El baile de los sátiros

Estos monos se caracterizan por tener el rostro semejante a los perros y el pelo bastante largo, sobre todo en los machos adultos.

22 DE MARZO DE 2018 · 20:10

Babuino macho./ Antonio Cruz,
Babuino macho./ Antonio Cruz

Allí se agruparán las alimañas, ocuparán sus casas los mochuelos; habitarán allí las crías del avestruz, y los sátiros brincarán allí. (Is. 13:21, La Palabra) 

Algunas versiones de la Biblia traducen estos versículos de Isaías (13:21 y 34:14) incluyendo el término “sátiros” (La Palabra, La Casa de la Biblia) mientras otras se refieren a “peludos” (Spanish Blue Red and Gold Letter Edition) y también a “cabras peludas” (LBLA), “cabras salvajes” (NTV, NVI) o “cabras monteses” (RVA).

Otros llegan incluso a decir que tales sátiros eran demonios en forma de machos cabríos que se reunían en lugares desiertos para realizar aquelarres.[1]

Lo cual refleja la dificultad de los traductores para entender el concepto original hebreo.

No obstante, otros autores creen que dicho término (ū-śə-‘î-rîm, וּשְׂעִירִ֖ים) podría referirse a los conocidos babuinos o papiones peludos, que en la antigüedad habitaban las regiones bíblicas hasta el Éufrates y frecuentaban las construcciones humanas abandonadas.

En general, estos monos se caracterizan por tener el rostro semejante a los perros y el pelo bastante largo, sobre todo en los machos adultos. Hay varias especies de tales primates pero los babuinos sagrados (Papio hamadryas) fueron los más importantes en el antiguo Egipto.

Son primates catarrinos (es decir, que tienen el tabique nasal muy estrecho y una cola no prensil) pertenecientes a la familia Cercopithecidae. Los machos son mucho más grandes que las hembras (dimorfismo sexual) y poseen imponentes colmillos que usan en las peleas y la defensa de la tribu.

La melena sobre la cabeza y los hombros les hace parecer más corpulentos y peligrosos de lo que en realidad son. El pelaje es más largo que en las demás especies de babuinos.

En los machos es grisáceo mientras que las hembras lo tienen de color pardo. La cara, manos y nalgas suelen ser de un rojo intenso. Actualmente habitan en zonas desérticas, sabanas y regiones rocosas de Egipto, Sudán, Eritrea, Etiopía y Somalia. T

ambién hay pequeñas poblaciones en la península arábiga, próximas a las costas del Mar Rojo.

Los antiguos egipcios los domesticaron para que recolectaran frutos de los árboles altos como las palmeras e incluso llegaron a cuidar rebaños de ovejas, tal como hacen actualmente algunas razas de perros.

La relación entre los egipcios y estos monos fue tan estrecha que incluso llegaron a adorarlos como si fueran divinidades. El dios egipcio Thot adoptó la forma de un dios local menor, Babi, quien poseía la apariencia de un babuino, de ahí la procedencia del término.

Como es lógico, los hebreos monoteístas siempre despreciaron el politeísmo de los egipcios y su tendencia a divinizar animales.

El texto de Isaías 13:21 se refiere a la destrucción final de Babilonia. Se profetiza que aquella gran ciudad iba a ser destruida por completo igual que Sodoma y Gomorra. Y, en efecto, tal profecía se cumplió gradualmente.

Ya en tiempos del emperador Adriano (76-138 d. C.) sólo quedaban los muros, en donde merodeaban únicamente las alimañas del desierto.

[1] Lacueva, F., 1999, Comentario Bíblico de Matthew Henry, Clie, Viladecaballs, Barcelona, p. 753.

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