De (homo)filias y (cristiano)fobias
En el Día del Orgullo Gay hacemos una reflexión breve políticamente incorrecta sobre la homofobia en forma de preguntas ¿con respuesta?
17 DE MAYO DE 2016 · 13:00
Decimos no a la homofobia en el sentido de cualquier agresión, insulto o ataque personal a alguien por su orientación sexual.
Pero también decimos no a que esto signifique caer en un pensamiento único en el que se admita la visión monolítica favorable a la práctica homosexual como un hecho ideal y positivo y a promocionar en el contexto social, sin poder disentir con respeto de esta idea.
Hasta el punto de que se condene a cualquier disidente de este pensamiento políticamente correcto como homófobo, y por lo tanto a perseguir en nombre de la tolerancia.
Por ello, lanzamos algunas preguntas al caso.
Si soy vegetariano, y creo que es mejor no comer animales ¿soy carnófobo?
Si defiendo la fidelidad en el matrimonio, y por lo tanto no me parece bien el adulterio, ni la promiscuidad sexual ¿soy heterófobo?
Entonces, ¿por qué si entiendo como cristiano que la Biblia contempla el matrimonio como sólo entre un hombre y una mujer, y no entre dos personas del mismo sexo, soy homófobo?
¿No será que se castiga al que no es homófilo?
¿No será que estamos cayendo en el pensamiento correcto único y la disidencia se persigue como intransigencia y con intransigencia?
¿No será que estamos confundiendo relativismo con fundamentalismo relativista?
¿No será que, en el fondo, lo que existe es sencillamente cristianofobia?
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Editorial - De (homo)filias y (cristiano)fobias