Amo a Laura

Hace algún tiempo, que salió un video-clip en el que se hacía una ironía sobre aquellas personas que no comparten la visión cosmopolita del sexo, que en la actualidad es tan generalizada en nuestra sociedad occidental.

23 DE SEPTIEMBRE DE 2006 · 22:00

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La canción se titula "Amo a Laura", y salen dos parejas vestidas de los años 60, peinados con raya, y con la típica pinta del paleto-niño-bueno que tan aborrecido es en nuestros días. El mensaje de este video-clip es claro. Es para reírse sobre que alguien sea tan tonto de desear esperar al matrimonio para tener relaciones sexuales... Esto, en nuestros días es ser de tontos... Me gustaría argumentar mi posición, lo que pienso y creo sobre este tema. ¿Qué sentido tiene la sexualidad? En mi opinión, como en el resto de actos o deseos humanos, esto tiene una doble posible elección en cuanto a sentido. El sexo es un placer, ¿Pero tiene tan sólo esta función? ¿No es realmente además de placer, el acto en el que dos personas se unen para expresar en una relación que posee una intimidad que sobrepasa la intimidad que tienen otros actos relacionales? Es así como entiendo yo la sexualidad. El acto que me une a otra persona de la forma de expresión entre humanos que posee la mayor intimidad y el mayor sentimiento. Por supuesto, cuando digo "mayor intimidad" no estoy diciendo "intimidad absoluta", ya que pienso que la relación sexual también tiene sus faltas, y no logramos en ella la expresión relacional absoluta que fantasea, desea y anhela el alma humana. Si entendemos el sexo de este modo, a mi entender, la relación sexual es guardada para una única persona. Es esto, un sentimentalismo aborrecido en nuestra filosofía occidental, filosofía muerta de sentido y que tan solo obedece a la satisfacción falsa y fantaseada impuesta por "el sistema por el consumo". Se busca, hoy en día, la satisfacción en el placer, y con eso despreciamos muchas de las facetas y posibilidades humanas, que van más allá del placer. Es por eso que uno puede desear reservar el sexo para una otra persona y así también, desear esperar el momento en el que la elección de ambos sea ya echa una unión para toda la vida... ¿Qué ocurre con la otra visión o percepción sobre el sexo? Es atrayente la promiscuidad occidental, pero uno encuentra que cuando se deja seducir por ésta buscando ser lleno, por contra acaba encontrándose con un enorme vacío en la misma sexualidad, y que ésta acaba transformándose en un simple deseo por la satisfacción, y acabamos por convertirnos en simples objetos de satisfacción para, consecuentemente, percibir a los otros como simples objetos para la propia satisfacción aparente. Por lo que digo, que lo absurdo de la promiscuidad es que a nosotros mismos nos acaba distanciando de los otros... ¿paradoja entre tanta unión?

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - X-tremo joven - Amo a Laura