Atrévete y verás

Si deseas conocer a Dios, lo puedes hacer por tanto a través de Su Palabra, la Biblia.

13 DE ABRIL DE 2024 · 23:00

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Imagen de Priscilla Du Preez en Unsplash.

Si lees la frase “atrévete y verás”, es difícil establecer si se trata de una amenaza o de una invitación. El tono en que se pronuncie la frase muestra si se trata de un intento por disuadir a alguien de hacer algo o si se trata de infundir ánimo a alguien tímido o miedoso a intentar algo.

Ahora bien, no cabe duda acerca de lo que dice la Biblia. No puede dar lugar a confusión:

“Gustad, y ved que es bueno Dios; dichoso el hombre que confía en él” (Salmo 34:8).

Y ¿cómo podemos degustar y ver algo semejante?

“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca” (Salmo 119:103).

Si deseas conocer a Dios, lo puedes hacer por tanto a través de Su Palabra, la Biblia:

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105).

De esa manera puedes gustar y ver que Dios es bueno. Es algo que vemos reflejado por toda la Biblia. A modo de entrante, puedes degustar Éxodo 34:6, Salmo 25:8, Salmo 86:5, Salmo 100:5, Salmo 106:1c, Salmo 107:1b, Salmo 118:1b y 29b, Salmo 119:68, Salmo 134:3b, Salmo 135:3b, Salmo 136:1b, Salmo 143:10c, Lamentaciones 3:25, Nahum 1:7, Mateo 19:17, Marcos 10:18, Lucas 18:19, Juan 10:11, Génesis 1:31.

Ahora bien, Dios es bueno para con Sus hijos:

“Bueno es Dios a los que en él esperan, al alma que le busca” (Lamentaciones 3:25).

“Acuérdate de mí, oh Dios, según tu benevolencia para con tu pueblo; visítame con tu salvación” (Salmo 106:4).

Si no eres hij@ de Dios debido al hecho que confías en Él y te apartas de tu pecado, la bondad de Dios debiera atraerte:

“Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:2-4).

Solo tienes que atreverte.

El Daño que me hicieron: 

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