La fe cristiana es lo que hizo sobrevivir a Johnny Cash

John Cash fue americano, con una historia turbulenta, de la América profunda, que acaba de ser llevada al cine con el título de “En la cuerda floja”. Tuvo una vida muy agitada, fue realmente un superviviente de lo que fueron los años 60-70 en EEUU. Pero su educación y experiencia en la fe cristiana es lo que le ayuda a sobrevivir, dice el periodista y teólogo José de Segovia, tanto en un artículo en Protestante Digital como en una entrevista en eMision.

Madrid · 06 DE FEBRERO DE 2006 · 23:00

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Cash es un chico de iglesia, criado en una granja rural. Pertenece a la Iglesia de Dios, una de las iglesias pentecostales que surgen a primeros de siglo en EEUU. Era una familia con grandes vinculaciones con la iglesia. Lo refiere De Segovia en su artículo semanal de mARTEs en Protestante Digital, titulado “Johnny Cash, en la cuerda floja” Además él va con mucha frecuencia. Cash pertenece a la primera generación del rock en EEUU. Es cierto que él dice que lo único que le interesaba de la iglesia era la música, “pero es tan cierto que tuvo una verdadera conversión, si bien es difícil dar una fecha exacta”, dice José de Segovia. Lo que está muy claro es que “la conversión de su hermano le marca profundamente. Pero no le libra de lo que era la vida de un joven en aquella época en EEUU (sexo, drogas)”. Junto a él surgen en estos años muchos músicos de rock y jazz de origen evangélico, de las iglesias (Elvis Presley sin ir más lejos). Pero la dificultad de vivir la vida de iglesia les hace romper a muchos de ellos, refiere José de Segovia. En concreto, a Cash el servicio militar en Alemania le hace romper en profundidad con su fe. Atraviesa muchas crisis en su vida, si bien una de las más profundas es la de los años 70, a raíz de su problemática con las drogas. Su segunda esposa, Joan Carter, tuvo mucho que ver en su arraigo en la fe en Jesús. Ella viene de una familia de tradición en el gospel. En su crisis en los años 70 ella le ayuda mucho y sobrevive gracias a ella. “Sus crisis y redescubrimiento de la fe se ve reflejada en sus canciones. Sobre todo la influencia del góspel”, cuenta De Segovia. “Su vida es un ejemplo de la dificultad de vivir la vida cristiana en ese mundo. Tiene grandes luchas. Es la misma lucha que hoy tiene mucha gente ante la fama o la ambición en el trabajo que están antes que Dios”. En su libro autobiográfico “El hombre vestido de negro” Cash es “totalmente transparente, honesto, claro como la vida misma. Su leguaje es real, no manido y religioso. Su dedicatoria emocionante: `A los que han fracasado en la fe…”. La sensación de fracaso como cristiano aflora en todo su libro. “No cabe duda que fue un creyente sincero pero lleno de dificultades. Por otro lado también se palpa la obra del Espíritu. Y de la iglesia a la que vuelve finalmente. El reconoce lo que ha perdido en el camino, entre otras cosas precisamente la vida de iglesia, la comunión con otros creyentes y reconoce que esto lo debilitó grandemente”, concluye De Segovia. Cash reconoce su vulnerabilidad, dice De Segovia, “pero también redescubre y reconoce a Dios en medio de su debilidad. La fe no es una decisión emocional para él, Dios es ante todo un Dios personal y cercano, que es el que Él vuelve a encontrar. El ve la luz al final de su túnel”. El final de su vida está lleno de enfermedades secuelas de sus desórdenes, pero plenamente consciente de Dios y de su amor. Pueden escuchar la entrevista en audio pulsando AQUÍ (4MB)

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