La empresa al servicio de la misión de Dios
Contamos la historia de un ingeniero británico que dejó huella en el mundo de la empresa y en la misión: Sir John Laing.

En una época en la que el éxito empresarial se mide por beneficios y expansión, la vida de Sir John Laing ofrece un modelo radicalmente distinto: un líder que puso su empresa al servicio de Dios, canalizando cientos de millones en donaciones discretas, impulsando la obra evangélica global y dejando un legado de integridad, generosidad y visión cristiana.
Proveedores de recursos
Si hay algo de lo que todas las entidades cristianas carecen, es de suficientes recursos para realizar adecuadamente el servicio de misión y visión que han recibido de parte del Señor.
Es un tema muy delicado, pues existen bastantes prejuicios —sobre todo en sociedades predominantemente católicas— hacia los recursos que poseen las iglesias y su uso (o mal uso), prejuicios que, acertados o no, impiden que muchas personas que desean apoyar la obra de Dios entreguen donativos y recursos económicos.
La cultura católica ha reducido al nivel de limosna los donativos a las iglesias, y esto afecta también al mundo protestante español específicamente.
El evangelio nos insta a ver nuestros recursos económicos como algo que no nos pertenece, sino que es del Rey de Reyes, y que nosotros somos meros administradores. Ya se han escrito libros y artículos sobre el diezmo, y no es necesario que yo insista en ello, pues es un tema hartamente conocido.
Lo cierto es que somos administradores de la “gracia” de Dios, y debemos ampliar nuestro enfoque más allá de nuestras fronteras, imitando no solo a quienes nos precedieron en la fe en nuestro entorno, sino también a creyentes en países donde el evangelio se asentó mucho antes, y cuya influencia ha dejado legados de testimonio muy impactantes.
Quiero mencionar a una sola persona como ejemplo entre muchos que ya conocemos. En este caso, se trata de un injustamente desconocido administrador fiel, que además de ser un proveedor de recursos abundantes —como detallaré más adelante—, fue un gigante de la fe en muchos más sentidos.
Sir John W. Laing, inglés, nacido en el norte de Inglaterra (Carlisle), vivió entre 1879 y 1978. Fue un extraordinario empresario cristiano del movimiento de los Hermanos Libres quien, desde sus modestos comienzos, convirtió una pequeña empresa familiar dedicada a la construcción en una firma de ingeniería civil y construcción de proporciones internacionales.
Ejemplos de construcciones
Laing realizó más de 150 estructuras de ingeniería civil. Algunos ejemplos destacados son: el segundo puente sobre el río Severn en Inglaterra, que une Gales con Inglaterra, con una longitud total de 1.600 metros, y cuyo tramo colgante central mide casi 1.000 metros.
Construyó la nueva catedral de Coventry después de que los bombardeos alemanes destruyeran la anterior; aún pueden verse las ruinas junto al nuevo edificio.
Participó en la construcción de las secciones más complicadas de la primera autopista inglesa, la M1, que atraviesa el norte de Londres. Diseñó y construyó barrios enteros, como el Watling Estate, para 20.000 personas, así como centros comerciales con viviendas en la parte superior, como el Wood Green Shopping City, donde yo mismo trabajé en la construcción. También realizó túneles, centrales nucleares, entre otras obras.
A nivel internacional, Laing llevó a cabo múltiples obras fuera del Reino Unido, entre ellas parte de la obra de la M30 de Madrid. Recuerdo jugar al fútbol con Rodney Dibden —exfutbolista profesional del Bournemouth, contable y miembro de los Gedeones— sobre los terrenos en preparación, muy cerca de la salida de la A2 y el edificio Philips, cuando tenía trece años.
Laing también participó en la construcción de las plataformas de desembarco conocidas como Mulberry Harbours, utilizadas en el Día D para transportar el material militar y logístico a la costa de Normandía. Mi abuelo paterno formó parte del equipo encargado de desembarcar la logística de comunicaciones militares.
Sir John Laing se adelantó a su tiempo en muchas innovaciones y desarrollos que beneficiaron tanto a sus empleados como a su empresa. Fue de los primeros empresarios en conceder vacaciones pagadas, pensiones de empresa, e introducir métodos que más tarde se convertirían en norma en la industria. Entre ellos, el sistema de bonificaciones por calidad y rapidez en la ejecución de objetivos. Yo trabajé específicamente en esa área, reconciliando las entradas diarias de hormigón con su colocación en la obra.
Donaciones
En 1922, Laing donó casi el 40 % de su participación en la empresa a una fundación benéfica: Stewards Company (Compañía de Mayordomía), una asociación evangélica de donaciones para todo tipo de causas dentro del movimiento de los Hermanos, así como para obras denominacionales y transdenominacionales.
Se retiró del negocio en 1957 y fue nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico en 1959. Falleció en 1978, a los 98 años.
Se calcula que, entre 1922 y 1964, la empresa donó unos 650 millones de euros a una multiplicidad de entidades evangélicas, incluyendo hospitales, la sede de Tyndale Press, múltiples capillas y todos los misioneros de la lista de las Asambleas de Hermanos.
Fue clave en el arranque del London Bible College (hoy London School of Theology), y apoyó a varios colegios bíblicos no específicamente denominacionales. También creó casas de acogida para misioneros de visita y misioneros jubilados.
Apoyó movimientos apologéticos que buscaban contrarrestar el ateísmo creciente a finales del siglo XIX y principios del XX. Respaldó colegios evangélicos y fue clave en la fundación del servicio aéreo MAF (Missionary Aviation Fellowship).
A nivel personal, Laing participó en múltiples comités, impulsó los GBU británicos, la Alianza Evangélica y apoyó específicamente a investigadores bíblicos como F. F. Bruce, porque creía firmemente en la investigación bíblica continua. La cátedra John Laing de Historia de la Reforma fue creada en el New College de Edimburgo por la Fundación Kirby (su hijo).
Un ejemplo entre muchos de su toque personal fue su fuerte amistad con Don Ernesto Trenchard, a quien dio carta blanca para la promoción editorial de la antigua Literatura Bíblica (CEFB), porque quiso estar al tanto de las necesidades de la obra en España.
Motivación
La política de Laing consistía en dar créditos blandos que, a menudo, se cancelaban, o donaciones proporcionales 1:1, pero siempre con la condición de que los receptores aportaran primero sus propios recursos, valorando así su propia visión. Laing quiso animar a la continuidad mediante su ejemplo. Su lema era que la donación sacrificada es un servicio cristiano, pues consideraba que el mecenazgo empresarial podía fácilmente derivar en tiranía si se usaban los donativos como medio de control.
Testimonio paterno
Es clave entender que detrás de Laing estuvo el testimonio de sus padres. Él descubrió, tras su fallecimiento, que su práctica habitual había sido dar el 75 % de los ingresos familiares al Señor. Un buen ejemplo suele dar buen fruto.
Laing nunca vivió con grandes lujos. Se jubiló en una pequeña casa en el norte de Londres con su esposa, y al fallecer tenía menos de 400 libras en su cuenta bancaria.
Hoy, 100 años después de su nacimiento, la empresa (ahora bajo KKR) mantiene múltiples fondos a nombre de sus descendientes, quienes siguen la política donante. Su presupuesto en 2022 fue de 8.250.000 euros.
Resumen
Sir John fue un cristiano que creía en la “vida abundante” y la vivía plenamente al servicio de los demás. Verdadero líder de hombres, fue generoso tanto con su tiempo como con su dinero. Capitán de industria que conservó su sencillez, fue un hombre que hizo fortuna pero solo se permitió el más sencillo estilo de vida. Filántropo que regaló su fortuna sin intentar dominar o dirigir las causas que apoyaba.
Solo Dios conoce el alcance y la magnitud de sus donaciones, pues muchas fueron anónimas. Consideraba que tanto el empresario como el trabajador debían su vida entera al Señor, y que eran administradores —no dueños— de los bienes encomendados. Se libró de la carga de “hacerlo todo él”, pero estuvo muy presente en el impulso de la obra evangélica y evangelística mundial. Un auténtico líder, siervo y gran ejemplo a seguir. Conservador y austero para sí mismo, liberal y generoso con los demás.
“Considerad el resultado de su conducta e imitad su fe.” (Hebreos 13:7)
Escrito por Daniel Peter Wickham
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Testimonio - La empresa al servicio de la misión de Dios