¿Cristiana y feminista?

Tirsa Castañón: "Creo que sigue siendo necesario el feminismo ¿Supone esto que suscribo todo lo que el feminismo haga o diga? No."

12 DE SEPTIEMBRE DE 2024 · 08:00

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Stock Snap, Pixabay

Autora: Tirsa Castañón (*)

Soy cristiana y feminista, y no creo que estos dos conceptos sean incompatibles. El feminismo es un movimiento que busca la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, igualdad que todavía no hemos conseguido, por lo tanto, seguimos necesitando mantener una perspectiva feminista.

Sí, en España hemos alcanzado la igualdad jurídica, igualdad ante la ley, pero la vida de las personas no solo está condicionada por las leyes, lo está también por la cultura, las costumbres, las circunstancias económicas y sociales… y, en todas estas, podemos seguir apreciando suficiente desigualdad como para considerarla un problema que tenemos que abordar.

Por ejemplo, las mujeres y los hombres no sufrimos violencia sexual por igual. Según el Informe sobre delitos contra la libertad sexual en España en 2023 del Ministerio del Interior[i] se produjo una agresión sexual con penetración cada dos horas (estos datos hacen referencia a hechos conocidos, la cifra real, teniendo en cuenta todas aquellas agresiones que no son denunciadas, posiblemente sea muy superior). El total de delitos contra la libertad sexual, teniendo en cuenta todas las tipologías, fue de 21.825. Con respecto al perfil de los responsables y las víctimas, el 93% de los responsables es hombre y el 86% de las víctimas es mujer.

Con relación a la posibilidad de morir a manos de tu pareja o expareja tampoco somos iguales. Según el último Informe del Consejo General del Poder Judicial sobre víctimas mortales de la violencia de género y doméstica en el ámbito de la pareja o expareja[ii], en 2022 murieron a manos de su pareja o expareja 52 personas. De estas, 49 fueron mujeres asesinadas por hombres, 2 fueron hombres asesinados por mujeres y 1 fue una mujer asesinada por una mujer.

Otra situación, muy cotidiana, en la que hay desigualdad, es el reparto de tareas domésticas y de cuidados de menores y personas dependientes. Las mujeres seguimos dedicando más tiempo a estas tareas, aun en los casos en los que hombre y mujer trabajan fuera de casa la misma cantidad de horas. Esto repercute en el tiempo que podemos dedicar, por ejemplo, al cuidado de nuestra salud, o a las disciplinas espirituales.

Podemos hablar también de la presión estética que sufrimos las mujeres para que nuestro cuerpo se adapte a determinados cánones. Según un informe de la Sociedad española de cirugía plástica, reparadora y estética[iii], el 85% de las intervenciones se realizan a mujeres.

Como cristiana y feminista me preocupa también el impacto en la vida de las mujeres, y de la sociedad en general, de la prostitución, la trata de personas con fines de explotación sexual o laboral, la pornografía, los vientres de alquiler, la mutilación genital femenina y un largo etcétera de cuestiones que no mencionaré por no extenderme en demasía.

Por todo ello, creo que sigue siendo necesario el feminismo ¿Quiere decir esto que suscribo todo lo que el feminismo haga o diga? No, al igual que no suscribo todo lo que se ha dicho o hecho en nombre del cristianismo, y al igual que no suscribo todas las corrientes teológicas o doctrinales que existen. Sin embargo, las diferencias que tengo con otros cristianos no me impiden seguir llamándome cristiana porque compartimos las creencias básicas y fundamentales del cristianismo, aunque tengamos diferencias de opinión en asuntos secundarios.

Del mismo modo, no comparto todo lo que se afirma o se hace desde el feminismo, que también tiene diversas corrientes de pensamiento, pero eso no me impide identificarme con los valores fundamentales con los que el feminismo nació. Feminismo en el que hubo muchas personas creyentes que fueron impulsadas precisamente por su fe y por su creencia en la dignidad que Dios nos ha otorgado como seres humanos creados a su imagen.

La primera Convención sobre los derechos de la mujer de Seneca Falls (EE.UU.) en 1848, que dio lugar a uno de los textos fundacionales del feminismo como movimiento social, ¡se celebró en una iglesia protestante!

Por lo tanto, no solo creo que es posible ser cristiana y feminista, sino que, de hecho, creo que soy feminista porque soy cristiana, ya que ser cristiana me convierte en una persona más sensible al sufrimiento que me rodea, más sensible a las injusticias y más sensible al pecado que cometemos, no solo individualmente, sino como sociedad.

 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Seneca Falls - ¿Cristiana y feminista?