Juan Ramón Jiménez, Entrevistas

Los autores que figuran en el índice del libro reconstruyen la trayectoria vivida por Juan Ramón, el sesgo de sus oscilaciones sentimentales, la importancia y trascendencia de su producción lírica. 

18 DE SEPTIEMBRE DE 2015 · 15:37

Juan Ramón Jiménez,Juan Ramón Jiménez
Juan Ramón Jiménez

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, ENTREVISTAS

Fundación José Manuel Lara,

Sevilla 2013, 495 páginas

 

Esta magnífica obra reúne ochenta y ocho entrevistas, encuestas y cuestionarios que Juan Ramón Jiménez respondió entre 1901 y 1958. “El recorrido –dicen los editores-, abarca la práctica totalidad de su trayectoria, así como su convivencia con los principales movimientos culturales del siglo XX: el Modernismo, el 98, las Vanguardias, el 27, la guerra civil, el exilio y la interminable posguerra”.

La cuidada edición de estos trabajos ha sido realizada por Soledad González Ródenas, profesora de Lengua y Literatura castellana en el Institut Narcis Oller de Valls, Tarragona, y doctorada en Literatura Comparada con la tesis “Juan Ramón Jiménez a través de su biblioteca. Lecturas y traducciones en lengua francesa e inglesa”. En el largo prólogo que escribe a esta recopilación de entrevistas, Soledad González afirma que “cuanto más indagamos en la figura de Juan Ramón Jiménez más compleja y atrayente nos resulta su personalidad.  …Su estela puede seguirse a través de las palabras de sus contemporáneos en controvertidos retratos, anecdotarios, citas y disquisiciones que nos ofrecen la imagen caleidoscópica de un hombre y un escritor que desde su primera juventud fue tan admirado como aborrecido, tan pronto objeto de las más desmesuradas alabanzas como de los agravios peor intencionados”.

En las páginas de su “autobiografía”, Juan Ramón recuerda: “Nací en Moguer, Andalucía, la noche de Navidad de 1881. Mi padre era castellano y tenía los ojos azules; mi madre es andaluza y tiene los ojos negros. La blanca maravilla de mi pueblo guardó mi infancia en una casa vieja de grandes salones y verdes patios. De estos dulces años recuerdo bien que jugaba muy poco y era gran amigo de la soledad; las solemnidades, las visitas, las iglesias, me daban miedo. Mi mayor placer era hacer campitos y pasearme en el jardín por las tardes cuando volvía de la escuela y el cielo estaba rosa y lleno de aviones”.

En 1891, a los diez años de edad, Juan Ramón ingresó en un colegio de jesuitas en el Puerto de Santa María, provincia de Cádiz, donde estudió el bachillerato hasta 1896. De este colegio Juan Ramón conservó toda su vida recuerdos muy negros.

Ese mismo año de 1896 el poeta se trasladó a Sevilla. En su Universidad estudió Derecho, cultivó la pintura, la poesía y comenzó a publicar en distintas revistas.

Madrid, suspiro y nostalgia de escritores y artistas nacidos en provincia, le atrajo en plena juventud.

En Madrid, Juan Ramón lee mucho, especialmente a los filósofos, escribe poesía y realiza un viaje por el sudeste de Francia.

En 1905 el poeta regresa a Moguer, su patria chica, donde permanece siete años, hasta 1912, dedicado a la meditación y a la creación en la soledad del campo.

Ese año abandona su retiro y regresa al bullicio de la capital. Una vez en Madrid, Juan Ramón realiza estudios en la famosa Institución Libre de Enseñanza, donde se fraguó prácticamente el espíritu de la Generación del 98. “La Institución –confiesa Juan Ramón- fue el verdadero hogar de esa fina superioridad intelectual y espiritual que yo promulgo”.

En el curso de esta permanencia en Madrid aparece su famoso libro PLATERO Y YO, cuya primera edición sitúan algunos críticos en 1914 y otros, con más acierto, en 1916. PLATERO Y YO, subtitulado ELEGIA ANDALUZA, es una sucesión de pequeños poemas en prosa compuestos entre 1907 y 1915. Con ternura mística, Juan Ramón exalta la simpática figura de un borriquillo andaluz llamado Platero.

“Platero –dice el poeta- es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal”.

El 2 de marzo de 1916 Juan Ramón contrae matrimonio en Nueva York con Zenobia Camprubí, bella mujer por cuyas venas corría sangre hindú. Al estallar la guerra civil en 1936 el matrimonio se instala en Cuba. De aquí se traslada a Estados Unidos, viviendo sucesivamente en Miami y Washington. En 1951 la pareja opta por el clima cálido del Caribe. El poeta imparte clases en la Universidad de San Juan, Puerto Rico, corrige su amplia obra anterior y produce nuevos poemas. En 1956 es galardonado con el Premio Nobel de Literatura, que la Academia sueca justifica así: “Por su poesía lírica, que en lengua española constituye un ejemplo de alta espiritualidad y pureza artística”. El poeta recibe esta distinción cuando se halla junto al lecho de su esposa agonizante. Zenobia, afectada de cáncer, muere a finales de aquel año 1956. El 29 de mayo de 1958 fallece Juan Ramón Jiménez.

El libro editado por Soledad González consta de cuatro apartados: entrevistas al poeta, encuestas, borradores y entrevistas a Zenobia Camprubi. Son textos antológicos que exaltan la persona y la obra del autor de PLATERO Y YO.

Los autores que figuran en el índice del libro reconstruyen la trayectoria vivida por Juan Ramón, el sesgo de sus oscilaciones sentimentales, la importancia y trascendencia de su producción lírica. Lo hacen recurriendo a sus escritos íntimos tales como diarios, cartas o confesiones. La revelación de Juan Ramón como hombre está asegurada por sus mismos escritos. Desde luego, el epistolario del poeta no es comparable al número de cartas que escribió Unamuno, pero en calor confidencial y en revelaciones íntimas Juan Ramón Jiménez sobrepasa a otros consagrados escritores españoles.

Cualquiera que haya padecido alguna vez la fiebre por la literatura conocerá la mayoría de los nombres que figuran en el libro. Como simple muestra del reconocimiento que hacen aquí de la poesía de Juan Ramón cito la opinión de otro gran poeta andaluz, Rafael Albertí, nacido en el Puerto de Santa María, no lejos de Moguer, donde vino al mundo Juan Ramón. Dice el de Cádiz sobre el de Huelva: “…. Por aquellos años -1924-1925 surgen los desvelos de Juan Ramón por la nueva poesía española que con tan apasionado ímpetu y fervor se iba perfilando. Había él registrado ya el fresco fuego juvenil de García Lorca, el noble acento de Pedro Salinas, la perfección lineal de Jorge Guillén, el lirismo casi chulapo del mismo Antonio Espina, la sencillez inicial de Dámaso Alonso, preparándose a recibir en su azotea los aires más recientes, que pronto ascenderían en los nombres de Altolaguirre, Prados, Cernuda, Aleixandre… Jamás poeta español iba a ser más querido y escuchado por toda una rutilante generación de poetas, segura del fresco manantial donde abrevaba y la estrella guiadora que se ofrecía”.

 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El punto en la palabra - Juan Ramón Jiménez, Entrevistas