MORENA y Encuentro social: la alianza religiosa de 2018

En esta historia, aún quedan muchos capítulos por escribirse, puesto que los sectores evangélicos, representados o no por partidos como el PES, seguirán reclamando su tajada de poder en los próximos años.

26 DE OCTUBRE DE 2018 · 09:00

Andrés Manuel López Obrador,en el centro, y Hugo Éric Flores, a la derecha, en la firma de la alianza electoral. ,
Andrés Manuel López Obrador,en el centro, y Hugo Éric Flores, a la derecha, en la firma de la alianza electoral.

Versión modificada de la ponencia presentada en el panel Religión y Política en América Latina, Fraternidad Teológica Latinoamericana, Ciudad de México, 24 de octubre de 2018

En Morena hay millones de católicos, millones de evangélicos de todas las denominaciones y libres pensadores, estamos unidos, porque queremos la transformación del país, pero somos respetuosos de las libertades, por eso esta alianza es muy importante.[1]

Andrés Manuel López Obrador

 

LOS DATOS DE LAS ELECCIONES FEDERALES

Ante la cercanía de la toma del poder por parte de Andrés Manuel López Obrador (“el mesías tropical”, tal como lo bautizó Enrique Krauze en 2006), candidato triunfante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se impone hacer diversos balances y análisis. Uno de ellos tendría que ver, obligadamente, con el acuerdo político que lo proyectó hacia la Presidencia de la República. El 13 de diciembre de 2017 firmaron una alianza electoral los partidos del Trabajo, Morena y Encuentro Social (PES). El último, según se consideró, fue el que obtuvo mayores beneficios: “Morena tendrá 150 distritos electorales federales, que corresponden a espacios de mayoría relativa para la Cámara de Diputados y 32 distritos para el Senado de la República. De acuerdo con Hugo Éric Flores, presidente del PES, a su partido le corresponden 75 distritos federales para la Cámara de Diputados y 16 para la de senadores. El PT tendrá también 75 distritos electorales federales y 16 para la Cámara de Senadores de mayoría relativa”, todo ello como máximo.[2] Este jugoso acuerdo redundó, luego de las elecciones, en un suceso absolutamente inédito en el México moderno: 30 millones de votos para el candidato presidencial de Morena, de los cuales poco más de millón y medio fueron por parte del PES. No obstante, este partido no alcanzó el porcentaje mínimo para mantener su registro, aun cuando obtuvo 55 diputados y 7 senadores.[3] Ante esa situación, el PES no cuenta con una bancada propia en ninguna de las dos cámaras, por lo que varios de sus legisladores se han sumado a Morena, quedando con 31 en la de Diputados.[4]

Este rápido panorama estadístico permite apreciar que las predicciones de los analistas se cumplieron sólo parcialmente y que la presencia evangélica en las elecciones fue, efectivamente, sobrevalorada por los propios dirigentes del partido de corte confesional, puesto que sus proyecciones tomaban en cuenta que mantendría el registro y, siendo una fuerza adicional en el Congreso, podría presentar iniciativas propias, lo que le ha sido vedado. Su dirigente, el diputado saliente Hugo Éric Flores Cervantes, (que en su primera participación en el congreso hace 3 años anunció que, gracias al PES, “Dios regresaba a la vida pública del país”[5]) antes de las elecciones trató de revertir la imagen de conservadurismo que lo liga a otras expresiones políticas evangélicas en América Latina,[6] y que le granjeó un fuerte rechazo entre el electorado.

 

Hugo Éric Flores después de las elecciones del pasado 1 de julio.

Lo cierto es que, al seguir minuciosamente la huella del PES desde sus inicios como agrupación política nacional, se puede constatar mucho de lo proyectado por observadores ligados al mundo evangélico, entre otros Jean-Pierre Bastian (con sus estudios sobre los partidos evangélicos) y José Míguez Bonino (en su ya clásico volumen Poder del evangelio y poder político), quienes desde 20 años atrás advirtieron acerca de la explosión política de estos movimientos religiosos. Míguez hablaba de las tres tentaciones políticas para el mundo evangélico: utilizar el poder al servicio de la iglesia (lo mismo que siempre han criticado estas iglesias al catolicismo), la ilusión de que los creyentes son incorruptibles y creer que basta con ser honestos y bienintencionados para ser buenos cristianos en la vida política. Destacaba, además, que quien entre a la arena política con el membrete de “cristiano”,debe saber lo que hace. Esto, porque al político creyente no se le puede perdonar lo que a los demás se les exige todo el tiempo: profesionalismo, conocimiento y experiencia. Y concluía duramente: “Si no lo hacemos, resultaremos ‘idiotas útiles’ (o tal vez, peor aún, ‘inútiles’) de cualquier tipo de tendencia a la que nos afiliemos y responsables de sus resultados”.[7]

 

Panel sobre religión y política en América Latina.

ADIÓS A LA INOCENCIA Y LA INGENUIDAD

Luego de un cuarto de siglo de aprobados los cambios constitucionales en materia religiosa, los contingentes evangélicos han pasado del triunfalismo más desconectado de las realidades políticas al realismo casi cínico, consciente de sus alcances estadísticos, pasando por otros estados intermedios.[8] La teoría política, afortunadamente, tiene previstos prácticamente todos los escenarios posibles y, ante los precedentes de otros países latinoamericanos, la sorpresa disminuye bastante. Estrictamente hablando, el PES no es más que una agrupación política oportunista surgida de la mente de algunos líderes evangélicos que han experimentado el desgaste de las ideologías y ahora se sirven de ello para ocupar espacios de poder, real o simbólico, que están a su disposición y que pretenden legitimar con la fuerza numérica de las comunidades que aparentemente lo respaldan. En palabras de Bastian (escritas hace 20 años), surge entre estos grupos, transformados en agentes políticos, una “política de la mediación”:

Con la multiplicación de actores religiosos en competencia surge la posibilidad de un neocorporativismo societal donde el intermediario religioso podría transformarse en mandatario. A la vez, la crisis de legitimidad que experimentan los partidos políticos tradicionales les obliga a entrar en competencia con nuevas organizaciones políticas; por ejemplo, con las partidistas confesionales evangélicas y pentecostales. […] Estas nuevas sociabilidades religiosas permiten organizar unas nuevas redes de solidaridad y, al articularse con organizaciones políticas confesionales, tienden a tomar a su cargo la expresión de reivindicaciones frente al Estado.[9]

El perfil ideológico de Encuentro Social dista mucho de ser un partido de raíz liberal, no solamente porque la actuación de sus dirigentes se muestra alejada de ese perfil sino porque la plataforma ideológica que pretender “vender” a la sociedad mexicana se encuentra instalada en la defensa de valores tradicionales. Así lo hicieron ver durante la campaña presidencial en la que se anunciaron reiteradamente como “el partido de la familia”, lo que lo acercó a las posturas tradicionales de la derecha católica. Asimismo, sus alianzas con prácticamente todo el espectro político (PRI, PAN, PRD, Morena)[10] ha mostrado que priva más el pragmatismo en su seno que la fortaleza de una orientación ideológica definida, no obstante su abierto rechazo discursivo a la misma. Al quedar del lado de la abierta protesta contra avances legales recientes (interrupción del embarazo o sociedades de convivencia, por ejemplo), su supuesto liberalismo queda en entredicho, pues esa bandera ideológica y cultural ha sido sustituida por las corrientes dominantes dentro del ala conservadora. Por eso es que llamó tanto la atención su alianza con el centro-izquierdista Morena, lo que fue visto como una especie de “traición” por algunos sectores evangélicos. Así discute el asunto Juan Carlos Romero Puga (quien, ciertamente, abusa del lenguaje bíblico):

En sus documentos básicos, Encuentro Social acusa a la izquierda de tener un discurso paternalista, ideas anticuadas y verdaderamente irrealizables para generar crecimiento y desarrollo económico. Quienes la conforman —dice— “no sólo denotan resentimiento social sino que lo promueven. […] La izquierda hoy polariza, divide, confronta, es un espejo de su propia realidad interna”. Por eso, a mediados de diciembre llamó la atención la alianza que concretaron el PES y Andrés Manuel López Obrador, la cual no sólo busca ganar la Presidencia para lograr el bienestar material, “sino también para buscar el bienestar del alma”.[11]

 

Portada del diario Reporte índigo, del 19 de diciembre de 2017.

Lo cierto es que la alineación del PES con las demás agrupaciones políticas evangélicas latinoamericanas es cada vez más evidente, especialmente al momento de que, en el posicionamiento ante el inicio del nuevo gobierno, ha dado fuertes evidencias de retomar la agenda y el discurso de quienes combaten activamente los logros en cuanto a la afirmación legal de los derechos de diversos grupos minoritarios. De ahí que resulte interesante el análisis de textos como el de Alejandro González Murillo, exdiputado del PES (relacionado familiarmente con el ex Procurador General de Justicia), “La Constitución de 1917 y el Partido Encuentro Social”, en el que juran lealtad a los postulados liberales de dicha Constitución: “Por ello, y en el marco de estos cien años de vida de la Carta Magna, nuestros cuatro principios ideológicos son más oportunos que nunca: fortalecimiento de la institución familiar; reforma al régimen democrático bajo pilares éticos; promoción de una ideología sustentada en las libertades individuales, pero que promueva intensamente las causas sociales, así como el propiciar la reconciliación y pacificación nacional”.[12]

Si se le compara con las feroces afirmaciones que contra el Estado laico vertieron algunos líderes religiosos en una reunión de campaña llevada a cabo en la ciudad de Puebla el 7 de junio de 2018, saltan a la vista las contradicciones: “En su participación, el evangelista y predicador Julio César Meléndez señaló que el concepto de laicidad y la separación entre el Estado y la iglesia se dieron ante los excesos en los que incurrían las organizaciones religiosas, sin embargo, los gobiernos también mostraron excesos, que son todavía mayores”.[13] En esta historia, aún quedan muchos capítulos por escribirse, puesto que los sectores evangélicos (a caballo entre el fundamentalismo y los riesgos del integrismo), representados o no por partidos como el PES, seguirán reclamando su tajada de poder en los próximos años.

 

Notas

1“¿Por qué Morena hizo alianza con el PES? ‘Por el bienestar del alma, dice López Obrador’”, en Animal Político, 13 de diciembre de 2017,www.animalpolitico.com/2017/12/morena-alianza-pes-bienestar-del-alma-dice-lopez-obrador/

2http://www.eluniversal.com.mx/elecciones-2018/firman-acuerdo-morena-pes-y-pt-para-ir-en-coalicion

3“Esto es lo que pasará con los diputados y senadores elegidos con partidos que pierden registro”, en Huffpost, 5 de julio de 2018,www.huffingtonpost.com.mx/2018/07/05/esto-es-lo-que-pasara-con-los-diputados-y-senadores-elegidos-con-partidos-que-pierden-registro_a_23475306/;y

4 Néstor Jiménez y Roberto Garduño, “Morena llega a 247 diputados; el PRI, tercera fuerza”, en La Jornada, 29 de agosto de 2018.

5Cf. L. Cervantes-O., “Hugo Éric Flores habla de Dios en la Cámara de Dipurtados”, en Protestante Digital, 3 de septiembre de 2015,

http://protestantedigital.com/cultural/37204/

Hugo_Eric_Flores_habla_de_Dios_en_la_Camara_de_los_diputados.

6Véase la entrevista con Bernardo Barranco en el programa Sacro y Profano del 

7J. Míguez Bonino, Poder del evangelio y poder político.La participación de los evangélicos en la vida política en América Latina. Buenos Aires, Kairós, 1999, p. 15.

8Cf. L. Cervantes-O., “Política y régimen constitucional de las iglesias. Mentalidades, discursos, acciones” [1995], en Lupa Protestante, 19 de junio de 2013,www.lupaprotestante.com/blog/politica-y-nuevo-regimen-constitucional-de-las-iglesias-mentalidades-discursos-acciones-1995/

9J.-P. Bastian, “Los nuevos partidos políticos confesionales evangélicos y su relación con el Estado en América Latina”, enEstudios Sociológicos, El Colegio de México, 1999, vol. XVII, núm. 49, p. 171,https://estudiossociologicos.colmex.mx/index.php/es/article/view/668/668.

10Cf. Imelda García, “Las andanzas del PES”, en Reporte Índigo, 19 de diciembre de 2017,www.reporteindigo.com/reporte/las-andanzas-del-pes/

11Juan Carlos Romero Puga, “El PES y la ramera de Babilonia”, enLetras Libres, 9 de enero de 2018,www.letraslibres.com/mexico/politica/el-pes-y-la-ramera-babilonia.“¿Qué PES con la cultura y la salud?”, en Letras Libres, 26 de septiembre de 2018,www.letraslibres.com/mexico/politica/que-pes-la-cultura-y-la-salud.

12A. González Murillo, “La Constitución de 1917 y el Partido Encuentro Social”, en César Camacho Quiroz, ed., El poder reformador de la Constitución. El Congreso y su impulso transformador. México, Senado de la República-Secretaría de Cultura-Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México-Instituto de Investigaciones Jurídicas/UNAM, 2016, p. 174,https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/9/4428/13.pdfK.

13Elena Domínguez, “Hijos sin padres, porque gobierno fomenta los divorcios y abortos”, en Milenio,7 de junio de 2018,www.milenio.com/politica/excluyen-a-la-iglesia-en-temas-ciudadanos-pes.

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