Año 1920: mujeres misioneras en Linares

Algunas eran muy conocidas por las obras sociales que hacían con los niños y la ayuda monetaria que realizaban con los pobres.

29 DE JUNIO DE 2014 · 22:00

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	Raquel y Jessie Claudia Chesterman</p>
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Raquel y Jessie Claudia Chesterman

Por 1903 estaba en Linares, Juan Nisbet, hombre que recorrió en bicicleta media España sirviendo donde se necesitase. En 1903 en Linares bautizará a 33 creyentes entre ellos dos jóvenes que serían puntales en la zona. Juan Bautista García y José Casado, cuñados, figuran como hombres de buen testimonio, inolvidables por su santidad y fidelidad. José Casado nacido el 1 de diciembre de 1.889, realizaría mucho de su trabajo pastoral en La Carolina, siendo encomendado a la obra en 1957 y pasó a la presencia del Señor el día 14 de septiembre de 1.962. Juan Bautista García se marchó a América a finales de 1956. En Baños de la Encina trabajaría Guillermo Paris. Destacan en Linares también dos hermanas hijas de George Gesse Chesterman y Elizabeth Payne. Claudia Chesterman Payne (1891-1927), nació en La Coruña en 1891 y pasó a la presencia del Señor en 1927 Era la menor de las hijas de George Chesterman. Vino a Linares (Jaén) con su hermana Raquel de misionera en el año 1920. Las hermanas Chesterman, Raquel y Claudia, vinieron a Linares después que su padre, don Jorge, había vuelto a Inglaterra tras una estancia de más de 30 años en Galicia. Claudia pasó a la presencia del Señor en el año 1.927, y su hermana Raquel continuó en Linares hasta mediados del año 1.958 en que marchó a Inglaterra, con buena salud pero muy desmemoriada. Ella visitaba en El Centenillo en sus últimos veranos en España. En su más tierna juventud Claudia halló a Cristo y confesó su fe en el Salvador. Por mucho tiempo las dos hermanas tenían por costumbre leer la porción diaria del libro “Libro de cheques del Banco de la Fe” y lo hicieron con tanto provecho para sus almas que, al fin Claudia fue constreñida a traducir el libro entero, para que los españoles gozaran de un tesoro tan rico y celestial. Su trabajo en Linares lo hicieron visitando y trabajando en la parte más pobre de la ciudad (Barrio de Cantarranas) y en la iglesia en Linares eran muy conocidas por las obras sociales que hacían con los niños y la ayuda monetaria que realizaban con los pobres, también realizaron obra en la ciudad de Úbeda y Granada. Fue en este último lugar donde en 1927, se contagió de tifus y tras una breve y dolorosa enfermedad pasó a la presencia del Señor en Linares. Fue enterrada en el cementerio británico en Linares en la presencia de más de cuatrocientas personas. De dos cartas traducidas de las publicaciones de Echoes of Service podemos saber como fueron los últimos meses de esta misionera y su hermana.
  • Linares, 22 de Agosto de 1.927.-
  • “Acabamos de regresar de unas cortas vacaciones en Granada. Tuvimos que volver antes de lo que pensábamos debido a la epidemia de fiebre tifoidea que llegó a la casa donde estábamos, pero aún así distribuimos unos 1000 evangelios y folletos durante nuestra estancia, y tuvimos muchas conversaciones interesantes con unos y otros. Una mañana pasamos entre las cuevas habitadas que hay en un lado de la montaña. ¡Tienen luz eléctrica en esas cuevas! Le dimos un folleto a una mujer gitana que nos invitó a pasar, y tuvimos una charla sobre el evangelio con ella. Poco tiempo después la vimos de nuevo, hablando con una mujer española adinerada. Parece ser que, al no ser capaz de leer lo que le habíamos dado, le pidió a esta mujer que se lo leyera en voz alta, lo que ella amablemente hizo. Mientras pasábamos la gitana nos habló de nuevo, y entonces la mujer dijo “¡qué folleto más bonito! Estáis haciendo un espléndido trabajo distribuyendo estos escritos”. Entonces le dimos el evangelio de Mateo.
  • Antes de que nos marcháramos para Granada hubo un bautismo aquí (Linares) de tres mujeres y dos jóvenes. El salón estuvo lleno y tuvimos un culto muy solemne a la vez que muy gozoso. Otras dos mujeres se habrían bautizado pero sus maridos inconversos se lo prohibieron”.
  • Raquel y Jessie Claudia Chesterman
  • Linares, 17 de septiembre de 1.927.-
  • “Nuestra querida Jessie en su despedida, como en su vida, estuvo llena del Señor; incluso en sus momentos de inconsciencia estuvo hablando del evangelio dulcemente, como si estuviera en una de nuestras reuniones en las casas; también estuvo invitando a las personas a asistir a las reuniones. Ella nos pidió un coro, así que tuvimos que cantarlo en su funeral. Fue realmente maravilloso, unas 400 personas estuvieron presentes, incluyendo un gran número de niños de la escuela dominical. Muchos de los oyentes habían sido traídos al Señor por medio de ella. Los cuatro ancianos tomaron parte, con un profundo sentimiento, y el evangelio fue predicado, que es lo que ella quería.
  • Cogió la terrible enfermedad en Granada, donde pasamos tres semanas; durante ese tiempo distribuimos cerca de 2000 folletos y evangelios, y ella compartió el evangelio con muchos; quizás el Señor nos permitirá ver el fruto de su trabajo allí. Tanto los creyentes como los inconversos se han mostrado llenos de simpatía y amabilidad, casi más de lo que podíamos resistir. Hoy hemos recibido lo siguiente de la Srta. Stedman (de Valdepeñas) sobre la querida Jessie: “Estoy contenta de haber tenido el privilegio de conocerla, aunque haya sido brevemente. Su brillo, su alegre disposición y su gran deseo de ganar almas para el Maestro son de hecho una inspiración.””
  • Raquel G. Chesterman
Fuente: Juan López (Linares, Jaén) Doña Juana Chicot (José María de Rus rectifica algunos datos del nacimiento y muerte de Jane Chilcott, diciendo que según figura en el libro de Tatford (vol. 8, p. 427), Chilcott murió en el 1938 en Linares a los 84 años, por lo que nació en 1854), misionó en La Carolina, sin que yo conozca la fecha de su llegada, pero sí que pasó a la presencia del Señor durante la guerra civil en España. Hija de una familia inglesa que vino a Linares en el siglo XIX para el laboreo de las minas de plomo. James Wigstone hace mención en el año 1885 de esta hermana diciendo que era muy activa en las cosas del Señor en Linares. Cuando George Davis, misionero inglés, residente en La Carolina, decide marchar a Galicia en el año 1905, en La Carolina quedó un gran vacío que era aliviado por las visitas que hacían los creyentes de Linares. La señorita Juanita Chilcott, deja Linares en 1906, para afincarse en La Carolina definitivamente, dedicando toda su vida al servicio del Señor en aquella ciudad. La señorita Chilcott hizo visitas casa por casa y se encontraba con muchas personas deseosas de escuchar la Palabra de Dios por lo que se alegraba de la decisión que tomó. En el año 1907, en una carta mandada a Inglaterra dice lo siguiente:
  • “Tengo mucho trabajo aquí por hacer visitando, distribuyendo literatura y estableciendo conversaciones con la gente, siento una profunda necesidad de ser ayudada con las oraciones de los creyentes ya que estoy sola aquí. Tengo unos cincuenta niños en la escuela dominical y han estado viniendo durante el verano a pesar del gran calor.”
En otra carta comentan sobre ella:
  • “La señorita Chilcott, continúa su trabajo en La Carolina entre las mujeres y los niños con mucha paciencia y perseverancia, está buscando un salón adecuado, es una gran necesidad para el trabajo en general en ese lugar. También hace visitas esporádicas a Bailén y Baños de la Encina”.
James Wigstone, en el año 1912, dice esto de nuestra querida hermana:
  • Por muchos días hemos disfrutado de la hospitalidad de la señorita Chilcott en La Carolina, las reuniones son en su casa y, ella, agradece la llegada de predicadores a los cuales aloja en su casa. Los jóvenes la llaman “madre” y realiza tantas visitas como recibe. Vi a una mujer llorar mientras oía, una vez más, del amor de Cristo por boca de la señorita Chilcott.
  • La Carolina es uno de los lugares de España donde es muy fácil reunir a gente en las casas, en cada una viven varias familias y los vecinos se reúnen con facilidad. La señorita Chilcott es muy apropiada para vivir aquí en el sur de España.
  • Nosotros la conocimos en Linares en el año 1885”.
La esposa de nuestro hermano Wigstone, en una carta del año 1920, cuenta que:
  • “Acabamos de regresar de una visita muy interesante a La Carolina, donde la señorita Chilcott ha estado trabajando durante los últimos catorce años.
  • Dios ha bendecido especialmente su trabajo y estamos seguros que sus amigos en casa estarán interesados de oír algo de las grandes cosas que el Señor ha hecho por ella y por sus colaboradores.
  • Mi marido, su hija y yo, fuimos a La Carolina para un pequeño cambio de aires, cosa que necesitábamos después de la enfermedad de la señorita Wigstone. Ella está mucho mejor ahora y se ha quedado con la señorita Chilcott por el momento.
  • Una viuda que anteriormente mostraba un aspecto triste, me dijo: “Oh, ahora, todo está bien señora”. Ahora tenía lágrimas pero, de felicidad, la señorita Chilcott nos contó “que está mujer solía sentarse en su puerta y se burlaba de todos los que entraban y salían del lugar de las reuniones. Últimamente había caído enferma y, la señorita Chilcott, la había visitado por lo que su corazón fue quebrantado. Verdaderamente, se hace querer por las personas del pueblo.
  • La calle O’Donell, donde vive, es como un centro misionero, la señorita Wigstone y yo, ayudamos a la señorita Chilcott, en la escuela dominical y en la reunión de mujeres del martes”. La señorita Chilcott, pasó a la presencia del Señor en el periodo de nuestra guerra civil, siendo una de las misioneras que más años ha estado colaborando en La Carolina.
Fuente: Juan López Soto (Linares, Jaén) Otro matrimonio inglés, también con el apellido Chicot (¿?) trabajó para el Señor en Bailén, y en el año 1.934 ya había marchado a Inglaterra, pero yo vi que aun estaban allí sus muebles en la casa-capilla de la calle del Agua-dice Wingstone-.

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