Dios, el poeta

La escritora Noa Alarcón publica un libro devocional de Salmos en clave poética y personal. Una lectura diferente de la relación y la experiencia con el texto bíblico.

26 DE JULIO DE 2018 · 12:00

Portada del libro Árbol plantado a la orilla de un río, de Noa Alarcón.,
Portada del libro Árbol plantado a la orilla de un río, de Noa Alarcón.

Una cama rota. Hay momentos en los que lo imprevisible parece poner orden a las dudas y a lo que se había ordenado con tanto esfuerzo. Este ha sido el empujón, o más bien el colchón sobre el que lanzarse, que hoy permite la lectura de Árbol plantado a la orilla de un río, el último libro de la escritora Noa Alarcón. “Creo que no me hubiera decidido a publicarlo finalmente si no hubiéramos tenido una pequeña desgracia: hace poco se nos rompió la cama. Y embarazada de cinco meses, y con lo que viene por delante, necesitábamos una nueva sin duda. Pero estábamos bien ajustados de ingresos. Al orar por el tema, esta solución me saltó a la cabeza y no se iba de ninguna manera: atreverme a compilar los textos sobre Salmos de una vez por todas, autopublicar el libro en digital y ofrecérselo a la gente. Propuse la idea a los conocidos y recibí un aluvión de gente interesada, así que seguí adelante. Me he dado cuenta de que a veces nos cuesta mucho seguir a Dios cuando lo que nos propone va a ser difícil, pero a menudo también nos negamos cuando lo que nos propone nos parece ‘demasiado’ bueno”, explica la autora.

El libro viene cociéndose desde hace tiempo. No es un devocional tal y como suelen ser los devocionales, sino que está escrito en clave personal y poética. “En realidad, son los apuntes personales de mis lecturas diarias”, dice Alarcón. Una nueva manera de relacionarse con el texto bíblico dotando de valor la experiencia subjetiva. De esta manera, el lector puede identificarse con el “árbol plantado a la orilla” del Salmo 1, o saberse vencedor ante los cedros del Líbano del Salmo 29 que “la voz del Señor desgaja”, o reconocer que un helado de chocolate, la sandía o cualquier otro placer en esta vida no es comparable al amor de Dios, como dice el Salmo 63:3. “Lo único que tienen en común los textos es que son aquello de lo que necesitaba hablar en cada momento, que conectaba mi experiencia vital diaria con ese texto bíblico que llevaba ahí milenios escrito”, señala la escritora.

 

EL HILO DE AGUA QUE SE CONVIERTE EN RÍO IMBATIBLE

“No es solo que los Salmos sean palabra de Dios: además son poesía. Son un arma cargada. Son el pequeño hilo de agua del que va creciendo el río imbatible bajo la montaña”, concluye la introducción del libro.

La clave poética en esta parte del relato bíblico cobra especial relevancia en el libro de Alarcón. De hecho, se introduce en cada palabra y cada línea a lo largo de los cuarenta textos seleccionados, no como un análisis de estilo desde la distancia formal que estipula el formato convencional de un devocional, sino como una pieza que permite desgranar el impacto que cada Salmo genera en la autora. “Está muy bien que, en la tradición protestante, nos hayan enseñado herramientas básicas de hermenéutica para poder entender, y disfrutar, por nosotros mismos del texto bíblico. Pero todo se puede acabar convirtiendo sin querer en un vicio, y a veces da la sensación de que esa lectura casi académica de la Biblia es la única posible. En la carrera de Filología Hebrea nos explicaron, y sufrimos traduciendo, la poesía bíblica. Se puede observar desde una perspectiva meramente teórica y formal, pero la poesía, en sí, tiene una dimensión universal y subjetiva que también es muy interesante. Obviamente, la poesía clásica no es igual a la poesía moderna , pero al utilizar técnicas de lectura de poesía moderna en el texto de los Salmos me di cuenta de que también funcionaba. Y eso era muy interesante. Y que daba cosas sorprendentes que no violaban los principios de la hermenéutica ni de la teología, sino que los utilizaba para proponer al lector ir un poco más allá. Ese fenómeno sucede cuando ha habido un buen artista detrás de la obra: sin duda, eso fue lo que ocurrió con David y el resto de autores de los Salmos”, matiza Alarcón.

En Árbol plantado a la orilla de un río la relevancia de la forma no está divorciada de la importancia del contenido, porque busca reflejar la manera en la que Dios se comunica con el ser humano. “La poesía es el diálogo entre lo personal y lo colectivo: escribe un poeta sobre algo muy personal que con la lectura de los demás se convierte en algo universal. Es el caldo de cultivo perfecto para hablar y enseñar de la revelación del carácter de Dios”.

 

EN DEFENSA DE LA LIBERTAD CREATIVA

“Si todo funciona como yo espero, en realidad lo que estos textos deben provocar en el lector no es solamente entender lo que yo he dicho, y entender a través de eso al poeta original, sino provocar en cada uno su propia respuesta creativa. Si la poética funciona, debe pasar de lo colectivo, de nuevo, para volverse subjetivo y personal”, manifiesta la escritora.

El planteamiento del libro no vuelve a ser sino una insistencia en el debate del ámbito del cristianismo artístico, sobre todo evangélico, de hasta dónde llega la libertad creativa y de si a Dios le parece bien. “Nuestra conclusión teológica es que, si uno está espiritualmente centrado, la libertad creativa radical alcanza a honrar a Dios sin reservas y provoca una respuesta muy positiva desde un punto de vista artístico. Así que he ido probando un poco de todo: técnicas de ensayo, de prosa, estirar las metáforas hasta donde fuera posible, utilizar la perspectiva cultural. Lo único que tienen en común los textos es que son aquello de lo que necesitaba hablar en cada momento, que conectaba mi experiencia vital diaria con ese texto bíblico que llevaba ahí milenios escrito”, asegura.

Hay más material que todavía permanece oculto. El leviatán de Job, la leche y el vino de los que todos pueden beber, de Isaías 55, o los amados de Cantares. ¿Quién puede comprender en su totalidad a Dios, el poeta? “Tengo muchos más textos del resto de libros de la Biblia, pero al revisarlos alguna vez me di cuenta de que los de Salmos tenían un pequeño hilo conductor, que era este análisis del texto desde la poética, a la misma altura que la hermenéutica o la teología a la que estamos acostumbrados los que nos movemos en un entorno evangélico”, justifica su elección la autora.

 

El libro, disponible únicamente en formato digital, puede solicitarse directamente a la autora a través de su blog personal.

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