El viaje a Oriente
Hermann Hesse (1877-1962) escribió un breve cuento titulado El viaje a Oriente (1959).
03 DE NOVIEMBRE DE 2023 · 20:20

Dada la tergiversación que se hace del significado del liderazgo en nuestras iglesias, a continuación retomo esta lectura por segunda vez y transcribo las siguientes líneas, pues me parecen dignas de ser compartidas con aquellas personas que se acerquen a leer esta columna. La historia ha sido tomada del capítulo segundo, página 55, 56, 57 del libro Más allá de la Utopía, de Harold Segura, Ediciones Kairos.
Hermann Hesse (1877-1962), notable poeta y novelista alemán, galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1946 y autor de Sidartha (1922) y El lobo estepario (1927), escribió también, entre sus numerosas obras, un breve cuento titulado El viaje a Oriente (1959), (Oniro, Barcelona, 1977, p. 44). En este cuento se presenta a un grupo de hombres que han emprendido un viaje mítico a Oriente. Leo es el protagonista de la historia, quien sirve como guía de los viajeros. A él acuden los viajeros para pedir todos los favores y hacer todos los reclamos. Es un criado que, además de atender las tareas de rutina, canta, da consejos, y mantiene en alto la motivación del grupo. Todo marcha bien hasta cuando Leo, en forma misteriosa, desaparece. Es entonces cuando reconocen su importancia: "Causaba asombro", dice uno de los viajeros, "comprobar que, de hora en hora, iba creciendo en importancia la pérdida de nuestro criado, que Leo significaba más y más para nosotros cada vez".
Desde ese momento, el grupo se desbanda y todos abandonan el viaje. No pueden seguir sin la orientación de Leo. El narrador, quien es uno de los peregrinos, después de mucho deambular y navegar, encuentra a Leo y éste lo ayuda a llegar hacia el lugar donde está el Superior de los Superiores de la Orden que ha patrocinado el viaje inicial. El narrador, de nombre H.H., llega ante la Gran Silla de los Superiores con mucha duda; temía que se le acusara por haber abandonado el viaje y haber revelado los secretos del Círculo. Pero la sorpresa es grande cuando está frente a la más grande de las autoridades de la Orden y descubre asombrado que es el mismo Leo, "el antiguo criado y portador de equipajes era precisamente el Superior de los Superiores y ... era él quien iba a dictar la sentencia". H.H. descubre que el antiguo siervo es el mayor de los superiores y que, como Superior, es el mayor servidor de todos. En medio de los enigmas existenciales del cuento, su autor revela la vieja y siempre vigente verdad del evangelio de Jesucristo: el más grande es el que sirve (Mt 20,27).
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - El viaje a Oriente