Mujer y hombre, Gloria y Luis, clamando juntos por la mujer

Dos poetas cristianos, una de España y otro de Chile, suman sus versos contra la violencia hacia la mujer

09 DE DICIEMBRE DE 2016 · 11:00

Portada de No Resignación,
Portada de No Resignación

Aquí los aportes que ofrecieron, para la antología NO RESIGNACIÓN (Ayuntamiento de Salamanca, 2016), Gloria Sánchez, poeta salmantina que se congrega en la Iglesia Cristiana Evangélica de Salamanca (Paseo de la Estación, 32), y Luis Cruz-Villalobos, poeta y pastor presbiteriano que lleva su ministerio en Vitacura, Santiago de Chile. La antología ha sido coordinada por el ‘escriviviente’ que suscribe esta entrega.

 

Gloria Sánchez / Jacqueline Alencart

 

GLORIA SÁNCHEZ (España)

 

SUEÑOS ROTOS

¡Esclava del horror!

Quiso ser amada siempre

Y solo fue su posesión.

El temor entró en su vida,

¡Menosprecio! ¡Humillación!

Golpes en lugar de abrazos

Del hombre al cual se entregó.

 

¿Dónde están esas promesas?

¿Dime quién te violentó?

Víctima de un “te quiero”…

Que a golpes se silenció.

Que un amor que perdurara

Su amargo llanto lo ahogó.

 

Y queda solo el silencio,

Lagrimas de humillación,

Que aquel que así la maltrata

Es el que la enamoró

El que ahora es un extraño

Con el que vive su horror.

 

Mas… ¡Levanta tu cabeza!

¡Di no a la resignación!

Mujer ¡no guardes silencio!

Mujer ¡levanta tu voz!

Demuestra al mundo que vales,

Que Dios te ha hecho mujer

Y tienes un gran valor.

 

El pastor y poeta Luís Cruz-Villalobos

 

LUIS CRUZ-VILLALOBOS (Chile)

 

A LO PROFUNDO DE UN BOSQUE LEJANO Y CALLADO

Ella llevaba la noche en el rostro

De vez en cuando

Y su tristeza tenía el color más agrio de su historia

Justo aquel

Que había escrito bellos versos en su honor

Justo aquel

Que había anunciado a todos los vientos

Que la amaba como a sí

Él

Repleto de vigor para el abrazo y la danza

De fuerza para labores que nutrieran el hogar

Justamente él

La vestía de noche parda

Le cubría el pecho con la certera violencia cruda

Que no le dejaban

A ella

Anhelos para vivir

Justo él

Que había jurado ante el cielo y la tierra

Cuidarla y defenderla del alud del mal

Era alud

Era el mal exacto y brutal sobre su vida

Ella en ocasiones

Al mirar la noche sobre su rostro

Y al respirar el humedal de tristeza sobre su pecho

Se imaginaba mariposa

Blanca

Sutil

Acariciada por la brisa

Pero poco duraba el ensueño

Pues la puerta se abría de golpe

Y dos dedos gruesos y toscos

Atrapaban sus alas

Y la obligaban a un amor que no era más que miseria

Pues ella

Ya no estaba allí

Se había ido lejos

En esas ocasiones infinitas

Con nuevas alas

A lo profundo de un bosque lejano y callado

Donde realmente la amaran.

11-2-16, Grand Rapids, Michigan, U.S.

 

Alfredo Pérez Alencart y Gloria Sánchez en un acto salmantino. / Jacqueline Alencart

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Barro del Paraíso - Mujer y hombre, Gloria y Luis, clamando juntos por la mujer