Ninguna institución es la Iglesia

La Iglesia, la de Dios, está más allá de organizaciones e instituciones. Hay Iglesia en muchas instituciones y ninguna institución es la Iglesia.

Jaume Llenas

22 DE MAYO DE 2018 · 12:00

Aaron Burden / Unsplash,bosque dron, otoño árboles
Aaron Burden / Unsplash

En ocasiones confundimos unidad con pertenencia a las mismas instituciones.

Las instituciones no producen unidad, como mucho la visibilizan.

En otros casos, ni siquiera eso. La unidad cristiana se basa en:

1- La unidad de Dios. Al haber un solo Dios hay una sola Iglesia. La cuestión es si pertenecemos a esa sola Iglesia o no. Al estar en Cristo, por la gracia, por la fe, formamos parte de la Iglesia de Dios, la única. A la vez, en la divinidad hay diversidad de personas, ello nos da la idea de que la unidad no es necesariamente uniformidad.

2- La unidad no la producimos nosotros. La Biblia siempre habla de la unidad del Espíritu. La produce Dios por su Espíritu y a nosotros se nos dice que nos esforcemos en guardarla. En este sentido, la unidad es espiritual y nunca institucional. El riesgo es creer que hay instituciones que son la Iglesia.

3- La unidad se preserva con actitudes morales concretas. La Biblia habla de la mansedumbre, de la humildad, de paciencia, de tolerancia y de amor. Sin ellas la unidad no se puede preservar. 4- La unidad requiere de una sola fe (Ef. 4:5).

4.- Debemos entender que no es llevar el mismo nombre, sino compartir el mismo Dios y la misma fe. Eso significa un depósito de fe común en lo esencial. Hay espacio para la discrepancia en aquello que no afecta a la salvación.

En Efesios 4 después de haber dicho 7 veces "un solo...una sola..." dice a continuación: "pero a cada uno..." La unidad exige diversidad, pero cuando lo central de la fe no es reconocible el uno por el otro, estamos fuera del territorio en el que la unidad es posible.

 

En ocasiones hay personas que toman decisiones según su conciencia, después de una larga reflexión y consideración de aquello que según sus criterios es lo correcto. Evolucionan desde las posiciones históricas del cristianismo a otra comprensión de las Escrituras y por ello también sus posiciones morales cambian.

Ello no significa que los que no toman esas posturas tengan que desplazarse con ellos. Ambos están siendo coherentes con su entender de las Escrituras, ambos están siendo sinceros, pero no es necesario, no es exigible, que sigan perteneciendo a organismos que no desean hacer ese desplazamiento.

Cuando no nos sentimos identificados con la visión de un determinado organismo, es quizás el momento de plantearse pasar a otro que tenga una visión de la fe que nos parezca más acorde a las Escrituras.

La Iglesia, la de Dios, está más allá de las organizaciones y de las instituciones.

Ninguna institución, Iglesia, etc. es la exacta representación de la Iglesia de Cristo. Hay Iglesia en muchas instituciones y ninguna institución es la Iglesia.

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