Barcelona necesita una 'gran mezquita', según asociaciones islámicas

Las aglomeraciones en los lugares de culto cada viernes son la prueba de esta necesidad, mantienen los musulmanes, que de momento no cuentan para el proyecto con demasiado apoyo político.

BARCELONA · 19 DE MAYO DE 2013 · 22:00

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	Centenares de musulmanes rezan en el patio del Instituto Badalona 9. Centro Isl&aacute;mico Camino de la Paz</p>
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Centenares de musulmanes rezan en el patio del Instituto Badalona 9. Centro Islámico Camino de la Paz

La comunidad islámica ha crecido en los últimos años en las ciudades españolas. En la provincia de Barcelona son casi 250.000 fieles, la mayoría asentados en la Ciudad Condal, por lo que se comienza a plantear la necesidad de la construcción de una gran mezquita. Cada viernes se producen aglomeraciones en las puertas del centro islámico Camí de la Pau, según cuenta en un reportaje Marina Meseguer para La Vanguardia. Este es uno de los centros de culto más grandes de la ciudad, con una salón de oración de unos 200 metros cuadrados. Pero no es suficiente para todos los que acuden. “Hay una falta bestial de espacio, nosotros no llegamos a cubrir ni un 30% de la demanda, lo que nos obliga a hacer turnos. Esto nos está generando problemas con los vecinos”, reconoce Mohamed Iqbal, portavoz de una asociación religiosa islámica. Las últimas cifras de la Generalitat indican que en Catalunya hay a día de hoy unos 232 centros de culto islámico, de los cuales, 24 se encuentran en Barcelona. Y pese a que su número crece año tras año, los locales se quedan pequeños para albergar a todos sus fieles. Un problema derivado de la delicada situación económica de la comunidad, que se ve incapacitada para financiar obras de mayor envergadura. “Una mezquita en Barcelona que reúna las condiciones de un verdadero monumento islámico no solucionará todos los problemas de falta de espacios, pero si sería importante para expresar una de las realidades de la ciudad”, comenta Hohammed Alhoul, portavoz del Consell Islàmic de Catalunya. Lo cierto es que Barcelona, pese a ser una de las capitales con más musulmanes de España no tiene ninguna gran mezquita. La ciudad cuenta con centros de culto islámicos, pero una mezquita es algo más que un lugar donde ir a rezar, hay escuela, residencia, espacios de recreo... Ciudades como Madrid - con la famosa mezquita de la M30 -, Valencia o Granada ya hace años que cuentan con ella, pero no la capital catalana. HUIR DE FINANCIACIÓN SAUDÍ Para su construcción hace falta financiación, pero el problema está en quién quiere poner el dinero. Según fuentes gubernamentales que cita La Vanguardia.com, se prefiere seguir sin mezquita que hacerla a cambio de rendir cuentas a un poder exterior. Países como Arabia Saudí son los principales financiadores de mezquitas en todo el mundo, pero la comunidad sabe que no se trata de buenos samaritanos que ayudan a cambio de nada. “No queremos que nadie nos mande desde fuera”, afirma Iqbal. Los imams Mohamed Eddabouzi y Younes Harrak, Secretario General y Tesorero de la Unió de Centres Islámics de Catalunya, coinciden también en rechazar la “financiación de países rigoristas”, aunque ven posibilidades de negociación con Marruecos, cuyo gobierno tiene un plan de construcción de mezquitas en Europa. Otro problema está en el rechazo social que todavía genera la construcción de una mezquita. Mohamed Iqbal recuerda que cuando abrieron el centro de culto de Erasme Janer, los vecinos del Raval llegaron a recopilar hasta 3.000 firmas en contra. DECISIÓN POLÍTICA Exceptuando al PPC, que considera que “actualmente no se dan las condiciones para su edificación”, el resto de grupos municipales consultados por La Vanguardia.com estarían más dispuestos a considerar el proyecto - pese a que el PSC se opone a denominarla gran mezquita y prefiere quitar el adjetivo - siempre y cuando hubiera consenso dentro de la comunidad y financiación privada. Para la construcción se requerirá un consenso entre las diferentes facciones y nacionalidades. Los centros de culto islámicos suelen estar segregados por comunidades: pakistaníes, marroquíes, subsaharianos... Astor indica que en una comunidad tan heterogénea podrían surgir problemas a la hora de administrar el recinto, los equilibrios de poder podrían causar tensiones. No obstante, los representantes de la comunidad consultados afirman que la diversidad de origen no supondría un impedimento. “A todo el mundo le gusta ir a rezar a mezquitas grandes”, asegura la presidenta de la asociación de mujeres pakistaníes ACESOP Huma Jamshed. Otro asunto sería el idioma a utilizar. El presidente de la fundación Nous Catalans, Ángel Colom, lo tiene claro, el nexo debería ser el catalán. Así, el idioma de Cataluña haría una doble función: de lengua franca y de correa de transmisión de la cultura catalana. “Si Barcelona quiere convertirse en la capital del Mediterráneo debe tener en cuenta que la religión mayoritaria en la región es el islam. Tarde o temprano habrá que construir una gran mezquita emblemática y bonita de la que todos nos podamos sentir orgullosos”, argumenta. Esa “mayoría” actualmente está formada por extranjeros (más de dos tercios, según datos de Ucide) pero será cuestión de tiempo que muchos vayan adquiriendo la residencia, nacionalidad, y con ello el voto. Cuando llegue ese momento – que no será dentro de tanto tiempo – ¿no se relajarán entonces las trabas políticas a cualquier proyecto? El tiempo lo dirá.

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