La presencia de Dios

Esa misma experiencia, fue la que tuvo Jacob en Betel, la presencia de Dios era tan normal y cotidiana (no se me olvida que, en aquella época, el Espíritu Santo no estaba permanentemente dentro de los suyos) que tuvo que decir: “Ciertamente, el Señor está en este lugar y yo no lo sabía”. Y... acaso no nos sucede -alguna vez- a nosotros lo mismo???... En ocasiones cantamos aquello de: “Dios está aquí, qué precioso es!!!... El lo prometió donde están dos o tres...”... Hasta ahí bien; pero... luego añadimos: “Quédate, Señor, en cada corazón.... quédate, Señor en mi”...” Perdón!!!... Pido disculpas!!!... pero, ese tipo de canciones -a veces- hasta me parecen un tanto heréticas... Es que... tenemos que invocar la presencia del Señor cuando estamos reunidos???... Es que... acaso no hay promesa de que lo está???... Y, es que.... la presencia del Espíritu Santo -en nuestros corazones- no es también una promesa y debería ser una realidad cotidiana???... Perdón nuevamente!!!... se me olvidaba que -en ocasiones- padecemos sordera espiritual o estamos, tan distantes del Señor, que casi podemos acallar su voz; pero, no podemos olvidar ni obviar, que cada creyente es templo del Espíritu Santo. Se cuenta la historia de una pareja de enamorados, que iban en un coche una noche estrellada y romántica, dispuestos a dar alas a toda su pasión... Cuando llegaron al lugar escogido, un monte apartado y solitario, desde donde se contemplaba una hermosa vista de la ciudad, encendieron la radio esperando escuchar una música suave y romántica que les arrullara; pero, en lugar de eso, se encontraron con la voz serena pero firme del mundialmente conocido evangelista Billy Graham que decía: “Dios está en todas partes... Dios está aquí... Dios está ahí donde tú estás.... Dios te está viendo... Os podéis imaginar cómo se quedaron aquellos dos jóvenes!!!... Todo su ardor, de repente, quedó hecho cubitos de hielo... y decidieron regresar...... Si, en ocasiones, nos olvidamos de que Dios es omnipotente, omnisciente y omnipresente. Si.... hombre!!!...... ya sabemos que “Dios está aquí”..... sólo que -a veces- no nos acordamos y tenemos que decir: “Quédate, Señor, en cada corazón.....quédate, Señor, en mi” Es una lástima que tengan que suceder cosas así, o... que se tenga que ir la electricidad para detenernos a pensar que Dios está siempre presente en y con cada uno de los suyos, igual que estuvo con Jacob en aquella mítica noche que marcaría toda su vida. Ojalá, tu y yo, podamos percibir la presencia de Dios en cada segundo de nuestras vidas!!!... y podamos decir, parafraseando al nieto de Abraham: “Ciertamente, el Señor está en este lugar... y yo... ya lo sabía”