La prisión de Burgos celebra sus primeros bautismos de reclusos internos

“Bautizarse dentro de la cárcel exige un enorme compromiso. Influye mucho hacerlo en ese contexto porque todo el mundo es testigo de lo que has hecho. Te has expuesto a los demás y eres muy consciente de que debes responder por ello”, comentó Heliodoro López, voluntario evangélico que el pasado sábado 21 fue testigo de la primera ceremonia de este tipo que se celebra en la cárcel de Burgos. Hasta ahora, quienes habían abrazado la fe en Jesús siguiendo el mensaje cristiano evangélico, se habían bautizado una vez que estaban fuera del recinto carcelario. Para que Miguel Ángel, Alberto y Florín pudieran sumergirse por completo en el agua, como relatan las Escrituras que hizo Jesús ya de adulto en el Jordán, fue necesario introducir una piscina hinchable de 2 metros de diámetro, la cual fue llenada con la manguera de la toma de bomberos. La ceremonia comenzó a las 11 de la mañana en el Patio de los Pinos. Después de entonar canciones espirituales y leer algunos pasajes de la Biblia en los que se hace alusión al bautismo, el capellán Julio -de la ONG Remar- y el pastor gitano Enrique Gabarri, preguntaron a los reclusos si estaban convencidos del paso que iban a dar. Dos de los cinco que en principio iban a ser bautizados desistieron. “Fue un acto muy alegre y así lo reflejaron en su rostro los reclusos tras su bautismo. Con esta decisión, ellos dan testimonio de su fe en Jesucristo y de su compromiso con la vida cristiana”, afirmó Heliodoro. Hace 27 años que la iglesia evangélica realiza labores pastorales en la prisión de Burgos, cubriendo necesidades espirituales, afectivas y materiales de las personas que se acercan a los voluntarios.