La felicidad del contentamiento

Vencer la ambición de querer tener siempre más es el camino para vivir de forma diferente.

03 DE ABRIL DE 2025
09:50 CEST
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En su primera carta a Timoteo, capítulo 6, versículo 9, Pablo advierte sobre el peligro de la ambición desmedida por la riqueza. Explica que quienes hacen de la riqueza su única meta terminan siendo esclavos de sus propios deseos, ya que nunca están satisfechos con lo que tienen y siempre aspiran a más.

Esta actitud les impide experimentar la verdadera felicidad y el contentamiento. No importa cuánto posean, si viven con esta mentalidad, nunca disfrutarán plenamente de lo que ya tienen, pues su mirada siempre estará puesta en lo que les falta.

En cambio, cuando aprendemos a estar contentos con lo que Dios nos ha dado, independientemente de si tenemos mucho o poco, encontramos descanso en Él y superamos la ansiedad de quererlo todo. Al hacerlo, no solo nos liberamos de la esclavitud de nuestros propios deseos, sino que también descubrimos que ya poseemos mucho más de lo que imaginamos.

Cuando tenemos al Señor y apreciamos todo lo que Él nos da, nos damos cuenta de que eso es suficiente. Así, aprendemos a vivir de manera radicalmente diferente: con gratitud, paz y contentamiento, disfrutando de lo que somos y de lo que tenemos.

 

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