“Ha habido poco trabajo evangélico para tratar de entender el catolicismo romano desde el Vaticano II”

En su nuevo libro, el teólogo y pastor evangélico italiano Leonardo De Chirico defiende la necesidad de comprender la teología que diferencia a evangélicos y católicos.

Joel Forster , Redacción PD

Evangelical Focus · ROMA · 16 DE SEPTIEMBRE DE 2021 · 11:34

El interior de una iglesia católica en México. / <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@ehenriquezlc">Edgar Henríquez</a>, Unsplash.,
El interior de una iglesia católica en México. / Edgar Henríquez, Unsplash.

Leonardo De Chirico es teólogo y pastor evangélico en Roma (Italia), y ha analizado la evolución histórica y doctrinal del Vaticano durante años. Sus artículos son traducidos y publicados en Protestante Digital, en la sección ‘Desde Roma’.

Este año, De Chirico ha publicado su último libro Same Words, Different Worlds (Mismas palabras, diferentes mundos) con la editorial británica InterVarsity Press, también disponible en italiano: Stesse parole, mondi diversi (Caltanissetta, Alfa & Omega, 2021).

En el libro, defiende la idea de que aunque las palabras que utilizan los evangélicos y los católicos romanos para entender el evangelio son “las mismas”, “difieren drásticamente en su teología subyacente”.

Además de su labor a nivel de iglesia local, De Chirico es también director de la Iniciativa Reformanda, profesor de Teología Histórica en IFED (Instituto de Formación Evangélico y Documentación, en Italia) y pastor de las Iglesias Evangélicas Bautistas Reformadas de Italia. Tiene un posdoctorado en bioética y un doctorado en teología por el King's College de Londres.

“Ha habido poco trabajo evangélico para tratar de entender el catolicismo romano desde el Vaticano II”

Portada de la edición del libro en inglés. / IVP

Pregunta: En inglés, el título del libro es un juego de palabras sobre cómo el lenguaje relacionado con la fe nos puede confundir. ¿Falta claridad cuando se debate sobre teología hoy en día?

Respuesta: Mucha gente asume que debido a que usamos las mismas palabras (evangelio, iglesia, salvación, …) estamos diciendo las mismas cosas. Pero no es el caso. En tiempos de la Reforma, el Concilio de Trento usaba las mismas palabras que los reformadores, como pecado, gracia o justificación, con significados marcadamente diferentes.

Desde el Vaticano II, la Iglesia Católica, especialmente bajo Juan Pablo II y Francisco, ha comenzado a usar términos más evangélicos, como “misión”, “conversión”, “encuentro personal con Jesús”, etc .; sin embargo, los llena de significado sacramental, mantreniendo una mentalidad católica romana con sus compromisos no bíblicos y siempre en el contexto de una espiritualidad dedicada a María y los santos.

Las palabras son las mismas, pero el significado es católico romano y no se deriva de la Palabra de Dios. Ir más allá del uso de las mismas palabras y preguntarnos qué queremos decir con ellas es algo necesario para el bien del diálogo.

 

P: A menudo escribes para una público más académico y especializado en teología, pero este libro de 160 páginas parece fácil de leer. ¿A quién animarías a leerlo?

R: Desde 2010 he estado escribiendo artículos mensuales para ‘Vatican Files’, con el fin de ofrecer análisis sobre el Catolicismo Romano actual, desde una perspectiva evangélica. El libro es un hijo de estos artículos.

Dado que dondequiera que vayas en el mundo, entrarás en contacto con Catolicismo Romano de una forma u otra, el libro está dirigido al lector evangélico que tiene amigos y vecinos católicos, que tiene algún tipo de responsabilidad en la vida de la iglesia o en la obra del evangelio, o que simplemente quiere comprender la dinámica del Catolicismo actual en su misión ecuménica.

Aunque no es un libro académico, el libro es teológicamente interesante, por lo menos eso espero.

 

P: Muchos, incluidos algunos líderes evangélicos, argumentarían que en una Europa cada vez más secularizada en la que el cristianismo está marginado, debería haber menos ‘disputas’ entre las tradiciones cristianas sobre palabras e historia, y más unidad.

R: Entiendo la preocupación, pero no creo que la superficialidad ecuménica aporte algo bueno a la causa del evangelio. Al enfrentar los desafíos de su época provenientes de las religiones y poderes grecorromanos, Pablo discrepó con los relatos del evangelio que sonaban similares al evangelio bíblico pero que eran radicalmente diferentes de él (por ejemplo, en Gálatas o Colosenses). En su mejor momento, los Padres de la Iglesia y los reformadores hicieron lo mismo.

La unidad cristiana es un don basado en la verdad bíblica, no en una forma sentimentalizada de unión. Lejos de caer en un sectarismo estrecho de miras, creo que el libro está al servicio de la unidad basada en la verdad y el amor.

“Ha habido poco trabajo evangélico para tratar de entender el catolicismo romano desde el Vaticano II”

Leonardo De Chirico.

P: Eres de Italia, un país donde el Catolicismo Romano como institución ha sido identificado por la gente de a pie como ‘La Iglesia’. ¿Qué otras palabras varían en su significado entre católicos y evangélicos?

R: En nuestro contexto histórico específico, la palabra ‘misión’ se ha convertido en una palabra de moda en todo el espectro cristiano.

El Papa Francisco está presionando para que su iglesia esté en ‘misión’, y algunos evangélicos se animan por ello. Para la Roma actual, sin embargo, la misión es salir al encuentro de “todos los hermanos” (es decir, la última encíclica de Francisco, Fratelli tutti) con misericordia, resaltando la unidad que ya existe entre todos los seres humanos, sin detenerse en las diferencias. Si uno sigue su conciencia, está bien, ya sea musulmán, ateo o agnóstico. No hay un llamado al arrepentimiento y la sola fe en Jesucristo. Lo llaman ‘misión’ pero no es la misión bíblica.

El libro contiene varios otros ejemplos de palabras que se usan en común pero cuyo significado es muy diferente.

 

P: ¿Algo más que añadirías sobre el libro?

R: Hace casi sesenta años, con el Vaticano II (1962-1965), la Iglesia Católica Romana atravesó un proceso de cambio que no muchos evangélicos han entendido todavía. Desafortunadamente, ha habido poco trabajo para tratar de comprender lo que ha estado sucediendo desde entonces, teológica y misiológicamente.

El resultado es que muchos evangélicos, en el mejor de los casos, están confundidos sobre por qué el Catolicismo Romano sigue siendo un tema de profunda preocupación para los evangélicos. Espero que este libro sea una pequeña contribución a nuestra tarea necesaria de defender el evangelio y promoverlo en nuestro mundo. El Catolicismo Romano es un sistema defectuoso y no un aliado para el testimonio del evangelio.

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