El artista y el artesano

"Entonces, andad con Dios; El que tal obra ha esculpido. Y el autor de ese vestido por fuerza deben ser dos. De artesanos en el gremio tal vez podréis conseguir dinero con qué vivir, mas no del artista el premio". Un poema de Concepción Arenal. (selecciona Isabel Pavón)

13 DE NOVIEMBRE DE 2015 · 09:23

'El artista y el artesano', un poema de Concepción Arenal. / Foto: Pablo LaVegui,artesano artista
'El artista y el artesano', un poema de Concepción Arenal. / Foto: Pablo LaVegui

Murió, yo no sé en qué parte,

Un escultor afamado,

Muy digno de ser contado

Entre los genios del arte.

Vendió al punto el heredero

Sus estatuas de más precio;

La más bella compró un necio

Escultor muy chapucero.

 

Y sin que nada le arguya

Sobre el caso la conciencia,

Tiene la bella ocurrencia

De hacerla pasar por suya.

"Falta el ropaje y un pie;

Pues bien, lo hago en un momento,

Como propia la presento,

(Dice) y fama ganaré".

 

El robador, dicho y hecho,

(Aprisa, que el tiempo apremia)

Vístela, y en la Academia

La presenta satisfecho.

Ábrese la exposición,

Pasan los indiferentes;

Mas de los inteligentes

Fija al punto la atención.

"Que es obra, dicen, se ve

De un artista de talento.

Fuera en verdad un portento

Pero ese traje... ese pie...".

 

Y era así, que el personaje,

Destello de un genio audaz,

Raro y grotesco disfraz

Tenía, en vez de ropaje.

Llegó el día señalado,

Vase, en fin el premio a dar,

Mas su fallo al pronunciar

Duda el imparcial jurado.

 

"¡Bella estatua! ¡Obra maestra!

—Dicen—; no tiene rival;

Pero ese traje fatal

Grande estupidez demuestra".

De los jueces un señor

Que sin duda nació juez

Les dijo: "Por esta vez

Llamemos aquí al autor.

Vuestra noble probidad

Trate, como a ellos se inclina,

No de seguir la rutina

Sino de hallar la verdad".

 

Tiene por justo el motivo

La artística reunión,

Y de la estatua en cuestión

Viene el padre putativo.

El juez que le hizo llamar,

Después de observarle bien,

Con mal oculto desdén

Empiézale a interrogar.

 

"De esta estatua (hablar aquí

De la verdad el lenguaje),

¿Hiciste vos el ropaje?"

Y el hombre afirma que sí.

"Entonces, andad con Dios;

El que tal obra ha esculpido

Y el autor de ese vestido

Por fuerza deben ser dos.

De artesanos en el gremio

Tal vez podréis conseguir

Dinero con qué vivir,

Mas no del artista el premio".

 

Hombre vano que te empleas

En pescar acá y allá

Al que viene y al que va

Las más notables ideas,

Mira que es tiempo perdido,

Su alcance el necio no siente

Y apercíbese el prudente

Que es sólo tuyo el vestido.

 

Un poema de Concepción Arenal

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