Midiendo el tiempo
Puedes dejarte llevar por la sobreactividad y descuidar el tiempo devocional en familia. ¡Cuidado! Todo tiene su tiempo y para todo hay tiempo.
03 DE JUNIO DE 2023 · 23:00

En este presente capítulo de esta serie sobre plantación de iglesias en pueblos del interior de España en un entorno rural vamos a exponer la importancia de medir el tiempo. Ser sabios con el tiempo será maravilloso para la efectividad en tu ministerio. Cuando hablo de efectividad no pretendo caer en un término triunfalista, sino que a pesar de lo bueno y de lo malo tengas la paz y la convicción de que Dios está contigo sosteniéndote, amándote y guiándote.
Habrá días buenos, habrá días malos, pero en todos ellos está Dios
Al primero que escuché decir esta frase: «Habrá días buenos, habrá días malos, pero en todos ellos está Dios», fue a un gran amigo, hermano y colega de ministerio, un pastor presbiteriano de Brasil que partió muy joven con el Señor. Esa frase resonó en mi corazón y se acuñó en él. Me hace ver el tiempo de otra manera, tratar de vivir sabiendo que en todo tiempo está el Señor. El mismo Señor Jesucristo lo dijo que Él estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Y todos los días son los días buenos y los días malos. Pero por eso, debemos ser sabios a la hora de administrar el tiempo.
Cuando eres plantador en un pueblo pequeño, en una obra pionera, tratas de buscar estar mucho tiempo con la gente, y puedes caer en el error de descuidar tu tiempo de oración, devocional, lectura de la Palabra y meditación. Puedes dejarte llevar por la sobreactividad y descuidar el tiempo devocional en familia. ¡Cuidado! Todo tiene su tiempo y para todo hay tiempo.
Hay que saber leer los tiempos
En la obra tendrás tiempos donde verás muy fuerte la mano de Dios, tendrás tiempos en que te sentirás muy motivado, tiempos buenos como se les llama. Pero cuidado, no te dejes llevar por la euforia y busca al Señor siempre, no pienses que la clave del «éxito» y todas las bendiciones están en ti. No descuides la comunión en casa, esto es muy importante. A veces podemos dejar llevarnos por lo que vemos fuera, que queremos estar siempre rodeados de la gente, haciendo relaciones, teniendo buenas conversaciones, pero en eso olvidamos y descuidamos nuestro tiempo personal a solas con Dios y el tiempo con nuestra familia. Hay una tendencia que cuando la cosa va bien tendemos a olvidarnos de las cosas importantes e internas y queremos comernos el mundo. Pero cuidado, en los tiempos de bien con los de afuera tendrás también que no descuidar tu intimidad con Dios y tu tiempo en familia.
Habrá tiempos malos, donde te sentirás desmotivado, donde ni siquiera querrás salir a la calle, donde te sentirás bien encerrado en la fortaleza de tu oficina y tu escudo será decir: «No puedo, tengo mucho trabajo en la oficina». Y quizás en este tiempo estés más cuidadoso de tu tiempo de oración y devocional, y también pasarás más tiempo con tu familia, orarás más posiblemente, aunque esto no debería ser así, hay siempre que orar. Pero debes entender que con esa actitud estás siendo negligente a tu llamado, pues estarás perdiendo un tiempo valioso sin ir a los de afuera. Sí, en estos difíciles momentos también debes salir, pues quizás estando con los de afuera, Dios te use, y tu pasión vuelva a resurgir, en esos días malos también está Dios.
Dentro de cada día ten una agenda
Un arma importante para medir los tiempos, como ya he dicho en otros capítulos, es tener una agenda. Claro, incluso cuando hacemos una agenda debemos ser flexibles, pues la última palabra la tiene el Señor. Pero en esa agenda no deben faltar algunas cosas:
- El devocional diario, donde al comenzar el día, buscar estar en intimidad con Dios, donde lees su Palabra, meditas sobre las Escrituras, ora y le hablas de tus cargas. Sin esto un plantador no puede vivir, es más, sin esto un cristiano no puede vivir. Si no oras, si no lees las Escrituras, ¿qué estás haciendo? Esto es el alimento del cristiano, sin el cual no puede vivir, pues esto mucho más en un obrero.
- Tiempo de oficina, procura no quedarte corto ni abusar de este tiempo como hemos dicho antes. En este tiempo será importante para preparar tus mensajes, los estudios bíblicos y mantener reuniones online con otros colegas que te vendrán muy bien. También puede usar este tiempo para atender a los hermanos en la consejería bíblica.
- Procura sacar un tiempo también para salir a evangelizar, encontrarte con los amigos y contactos no creyentes y dejarte ver por el pueblo. No puedes pretender ser luz y quedarte encerrado en la oficina. Pero para ser luz debes también llenarte de la intimidad con Dios y de los estudios, y compañerismo con otros colegas que estén lejos quizás.
- Tiempo para la familia, este es muy importante. No te puedes dejar llevar por la sobreactividad y olvidar a los tuyos. Recuerda, el ministerio comienza en casa. Procura pasar tiempo con ellos, conversar, pasear, almorzar juntos, el devocional unidos. Si descuidas esta área puede ser fatal para los tuyos.
- Tiempo para ti, tiempo de ocio. No sé por qué hay tanto estigma con el ocio por parte del ministro, como si estuvieras que estar en una oficina, aconsejando, ministrando, haciendo culto las 24h del día, no dormir, no descansar. Esto es otro engaño del enemigo que te quiere agotar, esto es una carrera de resistencia, y como tal, necesitarás «repostar tu depósito» a diario. Debes tener en tu agenda ratos para el descanso, donde leas un libro que te haga descansar, donde puedas salir a caminar escuchando música, donde puedas ir a ver un partido de fútbol, baloncesto o vóley. Tiempo en el que cierres la agenda y sea para descasar. Tiempo donde te eches, cierres los ojos y puedas desconectar, donde te olvides de las llamadas, mensajes, etc. Tu cuerpo, tu familia, tus hermanos te lo agradecerán, porque para el tiempo de la verdad estarás al 100%.
- Si tienes hijos, busca también un momento en el día en el que sea para tu esposa y tú a solas, donde puedas hablar, donde podáis abrazaros, estar juntos. Normalmente este tiempo suele ser ya en la noche cuando los niños se fueron a dormir. Un tiempo de calidad y necesario.
Se mide administrando sabiamente
Como dijimos en el capítulo anterior. El tiempo es de Dios, Él nos lo dio para administrarlo sabiamente y siempre para su gloria. Y todo lo que hagamos sea para su gloria como dice el apóstol Pablo (1 Cor 10:31; Col 3:23-24), pero a veces confundimos los términos y como siervos pensamos que hacerlo todo para su gloria o para el Señor, es estar a «pico y pala» todo el día. Como podemos leer en Eclesiastés, todo tiene su tiempo (Ecle 3), y tiempo tenemos para ser sabios administradores de él y medirlo correctamente para no morir en el intento. Sé fiel al Señor en tiempo de trabajo, sé fiel al Señor en tiempo de descanso, sé fiel al Señor en tiempo con tu familia, sé fiel al Señor en tiempo con tu esposa, sé fiel al Señor en tiempo con tus hijos. Sé fiel al Señor porque en todos los días, en todos los tiempos, sean buenos, sean malos, Él está presente.
En el próximo capítulo hablaremos del tiempo y el trabajo, pero centrándonos a largo plazo. Como ser fiel a Dios en la plantación de iglesias y no caer en el colapso.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Libreta de un plantador rural - Midiendo el tiempo