Pez soldado parasitado

Desde los días del profeta Amós, el Señor conoce perfectamente la explotación que se le hace al débil y menesteroso. Hoy se oprimen personas, familias, colectivos, pueblos y naciones enteras.

25 DE JUNIO DE 2015 · 19:15

Foto: Antonio Cruz.,pez soldado, pez parasitado
Foto: Antonio Cruz.

“Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos” (Amós 4:1).

Son frecuentes los casos de parasitismo entre los peces, como el que muestra este pez soldado del género Myripristis con el que me topé hace un año en aguas del Parque Nacional del Este (isla Saona, Rep. Dominicana). Un enorme isópodo adherido a su cabeza vive a expensas de los líquidos fisiológicos del desafortunado pez. No le interesa acabar con su vida, ya que entonces se tendría que buscar otro hospedador, simplemente lo va debilitando poco a poco hasta abandonarlo en busca de otro pez más saludable. Generalmente los peces soldado parasitados vuelven a recuperar su buena forma inicial, después de la desagradable experiencia.

Por desgracia, la opresión no sólo se da en reino animal. También es algo frecuente entre seres humanos. La vemos cada día por doquier. Pero, a Dios no le pasa desapercibida. Desde los días del profeta Amós, el Señor conoce perfectamente la explotación que se le hace al débil y menesteroso. Hoy se oprimen personas, familias, colectivos, pueblos y naciones enteras. El mundo rico inventan mil maneras para obtener beneficios injustos del mundo pobre. ¡Quiera Dios darnos sabiduría para huir siempre de tal injusticia! ¡Que no caigamos nunca en tal error! Como todas las grandes equivocaciones humanas de la historia, ésta tampoco quedará sin su justa retribución.

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