Sí, quedo yo (2)

A lo largo de los años he utilizado la palabra hablada en infinidad de ocasiones y he utilizado también la palabra escrita.

26 DE SEPTIEMBRE DE 2018 · 09:39

Juan Antonio Monroy, en la casa museo Unamuno. / J. Alencar,
Juan Antonio Monroy, en la casa museo Unamuno. / J. Alencar

Partiendo de un artículo publicado por el formidable fotoperiodista Manuel López Rodríguez, ya fallecido, en la revista bautista “El Eco”, la semana pasada me referí a algunas de las actividades y ministerios que he venido desarrollando desde los días de mi conversión.

Estos son los asuntos sobre los que entonces escribí: El tema originado por López Rodríguez. Predicaciones en 35 países. Fundación de iglesias. Fundación de Institutos. Instituciones misioneras. Ministerio radiofónico. Producción de videos.

Hoy continúo mi relato.

 

PERIÓDICOS Y REVISTAS.

Lo que diferencia la literatura del resto de las actividades consideradas como arte es la palabra, materia prima del lenguaje. En el principio fue el Verbo, la palabra, según escribe Juan apóstol. En la Biblia, la palabra es el medio más común que utiliza Dios para ponerse en relación con la humanidad. A lo largo de los años yo he utilizado la palabra hablada en infinidad de ocasiones y he utilizado también la palabra escrita, de capital importancia al servicio de la Palabra divina.

Ya tengo dicho que fui convertido a la fe cristiana en octubre de 1950. En marzo de 1951 fui destinado a Santa Cruz de Tenerife para cumplir el servicio militar, del que yo estaba excluido en virtud de haber nacido fuera de España y de mi doble nacionalidad, pero al que me inscribí voluntariamente.

En enero de 1952, plenamente integrado en la iglesia que se reunía en casas particulares, fundé el boletín que titulé “El Informador Evangélico Canario”. El dueño de la imprenta creyó que se trataba de una publicación católica y no puso inconveniente alguno. Reuní información de las iglesias en las islas, incluí varios artículos y el boletín resultó precioso, como alguien dijo. Sólo salió el primer número. Los líderes de la iglesia alabaron la iniciativa, pero creían que continuar suponía un riesgo para las iglesias y para mí mismo. No tengo ni un solo ejemplar de aquél número. Si alguien en las Canarias conservara alguno iría personalmente a recogerlo.

Una vez en Tánger fundé el periódico “Luz y Vida”, que sólo se publicó entre enero de 1955 y diciembre de 1956.

Entre 1956 y finales de 1959 publiqué la revista “Luz y Verdad”.

En 1962 aparecí con un proyecto más ambicioso, la fundación del periódico “La Verdad”, que estuvo publicándose hasta enero de 1964.

Todo lo anterior tuvo lugar durante mi residencia en Marruecos, país donde nací.

En 1965 me trasladé a Madrid, donde fundé la revista “Restauración”. Estuvo sirviendo al pueblo evangélico durante veinte años, entre enero de 1966 y diciembre de 1985. Además de los lectores españoles, “Restauración” contaba con suscriptores en catorce países de Europa y las dos Américas.

Preocupado por la formación espiritual de los niños fundé en enero de 1972 la revista infantil “Primera Luz”, que los niños de familias evangélicas estuvieron leyendo desde aquel 1972 hasta diciembre de 1991.

En enero de 1988 me embarqué en un proyecto dirigido a los lectores de habla inglesa en Europa y Estados Unidos. Fundé la revista “European Challenge”, escrita en inglés. Debido a la falta de recursos económicos sólo tuvo una vida de dos años, hasta diciembre de 1999.

Para cubrir el vacío informativo que había dejado la revista “Restauración”, desde enero de 1990 hasta diciembre de 1999 estuve entregando a los evangélicos españoles y de otros países la revista “Alternativa 2000”.

Tres de nosotros, Pedro Tarquis, Pablo Martínez en representación de la Alianza Evangélica y yo mismo, fundamos el año 2003 la revista por internet “Protestante Digital”, de la que en estos momentos soy presidente y escribo dos artículos semanales. Debido al impulso y dedicación de Tarquis “Protestante Digital” tiene 800.000 visitas al mes. Además publica una edición en inglés y otra en México para Hispanoamérica. Periódicos y revistas internacionales de prestigio toman información de “Protestante Digital”.

Según mis notas, desde el artículo publicado en Tánger un mes después de mi conversión en 1950 que titulé “No se hace justicia al obrero”, referido a Cristo, hasta este último que estoy escribiendo, he producido y publicado unos tres mil artículos de prensa.

 

CONFERENCIAS EN UNIVERSIDADES

En años de cultivar y exponer la literatura he pronunciado conferencias sobre obras, autores y temas en las Universidades que a continuación menciono:

Universidad Pepperdine, Los Ángeles, California, en tres ocasiones. 

Universidad Cristiana de Abilene, Texas, en dos ocasiones. 

Universidad Cristiana de Oklahoma.

Universidad David Lipscomb, Nashville, Tennessee.

Universidad Freed-Hardeman, Henderson, Tennessee.

Universidad de Harding, Searcy, Arkansas.

Universidad Bible International, Florence, Alabama.

Christian University of Lubbock, Texas.

Universidad de Coahuila, Torreón, México.

Universidad de Nuevo León, Monterrey, México.

Universidad de Duisburg, Alemania.

Universidad de Alcalá de Henares, Madrid.

Universidad Laboral de La Laguna, isla de Tenerife.

Universidad de Salamanca.

Centro Ecuménico Juan XXIII, Salamanca.

Salón cultural de la Caja de Ahorros, Las Palmas de Gran Canaria.

Club de prensa canaria, Las Palmas de Gran Canaria.

Casino de Las Palmas de Gran Canaria.

Universidad de Sevilla.

Overseas Press Club of América, Nueva York.

Además de estos centros universitarios he pronunciado conferencias sobre historia de la literatura en hoteles, centros culturales, seminarios y residencias de Málaga, Granada, La Coruña, Sevilla, Alicante, Madrid, Barcelona, Colombia, Tailandia, Perú, Honduras, Ecuador, Puerto Rico, Panamá y Suiza.

En julio de 1961, en el hotel Lutetia de París, fui uno de los tres fundadores de “Amnistía Internacional”, la organización ideada por el abogado inglés Peter Benenson para luchar a favor de los derechos humanos, la libertad religiosa, en contra de la tortura y encarcelamientos injustificados. Actualmente “Amnistía Internacional” es miembro de Naciones Unidas, de la Unesco y del Consejo de Europa. En 1977 le fue concedido el Premio Nobel de la Paz. Una parte de esos honores me corresponden a mí como fundador. Eso creo.

 

PADECIMIENTOS Y CÁRCELES.

Hasta tres veces el apóstol Pablo hace recuento de sus trabajos y penalidades al servicio de Cristo. En segunda carta a los corintios 4:8-12; 6:3-10 y 11:23-28. Pide perdón por gloriarse en tales padecimientos y aclara que lo hace como en locura.

Soy plenamente consciente de que mis padecimientos han sido insignificantes comparados con los de aquél gigante, pero también escribo en locura y también pido perdón al contarlos aquí. Aunque no todos. Necesitaría disponer de más páginas.

Antes de su independencia en 1956 Marruecos estaba dividido en tres zonas: al norte el protectorado español; al sur el protectorado francés; la ciudad de Tánger, enclavada en la salida oeste del estrecho de Gibraltar, en territorio marroquí, era zona internacional, gobernada por turno por distintos países europeos. La bella Larache se encuentra a unos 90 kilómetros de Tánger, en la desembocadura del río Lucus. La leyenda localiza allí el Jardín de las Hespérides, leyenda griega de las tres hermanas que velaban ayudadas por el dragón Ladón.

En Larache yo tenía amigos y conocidos. Había sido convertido mes y medio antes de estos acontecimientos. Propuse a un misionero que llevaba muchos años viviendo en Tánger, Peter Harayda, que fuéramos a Larache, donde yo quería hablar de Cristo especialmente a jóvenes de mi generación. Salimos en un viejo jeep que le había regalado la embajada americana. Allí nos acurrucamos los cinco de la aventura. El chofer y cuatro jóvenes de la iglesia. Nos habíamos provisto de abundantes tratados. Nuestra primera parada fue Arcila. Yo repartía folletos a unos y a otros. Dos policías de aquel régimen nacionalcatólico me llevaron a comisaría. Incautaron toda la literatura. Nos devolvieron a Tánger. A mí, sólo a mí, sin saber por qué, me prohibieron la entrada al protectorado español, cuyas ciudades no volví a pisar hasta la independencia de Marruecos en 1956. Esto ocurrió en 1950, de modo que me castigaron seis años sin poder ir a Larache. Pero fui después de la independencia. Y establecí una iglesia.

Fue mi primer enfrentamiento con aquél gobierno. Pero no el único. En la Orotava de Tenerife un fanático católico quiso matarme con un machete. El cura del barrio donde yo predicaba, en la misma Orotava, me quemó en efigie en la plaza del lugar. En Coín, Málaga, la Guardia civil me tuvo retenido para que explicara qué hacía en aquél pueblo. En Málaga capital me enfrenté a un juez que condenó injustamente a una mujer de la Iglesia por descolgar de las paredes de su propia casa imágenes católicas. Había sido denunciada por una vecina. En La Roda, Albacete, me enfrenté a otro juez que se negaba a conceder el matrimonio civil a una pareja de la Iglesia en Villarrobledo. En Melilla pagué una multa de 3.000 pesetas por seis días de reuniones no autorizadas en una casa. En Lérida estuve tres horas discutiendo con el alcalde que se negaba a un entierro por lo civil.

En enero de 1964 las autoridades marroquíes de Tánger, obedeciendo una denuncia de obispos católicos, enviaron a mi oficina tres policías, lo revolvieron todo, se llevaron ejemplares del periódico “La Verdad” que entonces publicaba y que molestaba a los obispos, me retiraron el pasaporte y me ordenaron no salir de Tánger.

En 1951, estando en el ejército, un capitán me puso una pistola en la nuca ordenándome que me arrodillara ante una imagen de la virgen. Ni me arrodillé ni me mató.

En aquellos tiempos del servicio militar me sentenciaron a seis meses de calabozo, denunciado por un capellán católico con grado de teniente coronel. En abril de 1963 fui detenido en la Aduana de Algeciras. Confiscaron los periódicos y revistas que llevaba en mi Renault Dauphine y me encarcelaron durante ocho días.

Pero aquí estoy. Aquí sigo. Sí, quedo yo. Muy activo. ¿Los años? No tengo años. Este 2018 he realizado campañas evangelísticas y crecimiento de iglesias en cinco países: Cuba, dos ciudades en República Dominicana, dos ciudades en Guatemala, tres ciudades en Colombia, otras tres en México. He recorrido en millas aéreas el equivalente a cien mil kilómetros, otros tres mil quinientos por carreteras en coches alquilados. Resultado de todo esto ha sido ciento siete convertidos a Cristo y setenta y cuatro restaurados espiritualmente.

Sí, insisto, quedo yo. ¿Hasta cuándo? La respuesta no está en el viento. Está en las alturas celestiales.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Enfoque - Sí, quedo yo (2)