La alfombra roja

Recientemente tuve la oportunidad de conocer al cantante y compositor hondureño Milton Valle. La ocasión se dio en la alfombra roja, la noche del último Expolit 2006. Por allí andaba yo, algo deslumbrado, y confieso que también desorientado entre los destellos de los focos y reporteros de diferentes medios de comunicación cristianos. Fue cuando repare en alguien, que se me antojó, transitaba por allí en un estado despistado similar al mío. Le conocía solo por fotografía, pero le reconocí al inst

20 DE ENERO DE 2007 · 23:00

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Estábamos a escasos pasos el uno del otro, y me apetecía saludarle. Me acerque, me incliné sobre su oído y le comencé a mal cantar: “Dios es capaz, de abrir las montañas… Dios es capaz, hasta que dos feos como tu y yo estemos hoy aquí en esta alfombra roja sin merecerlo…” ¿se imaginan su cara? Obvia decir que la última parte de la canción fue un añadido mío. Para mi sorpresa me abrazó… a lo mejor esperaba así callarme pensé, jajaja… inmediatamente, me dio la mano y me dijo: “cuanta razón tienes, hermano”. Yo le conteste: “imagínate, Milton, si el mismo Jesús era sin hermosura para que no le deseáramos”. “Nosotros estamos siguiendo sus pasos” me replico. ¿Se imaginan semejante y esperpéntica escena? Pero más allá de la anécdota, nos hallamos frente a la triste realidad, que hoy, a muchos de los medios cristianos les gustan los cantantes de rostro “bonito” y figura “esbelta” y si es posible de diecinueve años. Y claro, en ese rol, Milton y yo no cabemos. Tengo la impresión que estamos perdiendo la perspectiva de lo que somos y por que lo somos. Y para que y quien hacemos los que hacemos. Si bien es cierto, que nos “invaden” los cantantes “cristianos” que con una imagen más propia de la MTV, parecieran sacados de un casting al más “artista”, esto, no nos exime de la responsabilidad de entender que somos ministros con un llamado a servir a la iglesia e impactar en el mundo con el mensaje del evangelio. Tratar de hacer, o pretender ser otra cosa, es en mi modesta opinión usurpar un lugar que no nos corresponde. Como confirmaría, mi buen amigo Milton Valle, Dios es capaz de tomar lo vil y menospreciado de este mundo y convertirlo en algo bello. Digan lo que digan...

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