Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia

Con esta obra monumental Editorial Clie ha superado todos los registros de publicaciones desde que fue fundada por Samuel Vila y Zacarías Carles en 1948. En 1983 –han pasado 31 años-, la misma Editorial publicó el DICCIONARIO BÍBLICO ILUSTRADO, con 1230 páginas, dirigido por Samuel Vila y Darío Santamaría. Ahora nos entrega una obra mayúscula, a la que es imposible regatear un diez de puntuación. Una obra grande, verdadero monumento literario, cuya capacidad de síntesis en un solo tomo impresiona.
El académico y premio Nobel de Literatura en 1921, Anatole France, dijo que un diccionario es el universo alfabético, el libro por excelencia. Todos los demás están dentro.
Estas características definen al Gran Diccionario de Clie. Entre sus páginas revive el universo de la Biblia, expandido en una alfombra de palabras que se inician con el áleph, de memoria borgiana, y concluye con una referencia a los zuzitas, pueblo aborigen que vivió en tierras de Transjordania.
Si para el académico francés todos los libros del mundo están dentro de un Diccionario, en este de Clie no falta ni uno solo de los 66 que figuran en la Escritura sagrada.
La lista de colaboradores es amplia. He contado 89 nombres, todos ellos reputados escritores, especialistas en los temas que individualmente desarrollan. Este equipo ha estado dirigido por Alfonso Ropero Berzosa. Pido permiso para decir que Editorial Clie encontró oro cuando contactó y contrató a Ropero. Si buscaba un hombre experto en literatura, amante del trabajo, a quien no importaba unir horas del día con las de la noche, Ropero era el único disponible en la España evangélica.
El curriculum intelectual de Alfonso Ropero escala cumbres que llegan al cielo del pensamiento. Graduado de Welwyn School of Evangelism en Herts, Inglaterra. Doctor en Filosofía por St. Alcuin House University, Oxford Term, Master en Teología por el Centro de Investigaciones Bíblicas (CEIBI) de Canarias. Profesor de Historia de la Filosofía en dicho Centro y Director de la Editorial Clie.
Ropero, a quien conozco desde hace muchos años, trabaja sin hacer ruido, sin buscar protagonismo ni liderato en nuestra España protestante. No es hombre de campañas evangelísticas, es hombre de letra, de literatura. Su vida se desarrolla entre libros. Leer libros, cuantos más mejor; escribir libros, todo lo que el tiempo le permite.
La escritura es, ya se sabe, un trabajo anónimo. El escritor se refugia en su despacho y si puede cierra la puerta con llave para evitar comunicación. El hombre de púlpito, el pastor, el evangelista, se exponen al público, reciben reconocimientos y aplausos, la gente los saluda, los abraza.
Nada de esto puede esperar un escritor. Pero, vamos a ver, el hombre que escribe y expone un sermón a la semana, ¿tiene más méritos que el otro que consume a diario horas y horas inclinado sobre la escritura, con un montón de hojas en blanco a su izquierda y un montoncito, que va aumentando, de hojas escritas a su derecha?
Decía el escocés Thomas Carlyle que el arte de escribir es la cosa más milagrosa de cuantas el hombre ha imaginado. Pues ese arte, ese milagro lo posee en abundancia Alfonso Ropero, editor general del Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia.
Tanto me ha fascinado este Diccionario que seguiría escribiendo párrafos tras párrafos, hasta robarle a PROTESTANTE DIGITAL los espacios reservados a otros colegas míos. Ante la imposibilidad de hacerlo me siento como si estuviera cometiendo un crimen contra el libro al no explicar su contenido a los lectores. Así que, guardando mis ideas para otro artículo, ofrezco aquí lo que dicen los propios editores:
Respecto a su alcance, este GRAN DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE LA BIBLIA es todo lo exhaustivo que puede ser. Contiene entradas referentes a:

• Todos los libros de la Biblia, canónicos, deuterocanónicos y algunos apócrifos: introducción, redacción y contenido.
• Todos los topónimos y poblaciones que se citan en ella, con especial atención a las grandes ciudades y escenarios más representativos de la historia sagrada, según los resultados más recientes de la arqueología.
• Todos los personajes del AT y del NT, además de los de la época intertestamentaria que inciden en la historia bíblica, y una información completa y extensa sobre las figuras femeninas.
• La flora y la fauna bíblicas, tanto salvaje como doméstica.
• El conjunto de los aspectos agrícolas y minerales del mundo bíblico.
• Los objetos de la vida cotidiana, los oficios, la vivienda y sus diversos componentes; caminos, pozos, cisternas, rediles y apriscos.
• La vida privada, la educación de los hijos, los adornos y el cuidado personal; las labores del hogar y del campo.
• La geografía bíblica y sus accidentes; caminos, montañas, torrentes, valles, etc.
• La historia de las ciudades-estado, de los reinos y de los imperios de la época bíblica. Dinastías, gobernantes, reyes y emperadores.
• Las instituciones políticas y las estructuras sociales, desde el nomadismo a la monarquía.
• Las lenguas bíblicas: la papirología, y los manuscritos de Qumrán y Nag Hammadi.
• La religión de los pueblos vecinos, sus divinidades, formas de culto y lugares de adoración.
• Los grandes conceptos de la teología, la ética, la simbología y la exégesis bíblicas.
• Los métodos exegéticos judíos y cristianos; los libros tradicionales del judaísmo y corrientes que están detrás del cristianismo: helenismo, apocalipticismo, gnosticismo, etc.
• Las traducciones y versiones antiguas de la Biblia.

Publicado el año pasado, el Diccionario va ya por su tercera edición. Hace pocos meses le fueron concedidos dos premios en la exposición de literatura que anualmente celebra Expolit en Miami.
Lector: si eres predicador, evangelista, pastor, anciano de Iglesia, líder espiritual o simple cristiano que desea conocer mejor el significado de las palabras bíblicas, incluso de aquellas que siempre te han parecido ininteligibles o misteriosas, no puedes pasar sin tener en tu casa un ejemplar de este Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia.