“Por fin nuestras niñas son atendidas, y también les ayudamos a encontrar el camino del Señor”

El programa ‘Madres adolescentes’ de Alianza Solidaria se lleva a cabo en Bolivia ayudando a jóvenes de entre 12 y 18 años que han sido madres. “Es luz para alumbrar a esas niñas”, dice Carmen Sánchez.

Redacción PD

Alianza Solidaria · 28 DE NOVIEMBRE DE 2023 · 09:49

Represetantes de Alianza Solidaria junto a los responsables del Hogar El Faro, que acoge el proyecto 'Madres adolescentes', en Bolivia. / <a target="_blank" href="https://alianzasolidaria.org/un-viaje-para-conocer-de-cerca-la-realidad-de-los-ninos/">Alianza Solidaria</a>.,
Represetantes de Alianza Solidaria junto a los responsables del Hogar El Faro, que acoge el proyecto 'Madres adolescentes', en Bolivia. / Alianza Solidaria.

En Bolivia, hasta un 34,5% de las niñas y adolescentes sufren agresiones sexuales, según refleja un informe de la Defensoría del Pueblo. Un dato muy por encima de la media global, que se sitúa en el 20%. La mayoría de esas agresiones tienen lugar en las escuelas y los domicilios, lo que dificulta la convivencia familiar y rompe los vínculos, dejando a estas jóvenes en situación de vulnerabilidad en muchas ocasiones.

El 25% de las adolescentes bolivianas de entre 12 y 18 años son madres. Una situación que les ha ocasionado ser también abandonadas por sus familias y quedar en un contexto de riesgo de exclusión social.

“Por fin nuestras niñas son atendidas, y también les ayudamos a encontrar el camino del Señor”

Carmen Sánchez, en el centro de la imagen, teniendo un tiempo de devocional con algunas de las chicas del Hogar El Faro. / Alianza Solidaria.

Desde España, Alianza Solidaria ha puesto en marcha el programa de ayuda ‘Madres adolescentes’, que apoya la labor del Hogar El Faro, dedicado a acoger a algunas de estas chicas. Carmen Sánchez trabaja en estrecho contacto con ellas. “Cuando nos iban trayendo a cada niña de 13 y 14 años y yo las veía, pensaba qué hacían con bebés siendo tan jovencitas. Alguien me dijo que esto es cultural. ¿Cómo va a ser cultural que las niñas sean así?”, explica en una conversación con la presidenta de Alianza Solidaria, Francisca Capa.

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Una madre cuidando de su bebé. / Alianza Solidaria.

Necesidades

Desde Bolivia, y coincidiendo con este #GivingTuesday (martes 28 de noviembre, una jornada que sirve para motivar la generosidad después del Día de Acción de Gracias), Sánchez agradece el apoyo recibido hasta ahora y ánima a seguir colaborando con la iniciativa. “Las personas que están colaborando son parte, de alguna forma, de unas niñas que podrían ser sus hijas, unas niñas a las que por fin atienden”, dice.

Y es que las necesidades son muchas. Desde el mobiliario y la adecuación necesaria de las instalaciones de la Casa Hogar El Faro, hasta la formación técnica de las madres mayores de 16 años, con la compra también de ordenadores y el pago de matrículas en cursos educativos.

“Por fin nuestras niñas son atendidas, y también les ayudamos a encontrar el camino del Señor”

Además de la cobertura de necesidad básicas y la acogida en el hogar, también se cuida el estado espiritual de las jóvenes. / Alianza Solidaria.

“Gracias a ese compromiso podemos ayudar a estas niñas”, dice Sánchez. Y aparte de eso, les ayudan a encontrar el camino del Señor. Podemos ir caminando y trabajando en eso también. El proyecto ‘madres adolescentes’ y el Hogar El Faro son la luz para alumbrar a esas niñas”, añade.

Un proyecto integral

El proyecto ‘Madres adolescentes’ se enfoca en el cuidado de las chicas de formas holística. De esta manera, se busca dar respuesta a sus necesidades más urgentes, acongiéndolas en el Hogar El Faro y proveyendo de alimentación y sustento. Pero también hay una intención formativa, que tiene como propósito que las chicas puedan encontrar después un trabajo que les genere ingresos para subsistir.

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Una madre junto a su hija. / Alianza Solidaria.

Además, también se cuida la parte emocional y espiritual, poniendo un énfasis especial en la autoestima de las jóvenes y en sus relaciones con sus hijos. “Trabajamos mucho con lo que es el área materno filial, el vínculo a través de la estimulación temprana, y vamos viendo ese proceso. Al principio llegan con ese rechazo, esa agresividad hacia su niño y nosotros vamos con amor, trabajamos la culpa”, explica María Nela Burela, licenciada en psicología y responsable de las intervenciones a nivel cognitivo con las adolescentes. “Tenemos adolescentes que están con nosotros y hemos visto el cambio, de ese rechazo, de esa violencia pasiva agresiva, a ese amor, ese proceso, esa contención que ellas llegan a tener con sus niños. Es un proceso muy integral, arduo, con todo el equipo, pero sí se puede lograr”, añade.

“Por fin nuestras niñas son atendidas, y también les ayudamos a encontrar el camino del Señor”

Lucy junto a su familia. / Alianza Solidaria.

Lucy es un ejemplo de este proceso. Quedó embarazada a los 11 años y no tenía ningún apoyo familiar porque su madre había fallecido cinco años antes y su padre la maltrataba. Después de denunciar los abusos, una jueza la derivó al Hogar El Faro, donde fue acompañada y se le proporcionó los recursos necesarios para su desarrollo y el de su hija hasta que tuvo 18 años. Ahora trabaja en un hotel, su hija cursa ya tercero de primaria y está comprometida para casarse con Jaime, que cuida también de ambas.

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