Junto al mar de Tiberias

Releer las historias del evangelio de Juan tal como las cuenta Park no cansan, al contrario, regocijan, avivan la fe, revitalizan la vida espiritual, nos proporcionan una visión nueva de los milagros que Jesús llevó a cabo.

19 DE FEBRERO DE 2016 · 06:30

Jesús en casa de Marta y María. Mattihjs Musson,Jesús evangelio Juan
Jesús en casa de Marta y María. Mattihjs Musson

Un nuevo libro de Stuart Park, de éste espléndido y fecundo autor nacido en Inglaterra y tan arraigado en la cultura, en el idioma, en las costumbres de los españoles como arraigado está  el árbol a la tierra, como arraigado está el amor al corazón que percibe su influjo.

Comentar un libro de Park exige haberlo leído antes. Y leerlo supone entrar en comunicación con esa literatura espiritual a la que el autor da preferencia en los libros que últimamente ha publicado. El potencial creativo de Park está ungido de espíritu bíblico, concentrado en recordarnos que estamos llamados a expresar el amor divino en nuestra interacción con los demás.

La espiritualidad no debe ser enterrada en el cementerio de las preocupaciones diarias, como hizo el tercer personaje de la parábola en Mateo 25 con el talento que su señor le dejó para que lo negociara.

Los episodios bíblicos que Stuart Park nos ofrece, los breves esquemas de algunos personajes conocidos por lectores de la Biblia están ahí, en esas 115 páginas escritas con la intención de recordarnos que la mujer creyente, el hombre creyente, todos los seres relacionados de alguna manera con Dios están llamados a glorificarle, como esas florecillas que crecen al borde del camino y miran la cara del Eterno.

JUNTO AL MAR DE TIBERIAS consta de siete capítulos. Según explica el autor, el primero, el cuarto y el séptimo tratan de distintos episodios protagonizados por Cristo: las bodas de Caná, el enfermo de Betesda y la aparición de Jesús a siete de sus discípulos junto al mar de Tiberias en un amanecer de gloria. Estas señales “resaltan la generosidad del Señor en situaciones de apremio que a priori no requerían su intervención. La boda no habría sido invalidada por falta de vino, ni la multitud se habría muerto de hambre en la ladera, ni se habría truncado la vocación de los discípulos sin la pesca excepcional”.

El segundo capítulo y el sexto enfocan dos realidades que han afligido a los seres humanos desde que el mundo es mundo: la enfermedad y la muerte. La enfermedad nos llega galopando a caballo, pero se va a paso lento. La muerte nos espera en todas partes. Nadie puede huir de ella. En estos dos capítulos Park escribe sobre la muerte y resurrección de Lázaro y la curación de un joven, hijo de hombre principal, que estaba a punto de morir, según el relato de Juan 4:46-54. En este caso fue una curación a distancia. El padre del enfermo ruega a Cristo insistentemente que vaya a su casa. El Señor no va, pero demuestra el poder divino que emanaba de sus palabras y en el mismo instante de la conversación el hijo vuelve a plenitud de vida.

La resurrección de Lázaro es uno de los hechos más prodigiosos en la vida de Jesucristo.

El capítulo once de Juan tiene cuatro divisiones: la vuelta de Cristo a Betania, la conversación con Marta y María, la resurrección de Lázaro y la reacción de los capitanes del fariseísmo, que en su odio ciego traman un complot para matar al autor de la vida.

Los dos capítulos restantes, el tercero y el quinto, se centran en casos de invalidez. Hoy día la persona discapacitada está protegida y no renuncia a una vida cercana a la normalidad, tomando parte a niveles nacionales e internacionales en competiciones deportivas, con prótesis que le permiten incorporarse a las tareas sociales. Pero en tiempos de Cristo el inútil no contaba, no tenía valor alguno. Como en la frase de Shakespeare en EL REY LEAR, donde apunta a un rey viejo, enfermo y loco, las personas discapacitadas que se acercaban al Maestro “no hacían nada, más que usurpar a la vida”.

El paralítico que llevaba 38 años esperando el movimiento del agua en el estanque junto a la puerta de las ovejas llamado Betesda, en Jerusalén (Juan 5:1-18), padecía una especie de parálisis corporal que le obligaba a estar permanentemente acostado en una camilla. A este enfermo le llegó el turno de los prodigios de Dios cuando Jesús le dice: “levántate, toma tu lecho y anda. Al instante aquél hombre fue sanado, y tomó su lecho y anduvo”.

El segundo cuadro de discapacidad que nos presenta Park trata del ciego de nacimiento del que se ocupa el apóstol Juan en el capítulo 9 de su Evangelio, historia que resume el autor anglo-español en un breve párrafo: “el ciego oyó, en primer lugar, una palabra de compasión. Luego sintió el toque de la mano, la unción de sus ojos con el lodo hecho con la saliva del Señor, acompañada de una palabra de esperanza: “ve a lavarte en el estanque de Siloé y el hombre fue, y regresó viendo”.

En octubre de 2014 mantuve un rato de charla con el político y escritor Juan Antonio García Villa en Torreón, México. Hablamos de mi libro LA INFLUENCIA DE LA BIBLIA EN EL QUIJOTE, del que él escribió posteriormente un amplio artículo. Recuerdo que comentando el Quijote, me dijo: “estoy cansado de leer a Cervantes”.

Leer no debe cansar nunca. Releer, tampoco.

Stuart Park nos cuenta en su libro siete historias tomadas del Evangelio de San Juan. Historias que hemos leído y releído durante años. Releer estas historias tal como las cuenta Park no cansan, al contrario, regocijan, avivan la fe, revitalizan la vida espiritual, nos proporcionan una visión nueva de los milagros que Jesús llevó a cabo. También en la manera de presentarlas. El enfoque literario de Park ahonda en la psicología de los personajes. Cruza la frontera que separa el mal del bien, el pecado de la gracia, la desgracia del bienestar.

Es precisamente su pasión por personajes del Nuevo Testamento la que relaciona entre sí las figuras seleccionadas en este volumen. Estimo que JUNTO AL MAR DE TIBERIAS es un documento de gran valor, donde se combina la literatura, el arte y la Biblia. Todo ello nos permite entrar certeramente en el mundo intelectual y en el mundo espiritual. Al mismo tiempo aumenta nuestro conocimiento del Evangelio escrito por el apóstol Juan, hijo de Zebedeo, el amado de Jesús. La imagen de Cristo aparece aquí delineada con rasgos sublimes, con un corazón volcado a remediar las miserias humanas.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El punto en la palabra - Junto al mar de Tiberias