La Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) lanzó sus Datos sobre delitos de odio en el año 2020, coincidiendo con el pasado 16 de noviembre, Día Internacional de la Tolerancia.

La OIDDH recopila datos de los estados, estadísticas de los gobiernos, la sociedad civil, organizaciones internacionales y misiones del ACNUR y la misma OSCE.

La base de datos de delitos de odio de la organización es “la más grande de su tipo en todo el mundo”. “Se actualiza cada año y también incluye datos sobre la legislación sobre delitos de odio, el enjuiciamiento y la condena, así como las mejores prácticas y recursos y herramientas para ayudar a las víctimas”.

¿Qué es un crimen de odio?

Según la OIDDH, “los delitos de odio son actos delictivos motivados por prejuicios o estereotipos hacia grupos particulares de personas. Se componen de dos elementos: un delito y una motivación prejuiciosa”, dicen desde la institución.

“Se ha producido un crimen de odio cuando un perpetrador ha atacado intencionalmente a un individuo o propiedad debido a uno o más rasgos de identidad o ha expresado hostilidad hacia estos rasgos de identidad durante el crimen”, añaden.

El informe tiene en cuenta diferentes categorías de delitos de odio: delitos de odio racistas y xenófobos, delitos de odio contra los gitanos, delitos de odio antisemitas, delitos de odio contra los musulmanes, delitos de odio contra los cristianos, otros delitos de odio basados ​​en la religión o las creencias, delitos de odio motivados por el género, delitos de odio contra las personas LGBTI, y delitos de odio contra las personas con discapacidad.

Delitos de odio contra cristianos 

El organismo europeo explica que los crímenes de odio contra los cristianos “están influenciados por una serie de factores, incluido el estatus de minoría o mayoría en un territorio dado, el nivel de reconocimiento de grupos religiosos particulares en un país determinado, o el enfoque político y mediático sobre estos grupos en un momento determinado”.

“Los informes de delitos de odio de la OIDDH incluyen informes de agresiones físicas y asesinatos. Las pintadas y el vandalismo contra los lugares de culto, la profanación de cementerios y los ataques incendiarios contra iglesias son algunos de los tipos de delitos más comunes motivados por prejuicios contra los cristianos”, se subraya en el informe.

Por ejemplo, en Francia, los incendios provocados contra iglesias han aumentado significativamente, y en Escocia, el problema es tan grande que la iglesia ahora está recibiendo apoyo financiero de un fondo de delitos de odio, para mejorar sus medidas de seguridad.

Además de los datos, desde 2004, “las decisiones y declaraciones del Consejo Ministerial de la OSCE han incluido compromisos específicos y referencias a la importancia de combatir los prejuicios, la intolerancia y la discriminación contra los cristianos”, dicen desde la OIDDH.

980 delitos en 2020

En 2020, la OIDDH recibió un total de 7.181 casos de delitos de odio contra diferentes tipos de grupos e individuos. 4.008 de ellos fueron casos descriptivos y el resto fueron datos policiales de estados miembros individuales.

De esos 4,008 casos descriptivos, 980 son delitos de odio contra cristianos, casi un 25%, más que contra cualquier otro grupo religioso. Ha habido un aumento de casi el 70% comparando el número de incidentes del 2019 con el número de este año.

Sin embargo, un grupo que monitorea la libertad religiosa en el continente, el Observatorio de Intolerancia y Discriminación contra los Cristianos en Europa (OIDAC), destaca que “solo 11 países reportan datos sobre crímenes de odio contra cristianos [...], y de las 136 organizaciones de la sociedad civil que proporcionaron datos descriptivos, solo ocho organizaciones reportaron consistentemente incidentes contra cristianos, por lo que obviamente esto distorsiona significativamente las estadísticas”.

“Ambos hallazgos ponen de manifiesto la realidad de la situación en una perspectiva diferente, lo que indica que el número real de delitos de odio contra cristianos es probablemente mucho mayor”, añaden.

En España

En el Estado español, los últimos datos publicados por el Ministerio de Interior reflejaban un descenso de los delitos de odio contra cristianos. En 2020 la Administración pública contabilizó 1.401 casos de este carácter, un 17,9% menos que en el año anterior. 

Una circunstancia que, según el propio ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, “puede resultar engañosa”. “Los datos confirman que desde hace años vivimos un aumento objetivo y constante de las conductas penales de odio”, añadió.