La teología renovadora de Rubem Alves: una introducción mínima

Dios es Dios con o sin teólogos; Dios es totalmente incognoscible para los seres humanos.

22 DE JUNIO DE 2018 · 08:00

,

Nací en Boa Esperança, la misma de la Sierra da Boa Esperança, de Lamartine Bobo. La quiebra de mi padre me llevó a Río, ciudad cuya soledad frecuenté, lo que me hizo religioso y amante de la música. Quise ser médico, pianista y teólogo —por admiración hacia Albert Schweitzer. Pasé por un seminario protestante, y pastor en el interior de Minas Gerais, allá en Lavras. Cursé la maestría en Nueva York (1962-1963), y al volver a Brasil, en 1964, tuve que seguir estudiando fuera de Brasil. Escribí A Theology of Human Hope, en el momento exacto en que estaba naciendo la teología de la liberación; Tomorrow’s Child, sobre el triste destino de los dinosaurios y la sobrevivencia de las lagartijas, concluyendo con que los grandes y los fuertes perecerán, mientras los mansos y débiles herederán la tierra: un ejercicio utópico […] Me gusta mucho la música, especialmente Bach y Vivaldi. Para meditar, el canto gregoriano. Lecturas de placer especial: Nietzsche, Kierkegaard, Camus, Lutero, San Agustín. En pintura, especialmente El Bosco y Brueghel. Criado en una tradición calvinista, lucho contra las obsesiones de puntualidad y trabajo, compañeras del insomnio y de las úlceras. Mi experiencia religiosa hipertrofió mi sensibilidad hacia los dogmatismoa, que detesto con odio absoluto […] Encuentro placer especial en cosas muy sencillas, como soltar papalotes y armar rompecabezas. Tengo miedo de morir.1

Alves y el surgimiento de la nueva teología latinoamericana

Hace 50 años, el mundillo teológico protestante latinoamericano fue sacudido por la aparición, en inglés, de una obra teológica inesperada: A Theology of Human Hope, que venía a romper con todo lo conocido entonces. Su autor, el pastor presbiteriano brasileño Rubem Azevedo Alves, había sido discípulo de Richard Shaull y era miembro de una generación que, desde los años cincuenta, comenzó a atisbar nuevas posibilidades para la fe protestante en nuestro continente, mediante la asimilación de las mejores lecciones de la teología protestante del siglo xx: Barth, Bonhoeffer, Tillich, e incluso Moltmann, desde una relectura crítica.

Alves contribuyó al surgimiento de la nueva teología latinoamericana por ser uno de los primeros que utilizaron el concepto liberación, en el marco de la simultánea búsqueda de identidad y de renovación de la presencia cristiana en América Latina. Se ha vuelto ya legendaria la reunión de Cartigny, Suiza, sobre Teología y Desarrollo, organizada por Sodepax (un organismo del Vaticano) y el Consejo Mundial de Iglesias en la que Alves, junto con Gustavo Gutiérrez, sorprendieron a la concurrencia al cuestionar radicalmente la perspectiva desarrollista de la reunión. A partir de entonces, la teología latinoamericana ya no volvió a ser la misma.

Alves se colocó, con ello, a la vanguardia de la teología de la época, anticipando muchos aspectos que se trabajarían más tarde. Así lo reconocen autores como Roberto Oliveros (quien en 1977 escribió su tesis doctoral alrededor de la obra de Alves2) y Enrique Dussel, quien siempre se refiere a Alves como pionero y fundador.3

 

La teología renovadora de Rubem Alves: una introducción mínima

Vida que trata de explicar una obra (y viceversa)

Nacido en 1933 (el mismo año que Hugo Assmann), Alves es producto de la más típica eclesiología protestante de origen misionero. De ello da testimonio en un par de textos fundamentales: Religión: ¿opio o liberación?, de 1973, y Del paraíso al desierto: reflexiones autobiográficas, de 1974, donde relata que, al llegar a la ciudad, la religión, en su versión fundamentalista, comenzó a llenar su vacío, a solucionar su anomia personal. La pasión evangelística lo llevó a estudiar al seminario de Campinas, a mediados de los años cincuenta, donde la marca de Shaull resultó ser imborrable para su pensamiento.

Luego de unos años de pastorado, viajó a Nueva York para cursar la maestría en el seminario Union, donde, en 1964, defendió una tesis titulada Hacia una interpretación teológica de la revolución en Brasil. Al mismo tiempo, comenzó a colaborar activamente con el movimiento Iglesia y Sociedad en América Latina (ISAL). Su regreso a Brasil se complicó por la situación política y por los nuevos planteamientos teológicos que le ocasionaron la incomprensión y persecución de su propia iglesia, motivo por el que decidió regresar a Estados Unidos para estudiar el doctorado en Princeton. La tesis se publicó en español en 1970 (en Uruguay) y en 1973 (en España). Tras un breve retorno a Brasil, y asediado por la cerrazón teológica, dictó un curso sobre ética en el seminario Union, origen del libro Tomorrow's Child (1972, publicado en España en 1976), que fue muy mal recibido por muchos de sus antiguos compañeros, quienes consideraron que estaba renegando de su línea ideológica y teológica.

 

La teología renovadora de Rubem Alves: una introducción mínima

En 1974 rompió definitivamente con la Iglesia Presbiteriana de Brasil y empezó un proceso de libre creatividad personal que lo llevó a ser profesor universitario (en el área de filosofía de la ciencia), estudioso del fenómeno religioso (fundó el ISER) y apasionado observador de la situación eclesiástica del continente. Como resultado de su amarga experiencia eclesiástica escribió Protestantismo e repressão, un verdadero clásico sobre la materia. De esta época proceden varios de sus ensayos sobre el protestantismo más lúcidos recogidos en el libro Dogmatismo y tolerancia (de 1982), en la misma época en que comenzó a cambiar su lenguaje para asimilar un estilo y una perspectiva poéticos. Por esos mismos años incursionó en el psicoanálisis, tarea a la que se ha dedicado durante años. Más tarde, se reintegró durante un tiempo a la iglesia, en el seno de la Iglesia Presbiteriana Unida.

Su labor como escritor lo ha llevado a explorar nuevos caminos y formas de expresión, como la poesía en prosa o, como él le llama, las crónicas, publicadas mensualmente en la revista Tempo e Presença, que ocupan ya varios exitosos volúmenes, sobresaliendo entre ellos el dedicado al Padre Nuestro; el ensayo libérrimo, donde se ocupa de temas tan disímiles como la educación, la religión o la filosofía de la ciencia. Actualmente, es uno de los escritores de filiación religiosa más reconocidos en su país.

Este recuento tan rápido de su vida por supuesto que no podría explicar las características de su obra, proteica y plural, de gran aliento poético y espiritual, cuyo mayor mérito sea, quizá, la traducción de los aspectos teológicos rigurosos a un lenguaje desinhibido y profundamente pertinente para la vida de los y las lectores, impregnado de una sensibilidad tan intensa como atenta a los vaivenes de la naturaleza humana.

 

Los impulsos iniciales

Lo que aquí se califica como jalones, en la tesis que llevamos a cabo, se señala como búsquedas, como indagación del estilo al que arribó Alves más tarde, a través de un proceso doloroso de introspección y análisis. Tales búsquedas aparecen desde sus dos primeros trabajos, que son la semilla que germinaría más tarde.

a) Alves e ISAL como vanguardia teológica protestante

En ISAL, Alves tuvo la oportunidad de compartir espacio y diálogo con los pensadores que conformaron lo que se conocería después como teología de la liberación: Richard Shaull, José Míguez Bonino, Emilio Castro, Julio de Santa Ana, Julio Barreiro, Hiber Conteris, Gonzalo Castillo-Cárdenas, Hugo Assmann, Pablo Richard, entre otros. De aquellos años son sus primeros trabajos, fragmentarios ciertamente, pero muy atentos a los cambios de la hora. Aquí hay que citar muy especialmente a los que llevan por título La muerte de la Iglesia y el futuro del hombre y Apuntes para un programa de reconstrucción en teología, ambos de 1968 y 1969, respectivamente.

 

La teología renovadora de Rubem Alves: una introducción mínima

b) La tesis doctoral en Princeton

A partir de la hábil argumentación alrededor de dos conceptos fundamentales: el humanismo mesiánico y el mesianismo humanista, Alves construyó un manifiesto programático para la liberación de la humanidad, partiendo del genuino reconocimiento del valor de la utopía y de la acción liberadora de Dios en la historia. El feroz enjuiciamiento de las teologías bultmanniana, barthiana y moltmanniana desde la realidad del subdesarrollo lo coloca en un plano profético de denuncia y anticipación de muchas realidades. La conclusión del libro es, en sí misma, un programa de reflexión y acción para liberar a la teología y a la iglesia de sus grilletes ideológicos y culturales y poder así participar en los procesos de liberación, tal y como se entendían en la época.

c) Tomorrow's Child (Hijos del mañana): un aparente cambio de rumbo

Ya libre de las limitaciones académicas y eclesiásticas, Alves despliega en este libro una crítica que va más allá de la teología: desde las entrañas del monstruo civilizatorio proclama la primacía de la imaginación y de las utopías contra los intentos dinosáuricos que se han adueñado del mundo. Para él, las únicas fuerzas que pueden redimir a la humanidad son las que la han animado siempre: el sueño, el rechazo a la realidad establecida por el decreto de unos cuantos, la resistencia lúdica y, sobre todo, la reivindicación del cuerpo como motor fundamental de todo lo que hace y anhela el ser humano. El libro termina con el reconocimiento de que los tiempos impiden el nacimiento de una cepa nueva de hombres y mujeres que acunen la utopía y la lleven a su realización. De ahí el título.

 

El surgimiento de un nuevo lenguaje teológico

a) Un nuevo enfoque crítico de la teología

Hijos del mañana, como ya se dijo, fue recibido con mucha frialdad por la profunda incomprensión. No se percibió su propósito: desmitificar toda la realidad para acceder al horizonte utópico, donde la liberación humana no se concreta solamente por la consecución de proyectos o estrategias políticas, económicas o sociales. Alves empezó a vislumbrar que la liberación humana es un ideal mucho más alto, que es el sueño monumental de todas las genaraciones. Para ello, su bagaje bíblico-teológico fue el que le permitió asumir un enfoque crítico y desencantado respecto de las orientaciones de la religión y de la teología. El carácter ambiguo, contradictorio, de ambas, que no siempre les ha hecho servir a los mejores intereses, obliga a rescatarlas para ponerlas al servicio de la humanización liberadora.

 b) La ruptura lúdico-epistemológico-poética

En un texto de 1989, Alves da testimonio del cambio que experimentó, en un momento dado de su vida, cuando sintió que ya no era capaz de articular discursos argumentales sólidos, cuando sintió que lo invadió la poesía:

Desde hace unos años tengo perdida mi respetabilidad académica. Nadie me la quitó, pero un buen día, por razones que no me sé explicar, algo sucedió en mí. No sé qué me pasó, mas lo cierto es que de repente me descubrí incapaz, en absoluto, de pensar, hablar y escribir analíticamente. Fui poseído por la forma poética y sigo por ella poseído cuando escribo. Aunque esto me gusta, me crea también muchos problemas con auditorios científicos y académicos, porque esa gente no cree que la poesía sea algo serio; sin embargo, yo creo que es la cosa más seria: creo que Dios es poesía. Si pudiese hacer una nueva traducción del texto de Juan: “y el Verbo se hizo carne”, pondría “y un Poema se hizo carne”.4

Esta ruptura lúdico-epistemológico-poética le permitió abandonar, para siempre, la proverbial solemnidad de los teólogos, tan dueños de la situación y seguros de sí mismos, a quienes va a comparar, más bien, con los gallos que cantan y piensan que sólo porque cantan sale el sol. Pero, oh sorpresa, el día que se quedan dormidos se dan cuenta de la verdad. Dios es Dios con o sin teólogos; Dios es totalmente incognoscible para los seres humanos. Con ello en la mente y en el corazón, ya no se puede percibir a Dios como antes.

 

Notas

1 Recuadro aparecido en Tempo e Presença, núm. 169, julio de 1981, p. 24.

2 Cf. R. Oliveros Maqueo, La humanización como creación y esperanza: la antropología teológica de Rubem Alves. Roma, Universidad Gregoriana, 1978.

3 Cf. E. Dussel, Teología de la liberación. Una síntesis de su desarrollo. México, Potrerillos, 1995.

4 R. Alves, “Cultura de la vida”, en Simón Espinosa, comp., Hacia una cultura de la paz. Caracas, Clai-Comisión Sudamericana de Paz-Nueva Sociedad, 1989, p. 15. Este texto fue presentado en una reunión auspiciada por los organismos coeditores, en abril de 1989.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ginebra viva - La teología renovadora de Rubem Alves: una introducción mínima