Diseño inteligente y alternativa apologética en la ciencia (1/5)
“Una ciencia retorcida en interés de la apologética sería un pecado y una locura.” C. S. Lewis (1)

La apologética es tal vez una de las más difíciles actividades a las que puede dedicarse un cristiano. Pero es imprescindible, “estad siempre listos para responder a todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros” nos d"/>

Diseño inteligente y alternativa apologética en la ciencia

Diseño inteligente y alternativa apologética en la ciencia (1/5)
“Una ciencia retorcida en interés de la apologética sería un pecado y una locura.” C. S. Lewis (1)

La apologética es tal vez una de las más difíciles actividades a las que puede dedicarse un cristiano. Pero es imprescindible, “estad siempre listos para responder a todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros” nos d

19 DE SEPTIEMBRE DE 2008 · 22:00

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Tras las revoluciones cuántica y relativista del siglo XX, no faltaron quienes situaron los milagros en la incertidumbre cuántica o leyeron el Big-bang en la Biblia. DEL ARGUMENTO DE DISEÑO AL DISEÑO INTELIGENTE 1.- El antiguo argumento de diseño y el cristianismo(3) Los humanos nos sentimos fascinados con la complejidad en dos ámbitos: los cielos y los seres vivos. Esto se atribuyó siempre a la divinidad, en el paganismo, en Israel o en la filosofía de Sócrates y Platón. Del orden del mundo se dedujo la existencia de un diseñador. Aristóteles, Cicerón, Agustín de Hipona o Tomás de Aquino, convirtieron el argumento de diseño en piedra angular de la teología natural. El protestantismo miró con sospecha el uso la razón humana para llegar a Dios al margen de la revelación. Y el católico Pascal, advertía que el dios de los filósofos no era el bíblico. En efecto, el racionalismo de la teología natural impulsó el deísmo, desconectando el diseñador filosófico del Dios bíblico. Aún así, la teología natural se cultivó hasta culminar en la obra del clérigo anglicano Paley, a principios del XIX.(4)
 
Pero ¿cómo exactamente diseñó el diseñador? Los padres de la iglesia y los teólogos medievales desplegaron gran variedad de interpretaciones del Génesis que pueden asombrar a los que sólo han oído de evolución o creación. En el Renacimiento, la insistencia en el sentido literal del texto, aunque eliminó muchas fantasías, tuvo efectos perversos. En la época en la que aparecía la ciencia moderna, el sentido literal acabó viéndose con gafas científicas que poco tenían que ver con el mundo bíblico. En el siglo XVII, Galileo, por insistir en el movimiento terrestre, fue víctima de esa “moda” literalista. Galileo creyó estar a salvo señalando que la Biblia es norma en temas de fe, no de ciencia, citando al cardenal Baronio: “la intención del Espíritu Santo era enseñarnos cómo se va al cielo, y no cómo va el cielo.”(5) Pero la iglesia católica siguió al cardenal Bellarmino, para quien todo en la Biblia es materia de fe(6). Ese literalismo llevó al obispo anglicano James Ussher(7) a fechar la creación el domingo 23 de Octubre del 4004 a.C.(8) Los avances en biología y geología hundirían esa fecha. 2.- Del fijismo al evolucionismo La situación se hizo insostenible con el estudio de los fósiles y la comparación entre seres vivos de los diferentes lugares del planeta. Antes de Darwin se aceptaba ya una historia de más de 6000 años. La idea aristotélica de especies fijas empezó a agrietarse, como había ya ocurrido en el siglo XVI con su cielo inmutable. El árbol de la vida, basado en la clasificación de Lineo, sugería una relación entre todos los seres vivos, y podía interpretarse como una “profecía” del evolucionismo. No debe extrañar, pues, que la propuesta de Darwin de la selección natural como mecanismo para explicar la evolución sorprendiera a los científicos menos de lo que a veces se cree. Pero no cabe duda que Sobre el origen de las especies (1859) fue crucial para popularizar la evolución. La genética del monje católico Mendel, y los estudios de mutaciones en el siglo XX, hicieron reformular el darwinismo en el neodarwinismo: la selección natural selecciona entre variantes generadas por mutación. Aunque ha habido un consenso científico en el siglo XX respecto al “hecho” de la evolución, y el neodarwinismo es la explicación mayoritaria, se han propuesto otros mecanismos que pretenden competir o, más bien, complementarla, apuntando a una evolución más discontinua. Richard B. Goldschmidt proponía saltos evolutivos mediante grandes mutaciones. Un saltacionismo menor surgió con los “genes saltarines” o elementos móviles de Barbara McClintock, que ha recibido gran empuje con la secuenciación de genomas. En la teoría endosimbiótica de Lynn Margulis, la célula eucariota surgió al unirse varios organismos bacterianos. Stephen J. Gould y Niles Eldredge propusieron el equilibrio puntuado, con episodios de aceleración evolutiva. 3.- Anti-evolucionismo y creacionismo Contrariamente a lo que se suele creer, los cristianos no se lanzaron al cuello de Darwin de inmediato. Como dijimos, la idea de evolución se manejaba ya, y algunos sugerían respuestas teístas. En 1837, el matemático anglicano Charles Babbage propuso que la evolución exaltaba al Creador más que la creación directa(9). Darwin tenía una visión similar, en la segunda página del Sobre el origen citó tres famosos autores protestantes señalando que la naturaleza está sometida a leyes puestas por Dios(10). Y en la segunda edición, Darwin añadió “por el Creador” en la frase final:
“Hay grandeza en esta visión de la vida, con sus varios poderes, que habiendo sido originalmente implantada por el Creador sobre unas pocas formas o en una; […], a partir de un comienzo tan simple han evolucionado y siguen haciéndolo infinidad de las más hermosas y maravillosas formas.” (11) Una de las primeras reacciones, la de Charles Kingsley, clérigo anglicano, novelista y catedrático de historia, apareció en la segunda edición: “es una concepción igualmente noble de la Divinidad creer que Ella creó unas pocas formas originales capaces de auto-desarrollarse en otras formas necesarias, como creer que necesitó un acto nuevo de creación para suplir los vacíos causados por la acción de Sus leyes.”(12) Darwin tuvo apoyos entre cristianos como el famoso biólogo protestante de Harvard, Asa Gray, el responsable de los Jardines Botánicos de Oxford y clérigo anglicano Aubrey L. Moore, el arzobispo de Canterbury Frederick Temple(13) o el teólogo presbiteriano estadounidense Benjamin B. Warfield(14). En el campo católico, una influencia decisiva fue el paleontólogo jesuita Pierre Teilhard de Chardin en el siglo XX. La evolución ha sido aceptada por los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. En el campo protestante, los científicos de las asociaciones más destacadas, ASA (EE.UU.) y CiS (Reino Unido)(15), suelen ser favorables a la evolución, en especial CiS (Cristianos en la Ciencia). ¿De dónde proviene, pues, la hostilidad de algunos cristianos a la evolución? Desde el siglo XIX, hubo quienes prefirieron una lectura más literal del Génesis, como el influyente teólogo presbiteriano Charles Hodge. En ¿Qué es el Darwinismo? (1874), concluía así: “Es ateísmo”(16). El creciente movimiento ateo del siglo XIX estaba plenamente de acuerdo. En la lucha por “utilizar” el evolucionismo, los enemigos del cristianismo fueron más hábiles y, ahora, tanto creyentes como no creyentes identifican evolucionismo como anticristianismo. En 1974, el científico evangélico Donald M. MacKay denunció ya este fenómeno: “Empujados indirectamente por sus oponentes cristianos, los científicos no creyentes y sus seguidores respondieron triunfantemente al desafío. La ´Evolución´ empezó a ser invocada en biología aparentemente como un substituto para Dios. Y si en biología, ¿por qué no en otros campos? De referirse a una hipótesis técnica del mismo tipo que el ´azar´ (técnico), este término fue rápidamente retorcido para significar un principio metafísico ateo, […] el ´Evolucionismo´ se convirtió en el nombre de toda una filosofía antirreligiosa, en la cual la ´Evolución´ jugaba el papel de una divinidad más o menos personal, como la ´fuerza real en el universo´. Enfrentados a tal confusión de temas, es poco sorprendente que algunos cristianos del pasado siglo [XIX] fuesen inducidos a dirigir sus ataques al lugar equivocado, y atacasen la teoría técnica en lugar de su parásito filosófico.”(17) En el siglo XX, los ataques anti-evolucionistas en EEUU, llevaron al moderno creacionismo “científico”, que hunde sus raíces en la iglesia adventista y el libro de George McCready Price La nueva geología (1923)(18), de donde pasó a varias denominaciones protestantes. El catedrático de ingeniería evangélico Henry M. Morris, con El Diluvio del Génesis (1961), popularizó grandemente el creacionismo. Pero, en 1987, los tribunales negaron al creacionismo acceso al sistema educativo de EEUU(19). 4.- Diseño inteligente (DI) En paralelo se producía una revolución en la biología, que acercándose hacia la física y la química, dio lugar a la bioquímica y biología molecular, que estudian la vida, especialmente proteínas, ARN y ADN. Su gran complejidad ha sido caldo de cultivo del escepticismo de algunos hacia las teorías corrientes sobre el origen de la vida y la evolución(20). En 1985 apareció Evolución, una teoría en crisis del biólogo molecular Michael J. Denton, modelo de los pioneros del DI(21). Y en 1989 aparece el
 
“diseño inteligente” (DI)(22), en Sobre pandas y personas: la cuestión central de los orígenes biológicos(23). Ese libro se distanciaba del creacionismo porque atacaba al evolucionismo sin presentar un esquema bíblico alternativo(24). Sólo hababa de diseño, diseñador y DI(25), estrategia sostenida hasta hoy por muchos defensores del DI.(26) Pero fue el catedrático de derecho Philip E. Johnson quien dio a conocer el DI con Proceso a Darwin (1991). El catedrático de biología Michael J. Behe publicó La caja negra de Darwin: el desafío bioquímico a la evolución (1996)(27), que le hizo líder del DI. Para él hay máquinas moleculares en las células cuya complejidad sólo puede deberse a un diseñador. Más recientemente, William A. Dembski, filósofo, matemático y teólogo, ha usado matemáticas y teoría de la información contra el darwinismo(28). El DI es promovido por el Discovery Institute (Seattle, EE.UU.)(29), donde participan estos autores. En 1999 se filtró su documento The Wedge Document, que podemos traducir como la “cuña”(30). Detalla un plan de 20 años para “derrotar el materialismo” clavando una “cuña” entre materialismo y ciencia para: “Sustituir las explicaciones materialistas con el entendimiento teísta de que la naturaleza y los seres humanos han sido creados por Dios.”(31) Ya en 1996 Johnson había dicho: “Esto no es, y no ha sido nunca, un debate sobre ciencia. Se trata de religión y filosofía.”(32) Como el creacionismo, el DI ha luchado por ser admitido en las aulas.(33) Pero en otoño de 2005, el juez John E. Jones III, luterano practicante y republicano, sentenció que: “La evidencia estableció de forma aplastante en el juicio que el DI es un punto de vista religioso, un mero re-etiquetado del creacionismo, y no una teoría científica.”(34) Próximo capítulo: La polémica del Diseño Inteligente Autor: Pablo de Felipe es doctor en Bioquímica, investigador, escritor y profesor de Ciencia y fe en SEUT Esta serie se corresponde con la intervención del autor en el Fórum de Apologética 2008
Referencias (1) C. S. Lewis. Apologética cristiana (1945). Publicado en: Lo eterno sin disimulo. Rialp, Madrid, 1999, p.19. (2) 1 P. 3:15. Las citas bíblicas están tomadas de la traducción Reina-Valera Actualizada. Editorial Mundo Hispano, El Paso (Texas), 1992. (3) La larga historia del “argumento de diseño” se encuentra brevemente expuesta por Michael Ruse, The argument from design. Publicado en: William A. Dembski y Michael Ruse (eds.). Debating Design. From Darwin to DNA. Cambridge University Press, Cambridge, 2004, pp.13-31. (4) William Paley. Natural theology; or, evidences of the existence and attributes of the Deity (1802). Disponible en:http://darwin-online.org.uk/content/frameset?itemID=A142&viewtype=text&pageseq=1. (5) Galileo Galilei. Carta a Cristina de Lorena (1615). Publicado en: Carta a Cristina de Lorena y otros textos sobre ciencia y religión (Moisés González, ed.). Alianza Ed., Madrid, 1987, p. 73. (6) “no se puede responder que esto no es materia de fe, porque […] sería herético el que afirmase que Abraham no tuvo dos hijos y Jacob doce, como quien dijese que Cristo no nació de una virgen, porque lo uno y lo otro lo dice el Espíritu Santo por boca de los Profetas y de los Apóstoles.” Galileo Galilei. Carta del cardenal Roberto Bellarmino a Paolo Antonio Foscarini (12/IV/1615). Publicado en: Carta a Cristina de Lorena y otros textos sobre ciencia y religión (preparado por Moisés González). Alianza Ed., Madrid, 1987, p. 112. (7) Los cálculos de Ussher aparecieron inicialmente en Annales veteris testamenti, a prima mundi origine deducti (1650) y posteriormente traducidos al inglés como Annals of the World (1658). Más información disponible en: http://en.wikipedia.org/wiki/Ussher_chronology. (8) Por cierto que esta fue la base de que los creyentes en un mundo de 6000 años (debido a una imagi-nativa y muy antigua ecuación: 6 días de creación = 6000 años de historia) afirmasen con fanfarria, y entre grandes afirmaciones de ortodoxia y fidelidad bíblica, que Cristo regresaría en 1996. ¿O es que nos hemos olvidado? Tristemente, no creo haber vivido los últimos 12 años en el Reino de los Cielos. (9) Cita completa original: “To call into existence all the variety of vegetable forms, as they become fitted to exist, by the successive adaptations of their parent earth, is undoubtedly a high exertion of creative power. When a rich vegetation has covered the globe, to create animals adapted to that clothing, which, deriving nourishment from its luxuriance, shall gladden the face of nature, is not only a high but a benevolent exertion of creative power. To change, from time to time, after lengthened periods, the races which exist, as altered physical circumstances may render their abode more or less congenial to their habits, by allowing the natural extinction of some races, and supplying by a new creation others more fitted to occupy the place previously abandoned, is still but the exercise of the same benevolent power. To cause an alteration in those physical circumstances,—to add to the comforts of the newly-created animals,—all these acts imply power of the same order, a perpetual and benevolent superintendence, to take advantage of altered circumstances, for the purpose of producing additional happiness. But, to have foreseen, at the creation of matter and of mind, that a period would arrive when matter, assuming its prearranged combinations, would become susceptible of the support of vegetable forms; that these should in due time themselves supply the pabulum of animal existence; that successive races of giant forms or of microscopic beings should at appointed periods necessarily rise into existence, and as inevitably yield to decay; and that decay and death—the lot of each individual existence —should also act with equal power on the races which they constitute; that the extinction of every race should be as certain as the death of each individual, and the advent of new genera be as inevitable as the destruction of their predecessors;—to have foreseen all these changes, and to have provided, by one comprehensive law, for all that should ever occur, either to the races themselves, to the individuals of which they are composed, or to the globe which they inhabit, manifests a degree of power and of knowledge of a far higher order.” Charles Babbage. The Ninth Bridgewater Treatise. A fragment. John Murray, London, 1837, pp. 44-46. Disponible en: http://www.google.ca/books?id=RlgEAAAAQAAJ&printsec=frontcover&dq=Charles+Babbage+Bridgewater&as_brr=1&source=gbs_book_other_versions_r&cad=3_2. (10) En la primera edición eran solamente dos, William Whewell y Francis Bacon; posteriormente añadió otra de Joseph Butler. (11) Charles Darwin. On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life. John Murray, London, 1860, 2ª ed., p. 490. Disponible en: http://darwin-online.org.uk/content/frameset?itemID=F376&viewtype=text&pageseq=1. (12) Idem., p. 481. (13) Frederick Temple. The Relations Between Religion and Science. Eight Lectures Preached Before the University of Oxford in the Year 1884. Macmillan Co., New York, 1903. Disponible en: http://www.gutenberg.org/etext/17194. (14) Benjamin B. Warfield escribió en 1911 que la evolución era “una teoría del método de la providencia divina” (On the antiquity and the unity of the human race. Princeton Theological Review 9:1-25). Disponible en: http://www.lgmarshall.org/Warfield/warfield_humanantiquity.html. (15) American Scientific Afilliation, http://www.asa3.org, y Christians in Science, http://www.cis.org.uk. (16) Charles Hodge. What is Darwinism? Scribner, Armstrong, and company, New York, 1874, p. 177. Disponible en: at: http://www.gutenberg.org/files/19192/19192-h/19192-h.htm. (17) Donald M. MacKay. The clockwork image. A Christian perspective on science (1974). IVP, Leicester, 1997, reimpresión, p. 52. (18) En 1902 ya había publicado Outlines of Modern Christianity and Modern Science. (19) United States Supreme Court Edwards v. Aguilard, 482 U.S. 578 (para más información véase: http://en.wikipedia.org/wiki/Edwards_v._Aguillard). (20) Un libro importante en la “prehistoria” del DI, es la obra de tres científicos, Charles B. Thaxton, Walter L. Bradley y Roger L. Olsen, El misterio del origen de la vida, en el que se preguntaban si el ADN no habría tenido “una causa inteligente en el principio” (Charles B. Thaxton, Walter L. Bradley, and Roger L. Olsen, The Mystery of Life´s Origin. Lewis and Stanley, Dallas, 1984, p. 211). (21) Michael Denton. Evolution: A Theory in Crisis. Burnett Books, London, 1985. (22) Sin embargo, la expresión “diseño inteligente” se remonta, al menos, al siglo XIX: “no será posible descartar la suposición de que el proceso de Evolución pueda ser guiado por un diseño inteligente.” F. C. S. Schiller. Darwinism and Design Argument. Publicado en: Humanism: Philosophical Essays. The Macmillan Co., New York, 1903, p. 141. Este ensayo apareció por primera vez en Contemporary Review (Junio, 1897). Disponible en: http://creationism.org.pl/groups/ptkrmember/inteligentny-projekt/folder.2005-09-09.5218616967/document.2005-09-09.6344206264. (23) Varios autores. Of Pandas and People: The Central Question of Biological Origins. Haughton Publishing Co., Mesquite, Texas, 1989. Para un análisis detallado de este libro y de las polémicas que lo han rodeado, véase: http://en.wikipedia.org/wiki/Of_Pandas_and_People#_ref-7. (24) “el concepto de diseño no implica absolutamente nada sobre las creencias asociadas normalmente con el fundamentalismo cristiano, como una tierra joven, un diluvio universal, o incluso la existencia del Dios cristiano. Todo lo que implica es que la vida tuvo una fuente inteligente.” Of Pandas and People, 1993, 2ª ed., p. 161. (25) Jonathan Witt. Evolution News & Views: Dover Judge Regurgitates Mythological History of Intelligent Design. Discovery Institute, 20 de diciembre de 2005. Disponible en: http://www.evolutionnews.org/2005/12/post_6.html. 26) Sin embargo, algunos creacionistas han acogido entusiastamente el DI, y no es de extrañar, dado que ciertas ideas del DI aparecían ya en el creacionismo científico. En el caso español, no hay más que comprobar la página web de la Coordinadora Creacionista, http://www.sedin.org. 27) Michael J. Behe. Darwin´s Black Box: The Biochemical Challenge to Evolution. The Free Press, New York, 1996. Edición en español: La caja negra de Darwin: el reto de la bioquímica a la evolución. Editorial Andrés Bello, Barcelona, 1999. 28) William A. Dembski. The design inference: eliminating chance through small probabilities. Cambridge University Press, Cambridge, 1998. The design revolution. InterVarsity Press, Downer´s Grove, 2004. 29) Fundando en 1990. 30) Este documento se dio a conocer en un mensaje electrónico que se puede leer en http://www.churchofvirus.org/virus.1Q99/0510.html. El documento original, del Center for the Renewal of Science and Culture (dependiente del Discovery Institute), se puede encontrar en http://www.antievolution.org/features/wedge.pdf. 31) La estrategia Wedge ha sido estudiada minuciosamente, así como la conexión entre el DI y el creacionismo científico, por Barbara Forrest: The Wedge at Work: How Intelligent Design Creationism Is Wedging Its Way into the Cultural and Academic Mainstream. Publicado en: Robert T. Pennock (ed.). Intelligent Design Creationism and Its Critics: Philosophical, Theological, and Scientific Perspectives. MIT Press, Cambridge (USA), 2001. Disponible en: http://www.talkreason.org/articles/Wedge.cfm. Recientemente Barbara Forrest y Paul R. Gross han publicado un libro dedicado enteramente a este tema: Creationism´s Trojan Horse: The Wedge of Intelligent Design. Oxford University Press, New York, 2004. Una nueva edición aumentada apareció en 2007. 32) Declaraciones de Philip E. Johnson en el artículo de Joel Belz. 30 de November de 1996. Witnesses for the prosecution. World Magazine, 11:18. Disponible en: http://www.leaderu.com/pjohnson/world2.html. 33) El Wedge Document preveía ya la necesidad de proveer “asistencia legal en respuesta a la resistencia a integrar la teoría del diseño en el currículum de ciencia de los colegios públicos.” Véase ref. 30. 34) Tammy Kitzmiller, et al. v. Dover Area School District, et al., Case No. 04cv2688, p. 43 (disponible en: http://www.pamd.uscourts.gov/kitzmiller/kitzmiller_342.pdf). Para más información, véase: http://en.wikisource.org/wiki/Kitzmiller_v._Dover_Area_School_District.

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