La soledad de esta noche

Cuánto duele la soledad de estas noches tan especiales para muchos y tan sin luna y sin estrellas para otros.

25 DE DICIEMBRE DE 2013 · 23:00

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¡Oh, Dios!, cuánto duele la soledad de estas noches navideñas para muchos. Noches tan sin luna que les alumbre y tan sin estrellas que les acompañen. En sus hogares, la lluvia de buenos y antiguos recuerdos se precipitará con furor empañando sus mentes. Formarán arroyos que correrán, como las penas, garganta abajo y se harán visibles en sus ojos porque golpearán con furia el ser interior. Son corazones desnudos y anónimos para el mundo pero tu los conoces. ¡Mira como sangran, Señor, esperando tu presencia! ¡Mira como te aguardan y desean tu misericordia! ¡Oh, Dios!, cuánto duele la soledad de estas noches tan especiales para muchos y tan sin luna y sin estrellas para otros que se encuentran solos, lejos de sus seres queridos; de los que han perdido algún miembro de su familia; de los que están sin trabajo; de los desesperanzados de encontrarlo; de los que viven con vergüenza a causa de la caridad ajena; de los despreciados; de los que se han preparado con sus estudios y se sienten verdaderos inútiles; de los que han perdido sus casas; de los enfermos; de los que fijan su mirada en las compras, las fiestas y la comida que solo los llenará unas horas; de los que no te conocen. Los recuerdos golpean estos días con fuerza. Traen sufrimiento y desazón. Permite que se ablande nuestro entendimiento, que no nos acostumbremos como algo habitual a las desgracias que llegan, que seamos sensibles y estemos prestos a la empatía, a ser prójimos de nuestros próximos.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - La soledad de esta noche