Identidad y pluralidad: la falsa tolerancia es la virtud del hombre sin convicciones, dice Pedro Tarquis

Pedro Tarquis, director de `Protestante Digital´, manifestó la importancia de mantener el equilibrio entre identidad y pluralidad en la iglesia evangélica. En este sentido, entiende que la pluralidad incluye la tolerancia pero en el aspecto de respeto al otro, nunca en tener que “aceptar todo o no estar en contra de nada en el campo de las ideas”.

MADRID · 12 DE JUNIO DE 2006 · 22:00

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Tarquis ha manifestado en una entrevista en eMision su opinión frente al mal de la imposición de un permisivismo forzoso, tanto en la sociedad como en la iglesia evangélica actual. Opinión ya manifestada en el Editorial de la pasada semana de esta revista con el título de “Fundamentalismo tolerante”. En este sentido, aclaró que la identidad evangélica o protestante supone rechazar ideas de corrientes que le son ajenas, pero también otras que surgen dentro del seno del propio protestantismo, ya que la tolerancia no puede ser un “aceptarlo todo como si la aceptación fuese un bien absoluto”. En España, opinó, en la época del nacionalcatolicismo la persecución hizo que la identidad protestante fuese defender lo que no éramos: “no éramos católicos, ni afines al régimen, ni defensores de la moral única”, pero en la libertad de hoy en día existen “muchas corrientes muy dispares en la búsqueda de nuestra identidad”. Hoy en día, cree, hay corrientes que diluyen las bases y valores fundamentales de la fe cristiana protestante. “No podemos confundir la tolerancia con aceptar cualquier idea. El problema es que hoy en día, ni en la sociedad ni en la iglesia, se asume la necesidad de poner los límites, algo de lo que se aprovechan quienes quieren que no exista ningún tipo de límites” (éticos, morales). “La tolerancia es la virtud del hombre sin convicciones”, dijo C.S. Lewis. En este sentido Tarquis opina que existe una superficialidad en la vida actual que lleva a que esta idea sea cierta. Pero junto a esto, añade, “se encuentran quienes tienen convicciones, pero para que se acepten defienden que todo es válido, de manera que `contagian´ por la pasividad a quienes aceptan esta práctica sin definirse. Esto es algo que se está dando en la sociedad y en el propio seno de la Iglesia evangélica. Nadie quiere problemas, y esto hace que no se defiendan las ideas o que no se quieran tener ideas o convicciones firmes”. Esta idea equivocada, dice Tarquis, no coincide con la Biblia, en la que vemos personajes que lucharon, sufrieron y se enfrentaron a quienes le rodeaban con tal de afirmar y no negar el mensaje de la Biblia; incluyendo al propio Jesús. “Desde luego, desde el respeto a la persona”, enfatiza. De hecho, opina Tarquis, es importante que los principios de la “Sola fe, sola gracia y sola Escritura”, deben ir unida a una ética como resultado. Y las mismas palabras llevan a personas que se definen como evangélicas a posturas muy opuestas en aspectos básicos, como ocurre con el protestantismo y el catolicismo” concluye Tarquis en su entrevista. Pueden escucharla completa AQUÍ (4’8 Mb)

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