Domingo de ramos
Poema de Domingo Ferrari, tomado de la Red de Liturgia Clai. (selecciona Isabel Pavón)
07 DE ABRIL DE 2017 · 08:00
“Grandes multitudes, al saber que Jesús venía a Jerusalén agitaban ramas de palmera y gritaban “Hosanna, bendito el que viene en el nombre del Señor”
Evangelio según Juan 12.12
LA ENTRADA A JERUSALÉN
Cuando la ciudad bullía,
mil visitas ¡qué trajín!
Por la calle que da al templo
un hombre se acerca al fin.
Cabalga en asno prestado,
que es sinónimo de paz,
por los suyos aclamado,
por el pueblo saludado
con palmas al agitar.
Los muchachos que lo miran
cantan al verlo marchar
un ¡Hosanna, hosanna…!
El himno que ellos entonan
enoja a la autoridad.
Como quien llega a su casa
se baja al templo al llegar,
y al ver sus patios hollados
como cueva de ladrones
se ofende en su santidad.
Hace un azote de cuerdas,
trastorna la mesa de cambios
y desordena el mercado,
descubriendo la maldad
de quienes hacen riquezas
de aquel lugar para orar.
La corrupción se agazapa,
sabiendo que ha de llegar
la hora de la venganza
sobre el joven galileo
que se ha atrevido a gritar.
Vuelve el jinete al camino
mas ya no se oye cantar,
ganó las calles el miedo,
y Él que conoce su hora
se marcha a ignoto lugar.
Alguien prepara una mesa
de pascua al agasajar
al que vino a limpiar templos.
Sin saber que el agasajo
será la cena final.
Y en otro lugar preparan,
los dos palos al cruzar,
la venganza del mercado,
en vidriera amedrentante
que el Gólgota mostrará.
Domingo Ferrari
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