El asombro como guía

El famoso compositor clásico Frederic Chopin, estaba trabajando en su vals número 3 en Fa mayor cuando su gato saltó y comenzó a correr por encima de las teclas del piano. Frederic se quedó ensimismado escuchando el sonido que dejaba el gato tras su carrera.

04 DE DICIEMBRE DE 2008 · 23:00

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Así que, lejos de enfadarse, trató de reproducir la misma melodía en el llamado “Vals del gato” El asombro puede ser uno de nuestros mejores amigos. Cuando nos asombramos, aprendemos que cada día puede ser diferente, que en un momento puede surgir algo bueno, algo que haga trascendental cualquier situación rutinaria. Si vivimos con los ojos bien abiertos, asombrándonos por lo que ocurre a nuestro alrededor, disfrutando de cada momento, de cada situación, aprendiendo de lo que en cada minuto nos enseña la vida, entonces seremos capaces de paladear la belleza de las cosas, casi como si acabásemos de nacer. Como si toda la vida continuásemos siendo niños, porque ellos nunca se cansan de asombrarse y aprender. Cuando nos volvemos arrogantes y comenzamos a creer que lo sabemos casi todo, hemos perdido la felicidad de lo inesperado. La persona que quiere controlar todo vive en la esclavitud de sus propias deducciones: jamás aprenderá la belleza de un acto aparentemente fuera de control. Si queremos controlar todo, nuestra vida transcurrirá permanentemente atada a la rutina. No importa los años que tengamos, lo que jamás debemos perder es nuestra capacidad de asombrarnos. El deseo de vivir “con la boca abierta”. La sensación que nace de lo profundo de nuestro corazón para admirar no sólo lo que nos rodea, sino también lo que hacen otras personas. Aunque nos parezca lo más simple del mundo. Admirar la naturaleza que nos rodea, asombrarnos por lo que otras personas hacen, y vivir agradeciendo sinceramente el trabajo de otros es parte del carácter que Dios pone en nuestra vida. Es más, creo que cuanto más nos asombramos, más disfrutamos de la vida y más cerca estamos de nuestro Creador. El, que es perfecto por naturaleza, quiso crearnos para asombrarse también de nuestra amistad y de la manera en la que resolvemos los problemas que creamos. No olvides nunca que del asombro viene la admiración y el agradecimiento… En el asombro nace la creación, y cuando creamos y descubrimos algo nuevo aprendemos a vivir.

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