La increíble cita de la familia Tada* (I)

Los Tada consultan a toda clase de “especialistas”... e incluso a su animal tótem (¡una serpiente!) para intentar descubrir lo que todavía les falta…

17 DE NOVIEMBRE DE 2016 · 21:20

Imagen: Alain Auderset,
Imagen: Alain Auderset

Nota del autor:

Habitualmente no se suele contar una historia verdadera hasta que esta ha finalizado…

…¡Salvo que ésta precisamente sucediendo ahora!

Estoy en estrecho contacto con sus protagonistas y voy a intentar contárosla lo más fielmente posible.

 

Fuga de duendecillos

Todo comienza en Bélgica, en una pequeña comunidad cerca de Charleroi. Sandra, (una mamá como cualquier otra) se une al grupo de padres diseminados en círculo alrededor de la reja de salida del colegio.

De repente, el educado silencio de los adultos se ve roto por unos gritos estridentes: todas las miradas perdidas se vuelven entonces hacia el mismo punto: el colegio. En efecto, al anuncio del final de las clases, un ejército de pequeños duendes salvajes, al fin libres de expresarse, se lanza hacia las puertas de salida del establecimiento escolar en un gran clamor de libertad. Como un tsunami, estallan en colores en el espacio vacío y gris del patio para terminar. en un gran ímpetu de cariño, en los brazos de sus padres.

Gloria, la pequeña de Sandra, quiere presentarle a su nueva mejor amiga, Eva, y es así, de esta forma tan natural, como se conocen las dos mamás.

 

La conexión

Las conversaciones entre las dos mujeres por el camino de regreso son tan agradables que terminan convirtiéndose en una cita diaria. Se van conociendo poco a poco y de una cosa a otra se convierten en amigas. A Verónica, la mamá de Eva, le encanta leer, por eso Sandra le regala el libro “Cita en el bosque”.

Algunas referencias acerca de la familia Tada:

Tomar el control

Al igual que su esposo Alex, Verónica es rescatada de una familia disfuncional. El maltrato y la ausencia de un padre (emocional o física) dejan un gusto amargo en la vida. Un gusto que uno querría olvidar, no volver a sentir. Pero para conseguirlo, es necesario poder controlar tu vida en vez de tener que sufrir una maldición hereditaria. Vero se atiborra de libros sobre la realización de si mismo y arrastra a su familia con ella.

La pareja milita por una vida sana, ecológica, vegetariana y moral. Se agarran lo mejor posible a las fórmulas recogidas aquí y allá culpabilizándose por no llegar en realidad a conseguirlo. Y ya que se critica a todos los demás sobre lo que se condena más severamente en uno mismo, sin apenas darse cuenta, los Tada se han convertido en unos despiadados aleccionadores, intentando convencerse a sí mismos y a los que les rodean, y creyendo así contribuir a la salvación de nuestra caótica sociedad (francamente, si todo el mundo fuera como nosotros, todo iría mucho mejor, ¿no les parece?)…

 

Los niveles de iniciación

El compromiso es ejemplar, pero le sigue faltando un no sé qué … Su sed de plenitud ha sacado a la luz un vacío que crece a medida que intentan llenarlo.

Aunque mantienen una frontera con el esoterismo, basta un pequeño descuido para que se deslicen en él sin apenas darse cuenta. Vero, seguida tímidamente por Alex, prueba toda clase de novedades atractivas (reiki, litoterapia, étc.). Buscando lo espiritual en las piedras para protegerse de malas vibraciones, de personas, de ordenadores, del pasado… ¡y encontrando energías capaces de mover el péndulo y las cartas del Tarot!

El origen de esas fuerzas es el “Universo” (¡más ambiguo, es imposible!), “se” dice que es positivo y eso basta para que no lo pongan en cuestión (dado que funciona…).

Vero se siente como si dominara un poder que le hace sentir importante y como si dispusiera de una solución para colmar los deseos enterrados en su alma. Pero, en paralelo, una especie de malestar se va instalando poquito a poco (hay que profundizar más, seguramente esa es la razòn…)

Los Tada liberan pues sus chacras, consultan a toda clase de “especialistas”: maestros de meditación guiada, médiums, kinesiólogos, limpiadores de células e incluso a su animal tótem (¡una serpiente!) para intentar descubrir lo que todavía les falta…

* No es su verdadero nombre

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