Primer domingo de mayo, día de las madres

Un poema de Leonora Acuña para el Día de la Madre. Selecciona Isabel Pavón. 

05 DE MAYO DE 2017 · 05:00

Foto: Dakota Corbin (Unsplash, CC),
Foto: Dakota Corbin (Unsplash, CC)

 

MUJER Y MADRE

 

¡Oh, madre!, tú la dulce mujer de reciedumbre:

cual un álamo erguido siempre al pie del brocal,

cuidaste de la linfa mamante allí en mi pozo,

tuviera transparencia de mujer diamantina.

 

¡Oh, madre, en cuyo vientre se tejieron mis huesos:

Hay sol en tus pupilas y besos en tu faz,

y en tu cara hoyuelada hay sonrisas de niña,

y aún en tu semblante, candor de adolescente!

 

En críptico secreto, como la nuez, tú tienes

repleto de dulzuras un tierno corazón:

y siendo suave y dulce, mas fuerte como un roble,

en mis surcos pusiste la más fértil semilla.

 

Mi arcilla modelaste cual un noble alfarero

y mis ansias puliste con un buril severo;

y nunca en cobardía del yunque desertaste

ni frente a las borrascas, huíste del timón.

 

Pegada de tu falda, tus pasos persiguiendo,

mi lengua cervantina aprendí a balbucir;

de ti aprendí nobleza, honestidad y amor,

y en lealtad y justicia, la convivencia en paz.

 

¡Oh, mujer, dulce madre!, la que me abrió caminos,

la que siempre me dijo: “Adelante con fe,

que más que dar Dios tiene, que nosotros pedir”,

¡hoy tu voz transparente alumbra mi sendero!

 

¡Oh, madre!, tú, la recia. la tierna, la feraz,

¡orgullosa me has hecho de mi propio destino

donde se da el milagro de mi vientre fecundo

do críptica se gesta la esencia de un varón!

 

Leonora Acuña de Marmolejo (Colombia)

¡Y Dios la Hizo... ¡Mujer!

Colección Calíope

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