Juan Bautista Cabrera y los himnos evangélicos

La himnodia protestante tiene mucho de su origen a compositores y poetas evangélicos de gran renombre que fueron traducidos y versificados.

08 DE ABRIL DE 2014 · 22:00

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Cabrera tradujo y versificó más de 400 himnos religiosos, entre ellos el famoso himno tocado por la orquesta del barco Titanic mientras se hundía: Más cerca, oh Dios, de ti. Algunos, han considerado la obra poética himnológica tan importante, que exageradamente han establecido comparaciones, haciendo irrepetibles a Cervantes en la novelística, Shakespeare en el teatro y Cabrera en los himnarios religiosos. Pero es cierto lo que dice Sandra Myers Brown(i) sobre la música cristiana "no católica”: “En ninguna de las historias hasta ahora escritas sobre la música española se encuentra mención de la música cristiana ‘no-católica’, omisión que podría indicar que la actividad musical de los protestantes ha sido escasa o nula en España. Bien es cierto que el protestantismo se implantó muy tarde en España, siendo resultado de las políticas liberales del XIX y del fervor e imbatible esfuerzo de un pequeño núcleo de españoles con la ayuda de distintas misiones extranjeras; pero también es cierto que el movimiento evangélico español logró producir un repertorio musical propio que puede ser considerado como una rama de la larga tradición de música protestante europea. Ignorar por completo la existencia de música protestante en España y, sobre todo, la influencia que haya podido tener el protestantismo europeo sobre la música culta española, es ignorar una página de la historia, por pequeña que ésta sea”. CABRERA: HIMNÓLOGO Y ESCRITOR La himnodia protestante tiene mucho de su origen a compositores y poetas evangélicos de gran renombre que fueron traducidos y versificados como P.P. Bliss; W.B. Bradbury; F.J. Crosby; W.H. Doane; J.B. Dykes; W.G. Fischer; T. Hastings; J.P. Holbrook; R. Lowry; H.P. Main; L. Mason; J. McGranahan; W.H. Monk; J.E. Rankin; G.F. Root; I.D. Sankey; G.C. Stebbins; A. Sullivan; S.J. Vail; S. Webbe; J.P. Webster; I.B. Woodbury. De ellos nacería la obra o las traducciones de grandes poetas españoles que aún se cantan en nuestras iglesias como José Joaquín de Mora, Ramón Bon; Juan Bautista Cabrera; Pedro Castro; Estrella de Belén; Tomás García; Leandro Garza Mora; Tomás José González Carvajal; Pedro Grado; Vicente Mendoza; Joaquín de Palma; Henry C. Thompson; Tomás M. Westrup etc, sin olvidar a Mariano San León, Fritz Fliedner, Enrique Turral, Manuel Gutiérrez Marín, Isabel Lawrence, Noemí Celma... Cabrera en sus traducciones procuraba profundizar en la intención del autor, como puede expresarse en el “Santo, Santo, Santo” uno de los más solemnes. 2 ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! la inmensa muchedumbre de ángeles que cumplen tu santa voluntad, ante ti se postra, bañada de tu lumbre, ante ti que has sido, que eres y serás. 3 ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! por más que estés velado, e imposible sea tu gloria contemplar; Santo tú eres soló, y nada hay a tu lado en poder perfecto, pureza y caridad. Martín Lutero se inspiró en el salmo 46 para escribir el himno clásico de la Reforma Evangélica o Protestante “Castillo Fuerte es Nuestro Dios”. He aquí la letra de este himno según la traducción española del poeta y eclesiástico Juan Bautista Cabrera del Himno en inglés “A Mighty Fortress is our God”: CASTILLO FUERTE ES NUESTRO DIOS 1. Castillo fuerte es nuestro Dios, defensa y buen escudo. Con su poder nos librará en este trance agudo. Con furia y con afán acósanos Satán. Por armas deja ver astucia y gran poder; cual él no hay en la tierra. 2. Nuestro valor es nada aquí, con él todo es perdido. Más por nosotros pugnará de Dios el Escogido. ¿Sabéis quién es Jesús?, El que venció en la cruz, Señor de Sabaoth, Y pues, El sólo es Dios, Él triunfa en la batalla. Cabrera publicó su himnario, según se había acordado en el I Sínodo de la Iglesia Española Reformada y mucha de la producción era propia. Un “Himnario para uso de las iglesias evangélicas” fue publicado en 1871; otro “Himnario para uso de la Iglesia Cristiana Española” en 1878 y en el mismo año otro “Himnario de la Iglesia Evangélica Española” sin saber a que obedecía esta especificación denominacional porque las páginas eran 276 en ambos casos. En 1880 el “Himnos para el uso de las congregaciones españolas de la Iglesia Protestante Metodista” con 319 páginas. En 1887 se publica el “Himnario para uso de la iglesia Española Reformada” con 254 páginas. Para las escuelas diarias y dominicales se publicaron varias ediciones de “Himnos y canciones para las escuelas diarias y dominicales” en 1887 con 68 y 71 páginas. No había tanta inspiración poética propia en el himnario de William Harris Rule titulado “Himnos para uso de las congregaciones españolas de la iglesia cristiana” cuyo contenido era de versos de Fray Luis de León y de la versión métrica de los Salmos de Tomás González Carbajal, siendo el resto traducidos del Himnario inglés. Los 107 himnos que componen este himnario de Rule no tienen la lírica y el sentimiento que les impregna Cabrera y solo sobresalen los de Fray Luis de León, pues los mismos de Carbajal en las traducciones hebreas se apega a la letra y en otros le falta la emoción y la afectividad que imprimía Cabrera. Nos ha dejado, Cabrera y como una prueba más de su lírica religiosa este maravilloso himno: 1 Cual bálsamo que mitiga - tenaz y acerbo dolor, es para el alma angustiada - saber que Dios es amor. Venero que proporciona - riquezas de gran valor, es para el alma salvada - sentir que Dios es amor. 2 ¡Amor el Dios de los Cielos! ¡Amor el excelso Rey! ¡Amor su invicta potencia! - ¡Amor su corona y ley! Palpita, corazón mío, - gozoso por tanto amor; y eleva con tus latidos - un cántico en su loor. Coro. 3 ¡Amor bendito, que tienes - de los mortales piedad, y en abundancia deparas - salud a la humanidad! Por ti desciende a nosotros - el Hijo eterno de Dios, y vida y paz y consuelo - de Él descienden en pos. Coro. 4 Por ti los cielos sonríen, - la Tierra siente placer... Lo que otros siglos no vieron, - nosotros podemos ver. Por ti la suprema dicha, - en existencia eternal de angustias exenta, el hombre - gozar espera inmortal. Coro. Coro.- Bendice a Dios, alma mía, - abraza a tu Salvador; adórale y testifica - que es infinito su amor. Abundando en la fuerza poética de los himnos de Cabrera dice Oscar Naranjo(ii) El Stabat Mater Dolorosa se considera el himno más patético de la Edad Media, y quizás de la historia del himno. Presenta el dolor de la Virgen Madre al contemplar a su hijo en la cruz. En un sentido, refleja la tristeza y sufrimiento de su autor, un franciscano, JACOBO DE BENEDICTUS, (Jacopone da Todi), (1240‑1306), cuando éste se rebeló contra la corrupción de la Iglesia, J. B. CABRERA ha vertido al castellano una parte del Stabat Mater: "Al pie de la Cruz llorando Está la Madre, mirando Clavado al Hijo y Señor". (El Himnario N° 94) Laus Patrius Coelestis fue escrito por BERNARDO DE CLUNY, en el siglo XII, y trata de la felicidad en la nueva Jerusalén. Es parte de una poesía de tres mil líneas, una sátira acerca de la Iglesia en su época malvada: "De Contemplu Mundi", fue traducido al castellano por Cabrera como "Jerussalem Celeste". Una segunda traducción es "Jerusalén excelsa". En cuanto a su obra literaria no hemos de olvidar sus traducciones algunas de las cuales ya hemos mencionado pero que ahora tomamos de Patrocinio Ríos: La esclavitud y el tráfico de esclavos, sus efectos sobre la condición de los naturales de África, y sobre el carácter de los principales jefes y de los otros agentes de tan criminal comercio. Folleto traducido del inglés por Juan B. Cabrera, Gibraltar, Imprenta de la Biblioteca Militar, 1865. (32 pp.) La supremacía papal examinada por la antigüedad, por el difunto Rev. Jaime Meyrick, M. A., traducido del inglés por el Rev. Juan B. Cabrera, Londres Cambridge y Oxford, J. F. H. Rivington, 1866. (87 pp.) (Existe otra traducción de la misma obra realizada por Mamerto Gueritz, Londres, París, New York y otras, [Sociedad Anglo-Continental], sin fecha, pero probablemente anterior.) La religión en la vida común. Sermón predicado por el Rev. Juan Caird, M. A. Traducido por Juan Bautista Cabrera. Sevilla, Est. Tip. El Círculo Liberal, 1869. Exposición histórica y doctrinal de los Treinta y nueve artículos de la Iglesia Anglicana por el limo. Sr. Dr. D. Eduardo Harold Browne, obispo de Winchester, traducidos del inglés por D. Juan B. Cabrera, parte L Londres, Oxford y Cambridge, 1867. La parte II, idem, 1868. La parte III, idem, 1871. La parte IV, idem, 1872. La parte V, idem, 1875. La parte VI, idem, 1877. La parte VII, Madrid, Est. Tip. de Id. Moreno Cruzado, 1899. (En tomo a las 200 pp. cada tomo.) Escritos originales: Reseña de la instalación del Consistorio Central de la Iglesia Española Reformada, sin datos de imprenta [Gibraltar], 1868. (34 pp.) Reseña de la Asamblea General de la Iglesia Española Reformada habida en Sevilla en 1869, Establecimiento Tipográfico de Hijos de Fé, s. 1. y s. f. (32 pp.) El celibato forzoso del clero, Sevilla, Establecimiento Tipográfico de Hijos de Fé, al fin, 1870. (227 pp.) Existe reedición : Clie, Terrassa, 1990, con prólogo del obispo Arturo Sánchez y nota biográfica de Carlos López Lozano. Código de disciplina de la Iglesia Cristiana Española aprobado en las asambleas generales habidas en Madrid, junio de 1873, y en Sevilla, abril de 1874, Madrid, Imprenta de M. G. Hernández, 1875. (39 pp.) Liturgia de la Iglesia Española Reformada que se denomina Oficios divinos y administración de los sacramentos y otros ritos de la Iglesia Española Reformada, Madrid, Imprenta de José Cruzado, 1889. (La primera versión, de 1881; revisada en el sínodo de 1883 y ratificada en el de 1889. Existe reedición en 1975, con ligeras variantes. 611 pp.) Catecismo de doctrina y vida cristiana dispuesto por Juan Bautista Cabrera, Madrid, Imprenta de José Cruzado, 1887. (Varias ediciones; la tercera, en Valencia, Tipografía Aznar, 1930.) Manual de doctrina y controversia, Madrid, Establecimiento Tipográfico de Idamor Moreno, [1900], dos tomos. (384 y 408 pp.) (¿El segundo de 1903?) La Iglesia española desde la edad apostólica hasta la invasión de los sarracenos, Madrid, Imprenta y Encuademación de V. Tordesillas, 1910. (127 pp.) Quickening Power of the Word of God Remarkably Manifested in a Spanish Village, London, W. C, Adelphi, s. f. (33 -i- 2 pp. Sobre el pueblo zamorano de Villaescusa.) Diversos artículos en El Cristianismo y en La Luz, así como informes varios y breves traducidos al inglés e integrados en opúsculos de carácter histórico-administrativo, relativos a la Iglesia Episcopal en España. Probablemente son suyos Catecismo de la doctrina cristiana (16 pp. Sin datos de imprenta) y Catecismo bíblico, Sevilla, 1877. (31 pp.) Permanecen inéditos un Diario-Agenda, numerosos Sermones y escritos diversos y menores. Obra poética. Himnario para uso de las iglesias evangélicas coleccinado y en parte compuesto por Juan B. Cabrera, Sevilla, Imprenta de 'El Cristianismo', 1871. Himnario para uso de la iglesia Española Reformada, coleccionado por el Rev. Juan B. Cabrera, Madrid, Imprenta de J. Cruzado, 1887. (254 pp.) Muchos de los himnos son propios. Existe reedición como Himnario para uso de la Iglesia Española Reformada Episcopal, Madrid, 1962. Contiene 58 himnos más. Poesías religiosas y morales de Juan B. Cabrera, Madrid, Establecimiento Tipográfico de Idamor Moreno, 1904 (en la portada, 1907). (511 pp.) Resurrexit, oratorio incluido en las Poesías religiosas..., pp. 125-157. Canto memorial, publicado póstumamente en La Luz, en números consecutivos a partir del 1007, de enero de 1917, y hasta el número 1016, correspondiente a octubre del mismo año. Oda a Valencia, en Bemardino Rubert Candau (OFM), Vida y obra de Juan Bautista Cabrera Ivars (1837-1916), Alicante, Instituto de Estudios Alicantinos, 1980, pp. 131-134. Poesías infantiles, Ajuntament de Benissa, Comissió de Cultura, s. a. [1980]. Edición facsímil de Poesías religiosas y morales, pp. A\1-A11>. Pan en la iglesia, inédito, fechado el 10 de diciembre de 1888 y dedicado a su hija Matilde. 13 páginas manuscritas. CABRERA OBISPO REFORMADO ANGLICANO Una aclaración se nos hace obligada al tratar este tema de Cabrera como obispo anglicano, según nos trasmite Francisco Serrano en la obra citada: “Señalarle como “clérigo anglicano” –dice de Cabrera- no respondía a la realidad, por cuanto Cabrera nunca fue ministro de dicha iglesia, como tampoco lo fue Francisco Palomares. Obedecían sus palabras a que iba a formar (o ya formaba) parte de una sociedad misionera de tipo episcopal o anglicano. El Rev. Tugwell, alma creadora y sostenedora de la misma en España, nunca hizo alusión de la Misión (o misiones) como parte integrante de la iglesia Anglicana, sino que desde un principio respaldó la españolidad de la obra, al menos en su ejecutoria. Palomares desde los inicios de la obra en Sevilla, se presentó como presbítero de la iglesia Española Episcopal Reformada, lo que está claramente reseñado en los libros registros de la iglesia de San Basilio”. En el primer Sínodo de la Iglesia Reformada Episcopal Española, celebrado en Sevilla en marzo de 1880 Juan Bautista Cabrera fue elegido obispo de esta iglesia. Sin embargo la consagración efectiva, como primer obispo de la IERE ,se hizo esperar bastante pues no sería hasta el 23 de septiembre de 1894. La reacción de algunos periódicos reaccionarios apareció con toda virulencia. La revista “La Luz” publicaba en estas fechas una crónica titulada “El asunto del día” en la que hace constar la constante y sistemática persecución, muy especialmente hacia Cabrera que ahora parecía la cabeza visible del protestantismo. Decía: “A nuestro Obispo se le ha llamado hereje, apóstata, renegado, concubinario y hasta bígamo. Se han agotado contra él los epítetos denigrantes del diccionario de la lengua. Así hablan los que luego en sus sermones predican contra la maledicencia. Así escriben los que pretenden pasar por modelos de un pueblo cristiano. Y se ensañan luego de que nuestro pueblo sea malhablado. De nuestro Obispo se han publicado pretendidos datos biográficos, meras invenciones de cerebros ultramontanos. Se ha hecho ir a pueblos que jamás ha visto, se le ha hecho desempeñar oficios que jamás ha practicado, se le han atribuido palabras que jamás ha proferido, se le ha presentado predicando en un sitio mientras estaba en otro centenares de kilómetros distante… Se ha hablado de sus padres y de su familia lo que no es verdad; se les ha motejado, se les ha escarnecido, se les ha injuriado. Y todo por hombres que se llaman religiosos. Maestros de la moral, sin duda ad majorem Dei gloriam(iii) . El arzobispo de Toledo publicó una protesta contra dicho acto de consagración en la que se aludía a infracciones contra el artículo 11 de la Constitución y el obispo de Madrid Alcalá José María de Cos Macho, con otros obispos, se dirigieron a la Reina Regente. Insistían en que la “Capilla” violaba la Constitución y lo mismo pensaba la Santa Sede. El obispo de Madrid Ciriaco María Sancha Hervás y el nuncio Angelo di Prieto también consideraron “manifestación pública” la apertura de la capilla protestante por contener señales externas religiosas, lo cual Sagasta había comunicado a cinco pastores que le visitaron para que lo corrigiesen. Cuando el Ayuntamiento autorizó la apertura el 15 de abril de 1893, Cabrera procedió al culto de dedicación del templo, a la espera de que el arzobispo anglicano Plunket pudiera consagrarlo. Sin embargo en el Discurso de la Corona en las Cortes se había denunciado que la “capilla” se abrió “con dolor y escándalo de los católicos, contra las protestantes de los prelados españoles y a pesar de las reclamaciones del nuncio”, pues su arquitectura y sus puertas de acceso desde la calle eran una manifestación externa que violaba la Constitución. El diario El Día (Madrid 3/10/1894), página 3, y El País “Por orden expresa del señor marqués de Cerralbo se reunirán en estos días todas las juntas carlistas de España, lo mismo las regionales que las locales, y redactarán protestas, con firmas de correligionarios y católicos, contra la consagración del obispo Cabrera en la capilla evangélica de la calle de la Beneficencia de esta corte. Estas protestas se enviarán a las Cortes y al Gobierno”. En la Conferencia de Lamberth de 1878 Cabrera había presentado un memorial solicitando un obispo para las iglesias de España y Portugal. Con los informes de Henry Chancey Riley, de Henry E. Noyes y Plunket en marzo de 1880 Cabrera fue elegido obispo, habiéndose comunicado así al secretario de la “Spanish and Portuguese Church Aid Sosiety” a Lewen S. Tugwell, subrayando que la Iglesia Española Reformada había adoptado una constitución episcopal y una liturgia similar a la anglicana. ¿Porqué se esperó hasta 1894 para consagrar a Cabrera? Muchos creen que fue por prudencia y cautelas exigibles a “los reformadores de Italia, España y Portugal” pero es evidente que jugaron en contra las luchas internas en la comunión anglicana. El arzobispo de Dublín el 23 de septiembre de 1894 consagró el templo, con la fuerza pública custodiando el local. Tres obispos anglicanos acompañaban a William ConynhamPlunket, C Charles M. Stack, de Clogher, y Thomas J. Welland, de Down y Connor, consagraron a Juan Bautista Cabrera «obispo en la Iglesia de Dios, según el rito de la Iglesia Reformada Española». El Reverendísimo Señor Plunket, el Reverendo Obispo Cabrera, el derecho de la pila Rev. CM, el Reverendo C. Welland, el Excmo Rev. Noyes, DD Sobre la consagración del obispo Cabrera, los obispos católicos reunidos en el IV Congreso Católico Nacional de Tarragona volvieron al ataque, llamando al acto “imaginaria consagración” “un acto sacrílego, llamado falsamente consagración” “sacrílega ceremonia” de un sacerdote apóstata y hereje”. No dejaba pasar el hecho de la consagración de la capilla y el obispo Cabrera el arzobispo de Granada José Moreno Mazón, para frenar los excesos del protestantismo(iv) : “Nos, con nuestro amado Cabildo, Clero, Religiosos y fieles, deseando para contrarrestar y oponer un fuerte dique á los excesos del protestantismo en España, singularmente en los de la Capilla protestante y de la sacrílega consagración episcopal una fuerza invencible, hemos acudido á Dios Ntro. Señor por la intercesión de la Santísima Virgen… Si los sentimientos católicos de los españoles han sido cruelmente heridos con los últimos acontecimientos de la capilla protestante y de las innovaciones heréticas implantadas desde hace largos años en España por el espíritu revolucionario de los tiempos modernos, es porque ha visto en esto gravísima ofensa hecha á Dios, á su Unigénito Hijo Jesucristo, á su Inmaculada Madre María y á la Iglesia Santa”. El Liberal de 24/09/1894 de Madrid daba escuetamente la noticia: Obispo protestante:” En la capilla evangélica de la calle de la Beneficencia se verificó ayer por la mañana la ceremonia de la consagración de don Juan Bautista Cabrera, como obispo de la iglesia española reformada. Fue consagrante el arzobispo de Dublín, asistido por los obispos de Clogher y de Down y Connor (diócesis de Irlanda), y concurrieron al acto el Dr. Noyes, capellán de la embajada inglesa en París y todos los pastores de la secta en España”. Reproducimos la biografía que le dedicó El Heraldo de junio de 1916, donde resaltaba el editorial que “Hay que recordar, que las biografías de los evangélicos españoles son 'monumentos que se elevan, cual faros luminosos entre la tenebrosa sociedad moderna, preñada de superstición, ignorancia y fanatismo, y al detallar la vida y hechos de los que en ella fueron verdaderas lumbreras de la verdad demostramos a nuestros adversarios vidas ejemplares, honradas, llenas de lealtad y puritanismo. La memoria de nuestros evangélicos españoles debe ser estimulada y recordada por medio de interesantes biografías y de la historia, así permanecerá a través de los siglos. Los grandiosos monumentos del arte se demuelen; naciones enteras se subyugan por el hierro y el fuego y desaparecen; pueblos sumergidos en lo profundo del mar quedan sepultados para siempre; los templos son derribados; el hombre como víctima del pecado muere y se reduce a polvo, pero la augusta memoria, la idea, el recuerdo, no tiene sangre que verter ni carne que desgarrar ni hueso que quemar, pues es inmaterial como el alma de quien emana y no pueden llegar hasta él las ofensas inferidas a la materia, lo mismo como no perecían de entre las llamas del auto de fe, ni de entre las garras de los leones, la creencia y la esperanza en una gloria como recompensa de la constancia, obediencia y cumplimiento del deber con Dios. Así, pues, creo que para que sea eterna la memoria en el corazón de los españoles de lo mucho que han valido los esfuerzos y trabajos ejemplares de los evangélicos fallecidos, es un deber ineludible rendir siempre un homenaje grandioso a cada uno de ellos que por ley natural, bajan al sepulcro. Como que EL HERALDO ha hecho todo lo posible siempre en cumplir con este deber, es que se ha visto honrado publicando las biografías con grabados de muchos colportores, evangelistas y pastores fallecidos en España, y entre ellos podemos citar a los nunca olvidados M. Matamoros, Antonio Martínez de Castilla, José Alhama, Feliz Astray, Emilio Calamita, Pedro Castro, Pedro Giménez, Antonio Castro, Manrique Alonso, Francisco Tuduri, Francisco Giménez, Francisco de Paula Ruet, Federico Fliedner, Moor, Juan M. González, Santiago S. Sanmartí, José Marqués, José M. Vidal y PIá, Francisco Palomares, Felipe Orejón y otros. Los dos últimos pastores evangélicos españoles que tuvimos el alto honor de biografiar en nuestra Revista, fueron los infatigables propagandistas e ilustrados protestantes, los Rvd. Francisco Palomares, Pastor y Doctor en Medicina y Cirugía, y Felipe Orejón, escritor notable y elocuente orador. Esta vez, con el mismo sentimiento que siempre hemos experimentado al biografiar a los evangélicos que han fallecido y dedicado su vida a la propagación del Evangelio, ofrecemos a nuestros queridos lectores la biografía de un evangélico ilustre, el Muy Rdo. Juan Bautista Cabrera, que falleció en Madrid el día 18 de mayo de 1916” Añadimos la nota del entierro que publicó La Luz EL ENTIERRO. El cadáver del Obispo, fue encerrado en un modesto féretro negro, con herrajes del mismo color, y llevado al Salón de Sínodos, donde quedó expuesto, ostentando en su rostro la placidez del que duerme un sueño tranquilo. Desde este momento, hasta la hora del entierro, fueron muchas las personas que acudieron a verle, testimoniando en sus lágrimas el mucho afecto que le profesaban. El entierro del Sr. Cabrera ha sido una grande y sentida manifestación de duelo, que ha evidenciado las muchas simpatías con que contaba entre "propios y extraños. Durante el culto fúnebre, el salón, el vestíbulo, el patio; el portal, hasta la calle, estaban llenos de gente, la mayor parte de la cual marchó al Cementerio, convencida, como ha dicho el señor Rhodes de que todos los evangélicos de España sentían que hoy había caído en Israel un príncipe y grande. Asistieron al entierro, además de los hijos del finado, todos los pastores y obreros evangélicos de la capital, y los que actualmente se encuentran en ella; las congregaciones de Beneficencia y Mesón de Paredes, miembros de las otras congregaciones y amigos particulares del Obispo y de sus hijos, entre los cuales se contaban catedráticos, periodistas, ingenieros, abogados comerciantes. (De «La Luz,. de Madrid.) ---------------------------------------- (i)Historia, arte y alabanza : la música protestante en la España del siglo XIX. Sandra Myers Brown Madrid: Consejo Evangélico de Madrid. Consejería de Educación y Cultura, 2000. (ii) El Himno en la Iglesia Medieval. Oscar Naranjo. Momento de Decisión. Revista cristiana evangélica. Noviembre Diciembre 2012. (iii) Contra vientos y mareas. Francisco Serrano. Clie 2000 Pág. 393 (iv) Carta Pastoral del Dr. D. José Moreno Mazón, arzobispo de Granada que dirige al Clero y a los fieles de su amada archidiócesis… Granada 1894

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