Sin resignarse a las resignificaciones

Junto a la publicidad imperial también tenemos el buen trabajo, sin publicidad y medios de los medios, de gente en la universidad, en la investigación, etc., que proporcionan valiosos frutos.

26 DE ENERO DE 2025 · 13:35

Semana Santa en Sevilla en 1939. / <a target="_blank" href="https://laicismo.org/">Observatorio del laicismo</a>,
Semana Santa en Sevilla en 1939. / Observatorio del laicismo

Con el truco de la leyenda negra han fabricado un mamotreto dorado imperial que parece de oro. Mira bien, pura hojarasca. Un simple soplido de una hoja de historia lo echa abajo.

Habría que pedirles a los vendedores del producto que indicaran, como se obliga en comercio, los componentes. La publicidad del producto es publicidad.

A nada que te descuides, por ejemplo, el imperio español formó Estados Unidos. Además es un imperio noble que dura y dura, hasta hoy si te animas.

A veces, los de la propaganda tienen descuidos, como afirmar que la duración del tal imperio tiene un ejemplo inapelable: durante un siglo logró más dinero, sólo en Cuba, que varios siglos de sacar plata del Potosí, fíjate si será eso imperial.

Luego te dicen, como si nada, que ese dinero de Cuba era consecuencia del azúcar y del comercio de esclavos. Pues vale.

Para luchar contra la leyenda negra, que ya me parece que nadie ni la acota, que puede ser lo que sea que interese, los nobles corazones de los verdaderos españoles se han dedicado a la resignificación de todo lo que tocan, sean hechos verdaderos o ilusorios.

(Sobre resignificaciones, aunque no use el término, les recomiendo el articulo semanal de opinión en el diario Levante de la semana pasada, 18 enero, de José Luis Villacañas, “La última mutación constitucional”. Por avisar que no quede. Que mira con el nuevo del país más poderoso de la tierra, que quiere hacerlo grande otra vez. No se sabe respecto a qué. Los paleoconservadores, no son los neo-, de allí saben que eso no se puede conseguir, pues los instrumentos de esta grandeza son los destructores de la pasada.)

Junto a la publicidad imperial también tenemos el buen trabajo, sin publicidad y medios de los medios, de gente en la universidad, en la investigación, etc., que proporcionan valiosos frutos.

Tomando a la semana santa como referente, les pongo renglones de uno de esos trabajos. (Que viene más al caso por lo que la Junta de Andalucía nos ha ofrecido como logro entusiasta, pues una muestra de su semana santa será mostrada en el llamado Jubileo de Roma. Y dicen que esa tal “Andalucía” está orgullosa y honrada del honor. Ya me gustaría hablar con tal señora, para decirle cuatro cosas.)

El autor al que cito es el profesor César Rina Simón, que ha trabajado con datos de archivos sobre la resignificación de la Semana Santa por el franquismo, desde sus inicios hasta su final continuado, que continúa (eso lo pongo yo).

Existen otros autores y trabajos de lectura provechosa, pero uso sus textos aquí para nuestra conversación. Que durante la guerra, antes como empuje, y luego durante el primer franquismo (hasta 1945) se llevó a cabo una militarización y facistización de la Semana Santa, es evidente, como es evidente que eso hoy no cuenta, para los que solo les vale el cuento de la leyenda negra.

“La Semana Santa de 1939 coincidió con la toma de Madrid, facilitando [las negritas son mías] la asimilación de la pasión y resurrección con el relato palingenésico de la nación española.

Como señalara Michael Richards o Ismael Saz, durante las celebraciones de la Victoria todas las esferas de la sociedad española se vieron teñidas de un profundo y radical nacionalismo y catolicismo.

Aquella Semana de Pasión las principales autoridades del Nuevo Estado se trasladaron a Sevilla para escenificar el nuevo orden de representatividad y la comunión entre el régimen y su raigambre religiosa… [¡Ay, Sevilla! Siempre ahí. La de nuestra iglesia chiquita. Ya viene tu hora de reposo. Te sacaremos, te sacará Él, porque es tu tiempo, del sepulcro donde te han metido por siglos, y que han revestido con arte sacro y semanas de pasión… -esto lo pongo yo-]

En último lugar, cabe destacar la presencia de la religiosidad popular en las celebraciones de la Victoria.

El Caudillo, junto a su mujer, hija y las principales autoridades del nuevo Estado: el ministro de Gobernación, Ramón Serrano Suñer; el Secretario General de FET y de las JONS, Raimundo Fernández Cuesta y los Generales Queipo de Llano y Dávila, acudió a Sevilla la semana del 15 al 25 de abril para presidir los actos junto al lugar central que ocupó la Virgen de los Reyes. Franco entró y salió de la catedral bajo palio y fue presentado como el redentor que había propiciado la resurrección de la patria.

El 16 de abril se celebró una procesión conmemorativa de la victoria con la Virgen de los Reyes. El acontecimiento representó el orden simbólico de legitimidad del Nuevo Estado. Serrano Suñer encabezaba el paso de la Virgen portando la espada de San Fernando [cogida con un paño por la parte final, donde pincha, alzada como una cruz. Está en la foto. -Esto lo pongo yo-], presentándose como el brazo ejecutor de la voluntad nacional que emanaba del Caudillo, que presidía la procesión.

La Virgen estaba ataviada de atributos militares con medallas y fajín de general. Durante la procesión se pronunciaron discursos que completaron las narrativas visuales con alusiones a la comunión entre los principios católicos, castrenses y fascistas.

El ritual culminó con un nutrido desfile militar del Ejército del Sur ante la tribuna de autoridades, que incidió en la simbiosis de elementos religiosos y militares, síntesis de los principios constitutivos de la dictadura.

La crónica del ABC de Sevilla destacaba los días históricos que estaba viviendo `la gran ciudad de la Historia, como con admirable justeza expresó el Caudillo en su oración dominical, vuelve a sentir en Imperio, y el optimismo, santo y patriótico optimismo, vuelve a reír en ella, como los mejores días del siglo XVI´”.

Como se puede ver, estas cosas, que se conocen, conviene conocerlas, no olvidarlas. Que luego con los pasos pasa lo que pasa. Por poner el ejemplo de Sevilla, se supone que los pasos de ahora son los mismos.

Unos renglones más. “Las conmemoraciones de la Victoria culminaron en Sevilla con la salida en procesión extraordinaria de su devoción más popular, el Cristo del Gran Poder, el 3 de mayo de 1939, rodeado de una estética militar y fascista iconológica del entusiasmo nacionalcatólico de la Victoria.

El paso iba residido por Queipo de Llano -figura fundamental para comprender la apropiación y mistificación de la religiosidad popular sevillana- y los coronoles Francisco Bohórquez -que Queipo había impuesto como hermano mayor de la popular hermandad de la Macarena para purificarla y controlarla- y José Cuesta Moreno.

Los tres fueron aclamados como los perpetuadores del rito y las tradiciones de la ciudad. La imagen del Gran Poder recorrió las calles entre el saludo fascista del público. El acto en acción de gracias representó la purificación del espacio, recristianizado bajo el símbolo de la cruz, los cirios, el incienso y el ejército.”

Todo esto viene al caso, que es de lo que quería conversar, y ya se fue casi todo el tiempo (habrá, d. v., ocasión la semana próxima para seguir, con el mismo autor, mirando un poco ese momento, en conexión con las reliquias; que cualquier reliquia se convierte en mano de santo para cubrir las mayores tropelías.

Si no, que se lo digan a la mano de Santa Teresa, -el brazo es otra cosa- en poder de Franco toda su vida, para guiarlo en la guerra y la construcción de la paz. Nunca sabremos si la tenía de guía cuando firmaba ejecuciones), y es que en Sevilla han reconvertido el espacio del castillo de la Inquisición para dejar un sitio donde colocar exposiciones, temporales o permanentes, de arte sacro.

Ni entro ni salgo, pero adelanto que me parece bien. Es verdad que, como dicen algunos cofrades, ya podían haber buscado otro sitio. Pero ya está. Y es que con eso habrá una “predicación” muy eficaz, de juicio y aviso, dentro de un espacio “significado” ahora con lo del arte sacro.

La semana próxima seguimos.

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