los estudios y memorias de fundaciones como la de Pluralismo y Convivencia o la de Santa María. Pero como insisten desde la Dirección General de Asuntos Religiosos, la posibilidad de crear un registro de estas características ni se contempla, en arreglo al derecho constitucional de libertad religiosa. A la hora de inscribirse en el Registro de Entidades Religiosas, a las comunidades no se les requiere informar sobre su número de fieles. La única orientación posible consiste por tanto en atender los cálculos de las confesiones. Una pescadilla que se muerde la cola cuando esos mismos números son los que también ayudan al Estado a la hora de valorar la concesión de categorías de notorio arraigo a una religión o estimar la posibilidad de su inclusión en la casilla del impuesto de la renta sobre las personas físicas (IRPF). En materia tributaria, la noticia saltó en el mes de mayo: el Estado había iniciado contactos con representantes de la Iglesia evangélica para su inclusión en la casilla del impreso del IRPF. Era el anuncio de un nuevo cisma en el seno del protestantismo, entre partidarios de la apertura a las relaciones económicas con el Estado y los que se decantan por la independencia. "A mí me entristecería aparecer reflejado en esa casilla", reconoce Pedro Tarquis, director de Protestante Digital y converso desde el catolicismo. Implicaría abandonar la separación de nuestra Iglesia con el Estado". Desde la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, su portavoz, Jorge Fernández, argumenta que el debate no ha impedido alcanzar un consenso para entablar relaciones futuras con las instituciones. "Si bien la inclusión en esa casilla quedaría excluida de la posibilidad de financiar la Iglesia con fondos públicos", matiza. Sai Schemer, de origen judío, forma parte de los 1,2 millones de seguidores de la fe protestante en España. Prefiere mantenerse ajeno al debate de la financiación y jugar un papel activo en la Iglesia evangélica. Como maestro bíblico, su ministerio es "móvil". Pero suele frecuentar la madrileña iglesia Cuerpo de Cristo, levantada sobre un antiguo cine de la madrileña calle del General Ricardos. Su evolución partió del judaísmo mesiánico. Una corriente que le permite no renegar de sus costumbres judías. Las observa en privado y hoy se declara plenamente evangélico. "He llegado hasta aquí mediante un perfeccionamiento del judaísmo". Sai nació en Argentina en 1959. Descendiente de judíos rusos y alemanes, se crió bajo la influencia de su abuelo, rabino de una sinagoga de Buenos Aires. Perdió a su padre cuando tenía 15 años. "La muerte me suscitó preguntas. Empecé a estudiar las raíces de la fe judía y viajé con frecuencia a Israel durante largas temporadas". Después regresó a Argentina, donde contrajo matrimonio con una protestante. "Le pedí que se acercara al judaísmo. Y ella lo hizo. Al poco tiempo, un hombre me habló de la fe evangélica y decidí estudiar el Nuevo Testamento. Encontré la fe. La paz". Pasaron los años y se bautizó, alcanzó el grado de maestro y comenzó a predicar. Primero en países latinoamericanos, y después, en España, donde vive con su esposa y sus tres hijos desde 2001. "La situación económica favorable había alejado a mucha gente de Dios en este país. Dios es aquí el ladrillo. Y sí, vivo del Evangelio; del Evangelio se puede vivir con mucho recato". -¿Y aquellas preguntas sobre la vida y la muerte? -Algunos encuentran explicación a la muerte mediante el psicoanálisis; yo lo hice a través de la religión. PROTESTANTE DIGITAL COMO REFERENTE No podemos dejar de resaltar que un medio como “El País” haya elegido como fuente de una de las opiniones protestantes al director de Protestante Digital, por considerar a este medio como un referente social del protestantismo español (así lo expresaron al llamar para la entrevista). Que se escuche a la FEREDE, con su papel de interlocutor ante el Estado, es lo normal. Pero que un medio digital religioso, dependiente de una entidad como la Alianza Evangélica Española, sea incluido por su relevancia social supone algo nada habitual. De hecho, no se ha consultado en otras confesiones ninguna opinión fuera de las individuales, ni suele aparecer medio alguno como referencia a la hora de opinar.

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