El privilegio de poder dormir
Una reflexión sobre el sentido del descanso desde el punto de vista del Creador.

Nos encanta descansar. Cuando leemos el libro de Génesis, en el capítulo 1, vemos que Dios creó al ser humano en el sexto día. Dice que fue la tarde y la mañana, es decir, ya había noche, y el ser humano ya descansaba, ya dormía, antes incluso de rebelarse contra Dios.
Así que, en el diseño original de Dios, ya estaba previsto que pudiéramos dormir y descansar. A veces pensamos: ¿por qué? ¿no sería más eficiente poder trabajar continuamente, crear, hacer cosas, en lugar de dormir?
Pero no. Ese sueño es como una parábola. Cuando dormimos, somos las personas más indefensas que existen. Y entonces tenemos que confiar en nuestro Padre celestial, que nos va a despertar de nuevo al día siguiente, para volver a ver la luz del sol y retomar nuestro trabajo.
Esos momentos de descanso, de dormir, son una parábola para que aprendamos a descansar bien en todos los aspectos de la vida. Así como, al dormir, ponemos nuestra seguridad en manos de Dios, también debemos aprender a poner en sus manos todo lo que somos, en cada momento. De ese modo, aprendemos a descansar tanto física como espiritualmente.
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