Eruditos judíos estudian los cambios en manuscritos de la Torá a través del tiempo

El Proyecto Biblia comenzó en 1958, cuando un manuscrito de valor inestimable llegó a Jerusalén, el Códice de Alepo, considerado la versión más antigua y exacta del texto completo en hebreo.

JERUSALÉN · 12 DE AGOSTO DE 2011 · 22:00

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Los eruditos de un rincón aislado de la Universidad Hebrea trabajan discretamente desde hace 53 años en uno de los proyectos más ambiciosos que se hayan emprendido en materia bíblica: publicar la edición definitiva de los libros sagrados hebreos (Antiguo Testamento protestante), y rastrear hasta el último detalle su evolución a lo largo de los milenios. Los eruditos del proyecto iniciaron en 1958 su trabajo para la edición crítica de la Biblia Hebrea, una obra dirigida principalmente a los estudiosos, aunque "lo que hacemos aquí debe interesar a cualquiera que se interese por la Biblia", dijo Michael Segal, el director del proyecto. El Proyecto Biblia -tal el nombre de la empresa- comenzó el mismo año que un manuscrito de valor inestimable llegó a Jerusalén, sacado de contrabando de Alepo, Siria, por un comerciante judío en quesos que lo ocultó en su lavarropas. Se trata del Códice de Alepo, considerado la versión más antigua y exacta del texto completo en hebreo. El texto medular -con el que se comparan todos los demás- que utiliza el Proyecto Biblia se basa en este manuscrito. Otras versiones críticas de la Biblia, como la que se está preparando en Suttgart, Alemania, se basan en un manuscrito algo más reciente que se encuentra en San Petersburgo, Rusia. Dado que muchas personas devotas considerarían este trabajo algo controvertido, es tal vez sorprendente que la mayoría de los participantes en el proyecto son judíos ortodoxos. "Un judío devoto cree que la fuente de la Biblia es la profecía", dijo el secretario del proyecto, Rafael Zer. "Pero apenas las palabras son entregadas a los seres humanos, con el acuerdo de Dios y por su iniciativa, la santidad del texto bíblico perdura aunque se cometan errores en la transmisión". UN PROYECTO CASI SECRETO Segal y sus colegas trabajan casi en el anonimato. Su obra es casi desconocida fuera de un círculo de expertos bíblicos que incluye a lo sumo unos centenares de personas en todo el mundo. Un visitante que pregunte por la oficina del Proyecto Biblia descubrirá que muchos empleados de la universidad ni siquiera conocen su existencia. Se trata de una empresa tan minuciosa, tan desconectada del mundo exterior, que en más de medio siglo de trabajo los eruditos han publicado apenas tres de los 24 libros de la Biblia Hebrea (para los cristianos, que cuentan de otra manera, son 39 en total.) Prevén publicar el cuarto durante el próximo ciclo académico. A este paso, el producto final se habrá completado dentro de unos 200 años. Esto es motivo de orgullo con una pizca de autocrítica entre los miembros del proyecto. El último miembro del equipo original murió el año pasado a los 90 años. Los eruditos han pasado años estudiando con lupa -además del Códice Alepo- manuscritos tales como los Rollos del Mar Muerto, traducciones griegas manuscritas en papiros egipcios, una Biblia impresa en Venecia en 1525, manuscritos en pergamino, la Torá Samaritana y rollos en arameo y en latín. LA BIBLIA COMO REFERENCIA Para muchos judíos y cristianos la Biblia en el original hebreo es de inspiración divina, inalterada e inalterable. Para los judíos ortodoxos la inalterabilidad se trata de un concepto tan importante, que si el rollo de la Torá en una sinagoga contiene un error en una sola letra, el rollo entero es inservible. Esto ha asegurado la exactitud de los textos copiados y transmitidos a través del tiempo, aunque se conocen versículos en los diferentes manuscritos que han servido para la traducción del Antiguo Testamento que son dudosos o que no son originales (siempre en cuestiones menores, sin afectar al contenido y mensaje principal de la Biblia). El trabajo en curso de los detectives académicos del Proyecto Biblia revela que este texto fundacional del judaísmo, el islam y el Antiguo Testamento cristiano conoció cambios durante largos períodos de su historia (algo que, como ya se ha apuntado, ya se sabía), aunque este grupo de trabajo cree que su transmisión fue más prolija y afectada por el error humano de lo que imagina el lector moderno. DIFERENCIAS CON EL PASO DEL TIEMPO El texto actual más reciente difiere mínimamente de las versiones anteriores en varios lugares: diferencias que son la prueba de los inevitables tropiezos verbales, los errores de los escribas y otras huellas humanas que se convirtieron en parte de la Biblia en su transmisión oral y escrita. Como ejemplo, un gráfico Microsoft Excel proyectado sobre una pared muestra variaciones en un solo verso del libro del profeta Malaquías. En el texto que se conoce actualmente, el verso alude a "los que juran mentira". Los estudiosos han descubierto en escritos rabínicos del siglo V de nuestra era que la frase era más larga: "los que juran mentira por mi nombre". En otro ejemplo, del Deuteronomio, un pasaje que habla de los mandamientos entregados por Dios "a vosotros", antes decía "a nosotros". Otra diferencia, ésta más amplia, es el Libro de Jeremías. Como se conoce hoy es aproximadamente un 12% más extenso que el de los manuscritos de hace dos milenios conocidos como los Rollos del Mar Muerto. La profecía sobre el robo y la devolución de objetos del Templo por soldados babilónicos podría –según los investigadores, sin ser aún seguro- haber sido añadida después de los sucesos.

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