El mejor equipo de la historia

Hoy mi meta es elegir a los once teólogos/predicadores que me parecen más importantes.

21 DE JUNIO DE 2015 · 07:20

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Si tuvieras que seleccionar a los once mejores futbolistas de todos los tiempos, ¿quién escogerías? ¿Pelé? ¿Eusébio? ¿Di Stefano? ¿Maradona? ¿Cruyff? ¿Platini? ¿Beckenbauer? ¿O qué tal alguien más joven como Zidane, Henry, Messi, o Cristiano? ¿Y cómo portero? ¿Schmeichel, Kahn, Buffon o Casillas? Como soy norirlandés, el capitán de mi equipo tendría que ser George Best. Y puesto que mi esposa es húngara, seguro que optaría por Ferenc Puskás (nombre que ella sabe pronunciar mejor que yo).

Hoy mi meta es un poco diferente. En vez de colocar a mis once futbolistas favoritos de la historia, quiero elegir a los once teólogos/ predicadores que me parecen más importantes. Son autores que hay que leer sí o sí. Evidentemente, la lista va a ser algo subjetivo ya que depende de mis gustos personales. Así que pido perdón por dejar fuera a muchos otros gigantes de la historia (Justino Mártir, Ireneo, Anselmo, Wycliff, Juan Hus, Savonarola, Zuinglio, Barth, etc.)

¿A ver qué tal te parece mi equipo? Y si no estás de acuerdo, ¿por qué no propones tu propia selección?

PORTERO

1.- Atanasio (297-373)

Fue Atanasio el que salvó el cristianismo del arrianismo en el siglo cuarto. Gracias al ministerio vigoroso del joven, la idea de que Jesucristo fue enteramente divino fue defendida con eficacia. La secta de los arrios había distorsionado la cristología bíblica aseverando que el Hijo de Dios fue el primer ser creado; pero se levantó Atanasio para hacer volver la cristiandad a la centralidad de la confesión ortodoxa: Jesús es cien por cien hombre y cien por cien Dios. ¡Vaya paradón!

DEFENSA

 2.- Tertuliano (155-240)

Tertuliano se vio obligado a defender la gloriosa doctrina de la Trinidad en su generación frente a los ataques del monarquianismo. Decían éstos que no hay distinción personal en la deidad. Es decir, creían que el Padre es el Hijo y el Hijo es el Espíritu Santo. Gracias a la entrada fuerte de Tertuliano, el peligro fue disipado y las distinciones entre el Padre, el Hijo y el Espíritu fueron mantenidas.

 3.- Agustín (354-430)

Posiblemente el mejor teólogo occidental de toda la historia. Recordamos a Agustín por su forma de rebatir al donatismo por un lado y al pelagianismo por el otro además de su fuerte énfasis en la Trinidad y sus obras Cuidad de Dios y Confesiones. ¡Un gigante! Era el teólogo preferido de todos los reformadores protestantes.

4.- Tomás de Aquino (1225-74)

Sin lugar a dudas otro gigante fue Tomás de Aquino. Era grande en todos los sentidos. De hecho, su profesor Alberto Mango le tachó de “buey mudo”. Su importancia reside en el defender la necesidad de la razón/ lógica en la teología y por su magnum opus Summa Theologica que habla extensivamente sobre la doctrina de Dios (parte 1), la antropología (parte 2) y la encarnación y los sacramentos (parte 3).

 5.- Juan Calvino (1509-64)

Calvino era el apologeta de la Reforma protestante. Escribió sus Instituciones para defender la causa de los protestantes perseguidos en Francia. A lo largo de su vida predicaba y enseñaba sin cesar. Solía predicar diez veces y dar seis conferencias teológicas cada dos semanas. Y en palabras de su amigo Nicolás Colladon: “Nunca dejaba de visitar a los enfermos, de exhortar y aconsejar en privado, y todo el incontable resto de cuestiones que surgían del ejercicio ordinario de su ministerio”. Existía con el fin de exaltar la gloria de Dios.

CENTROCAMPISTAS

6.- Martín Lutero (1473-1546)

Donde Calvino era más sistemático, Lutero se caracterizaba por tener un espíritu más espontáneo y profético. Era más bruto, más violento y tenía más pasión (por lo menos externamente) que el reformador de Ginebra. Calvino era un hombre del intelecto mientras que Lutero predicaba del corazón. Por eso nos suele caer mejor. Las 95 tesis de Lutero revolucionaron el cristianismo europeo. Y en dos años, estaremos celebrando el quinientos aniversario de su golazo teológico.

7.- Jonathan Edwards (1703-58)

Aunque sea conocido por el sermón evangélico más famoso de todos los tiempos Pecadores en manos de un Dios airado, el calvinista Edwards hablaba mucho más sobre el amor, la gracia y la elección de Dios que sobre la condenación. Nueva Inglaterra experimentó dos grandes soplos del Espíritu de Dios bajo su ministerio. Edwards se dedicó a estudiar los efectos de un avivamiento genuino y llegó a la conclusión de que hay cinco pruebas indubitables que caracterizan a cualquier despertar genuino del Señor: 1) el verdadero avivamiento exalta a Cristo, 2) derriba el reino de Satanás, 3) se gloría en las Escrituras, 4) produce frutos santos y 5) promueve amor a Dios y a los demás.

8.- Martin Lloyd Jones (1899-1981)

El más joven del equipo, Martín Lloyd Jones, fue un predicador galés que sigue de moda en el mundo anglosajón actual. Se opuso a la teología liberal con todas sus fuerzas y exhortó a los evangélicos a volver a los postulados doctrinales de la Reforma protestante. Predicó durante unas tres décadas en Westminister Chapel (Londres) y es ampliamente reconocido como el mayor expositor bíblico del siglo pasado. Si no has leído nada de Lloyd Jones, ¡hazlo ya!

DELANTEROS

9.- John Wesley (1703-91)

El Señor usó a Wesley para ganar almas por todos lados. Dicen que predicó unos 40.000 sermones. Pero lo más sorprendente es que Wesley no ministraba en la Iglesia sino en los campos del Reino Unido. Se estima que en algunas de sus reuniones que había hasta 20.000 personas presentes. ¡Un evangelista nato que atacó una y otra vez al reino de las tinieblas!

10.- George Whitefield (1714-70)

Como Wesley, Whitefield era otro evangelista excelente. Incluso se ha escrito que predicaba mucho mejor que Wesley. J.C. Ryle comentó que “rugía como un león” en el púlpito. La diferencia es que Wesley organizaba mejor que Whitefield y pudo establecer pequeñas congregaciones dondequiera que fuera mientras que Whitefield tendía a llegar a un sitio, predicar y luego marcharse. Por eso Wesley es más famoso hoy.  A pesar de ser grandes evangelistas, los dos no se pusieron de acuerdo en cuanto a las doctrinas de la gracia. Whitefield era calvinista de pura cepa mientras que Wesley se gloriaba en el arminianismo.

11.- Charles Spurgeon (1834-92)

Ya que estamos con nuestros delanteros, es necesario hacer mención de uno de los mayores evangelistas de la historia: el bautista Charles Haddon Spurgeon. Spurgeon era un ganador de almas y hacía todo lo que podía para llevar a los pecadores a Cristo. Se murió justo después de la Controversia Downgrade cuando su querida denominación empezó a abrirse a la teología liberal. Hasta el día de hoy, muchos creen que Spurgeon fue el predicador más dotado de la historia cristiana. Era el Crisóstomo del siglo XIX.

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