La zarigüeya norteamericana

Las zarigüeyas poseen el sorprendente hábito de “hacerse las muertas” cuando se asustan o están en peligro.

23 DE OCTUBRE DE 2015 · 19:00

Foto: Antonio Cruz.,
Foto: Antonio Cruz.

La zarigüeya norteamericana (Didelphis virginiana), como esta que fotografié hace una semana en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, pertenece a un orden singular de mamíferos marsupiales. El de los Didelfimorfos, cuya familia Didelphidae agrupa a 92 especies vivas y muchas más extintas, todas del continente americano.

Es curioso que sean marsupiales y no vivan en Australia sino en América. Algunos zoólogos creen que éstos tuvieron una amplia distribución en el pasado pero fueron desapareciendo de algunos continentes por culpa de los depredadores no marsupiales. Las hembras de esta zarigüeya, que son del tamaño de un gato doméstico aunque con el aspecto de enorme rata, llevan a las crías en la bolsa marsupial como los canguros.

Se conocen fósiles de zarigüeya desde finales del Cretácico (hace 80 millones de años) -como el Alphadon- que apenas han sufrido variaciones anatómicas. Esto los convierte en auténticos fósiles vivientes. Denominación que no gusta mucho a los darwinistas ya que contradice el fundamento del continuo cambio gradualista que propone la teoría.

Las zarigüeyas poseen el sorprendente hábito de “hacerse las muertas” cuando se asustan o están en peligro. La frase inglesa “playing possum”, que significa literalmente “hacerse la zarigüeya”, se refiere precisamente a este comportamiento. Aunque tal costumbre no es privativa de estos animales -ya que también se da en zorros, ardillas africanas, culebras de agua y serpientes de hocico de cerdo- son las zarigüeyas quienes la han popularizado.

Si un perro logra atrapar una zarigüeya y sacudirla, ésta de repente se torna flácida, queda con los ojos cerrados y la lengua colgante, como si estuviera muerta. Entonces, el perro o el depredador de turno suele perder interés. A los pocos minutos, la zarigüeya se recupera y huye.

Este comportamiento me recuerda las palabras de Jesús: He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas (Mt. 10:16). ¿Sería también prudente y sencillo “hacerse la zarigüeya”?

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Zoé - La zarigüeya norteamericana