St. Vincent: santo secular

El valor, sacrificio, compasión o humanidad, son atributos necesarios y admirables, y a Dios, sin duda, le importa lo que hacemos, pero le importa muchísimo más lo que hay detrás de nuestras acciones. Si hemos sido realmente transformados por Dios y lo expresamos con un servicio activo a los demás.

18 DE DICIEMBRE DE 2014 · 22:50

Imagen promocional de St. Vincent. ,St Vincent
Imagen promocional de St. Vincent.

El segundo largo de Theodore Melfi (2014), su anterior trabajo lo firmó en el milenio pasado, es una película de productor, la sombra de los Weinstein es alargada, al servicio de un actor carismático, Bill Murray, al que esta interpretación sitúa en las quinielas de posible ganador en la próxima edición de los Oscars.

Quiere ser una comedia, de esas en las que se cuenta algo realmente trágico con un tono amable y llevadero. Subgénero que perfeccionó el maestro Wilder en "el apartamento" y que nadie realmente ha sabido aún emular.

A la autoridad del mencionado Murray, se ha añadido el prestigio de Naomi Watts y el desparpajo de Melissa McCarthy, siendo este tridente actoral lo único que realmente funciona. Eso, y algunas estampitas atrevidas y originales de guión aisladas, pero inútiles si se quiere otorgar unidad y coherencia a la propuesta.

Melfi (sí encuentro "comedia" en los que han encontrado huellas en este director del cineasta Alexander Payne, responsable de "Los descendientes" o "Nebraska"), se pone unos guantes asépticos tras la cámara y nos lleva de la mano directos, sin aristas, a un mensaje que no se corta en subrayar e incluso poner en negrita: Los santos que la sociedad necesita están ahí, a la vuelta de la esquina.

Cualquier vecino que haya hecho algo destacable por la sociedad o por el prójimo, debería formar parte del santoral. Aunque se muestre uraño y algo irascible, lleve a un prostíbulo a menores o se juegue todo lo que tenga en el hipódromo. E incluso sentencie que la prostitución es el trabajo más honesto. Algo que supongo, aplaudirán los que se sientan más progres.

El valor, sacrificio, compasión o humanidad, son atributos necesarios y admirables, y a Dios, sin duda, le importa lo que hacemos, pero le importa muchísimo más lo que hay detrás de nuestras acciones. Si hemos sido realmente transformados por Dios y lo expresamos con un servicio activo a los demás.

Algo que nunca van a poder ofrecer a la sociedad estos santos seculares es una Paz necesaria y Verdadera. 

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