Levítico (Torah III)

Levítico contiene un elemento de extraordinaria trascendencia: que no existe posibilidad de expiación de los pecados sin derramamiento de sangre inocente y sin mancha.

16 DE DICIEMBRE DE 2014 · 22:15

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Si el primer libro de la Torah resulta de lectura relativamente fácil y lo mismo sucede con, al menos, la primera parte de Éxodo, el tercer libro del Pentateuco constituye una obra de acercamiento especialmente arduo.

Como su nombre indica está referido en su mayor parte a disposiciones relacionadas con la tribu de Leví de la que procedían los sacerdotes de Israel.

Tras referirse a los holocaustos (Lev 1), el libro describe las ofrendas que pueden ser de paz (Lev 3), por el pecado (Lev 4) y expiatorias (Lev 5). Asimismo indica las disposiciones relativas a los sacrificios (Lev 6-7). Los capítulos 11-15 contienen diversas normativas de carácter médico que abarcan desde el terreno de la dietética (la división entre animales puros e impuros) al de la ginecología y las enfermedades contagiosas.

El capítulo 16 cuenta con una especial importancia ya que en él se establece la existencia de un Día anual de expiación durante el cual todos los pecados del pueblo deben ser cargados sobre un animal sin defecto al que se ofrece en sacrificio.

Los capítulos 18-20 contienen normas que van desde lo social a la prohibición de conductas sexuales reprobables como el incesto, el adulterio, la homosexualidad o la zoofilia (Lev 18).

Los capítulos 21-24 contienen por su parte diversos preceptos en relación con el servicio religioso y el sacerdocio.

El capítulo 25 es, al igual que el 16, uno de los más relevantes de este libro. En él se establece el hecho de que la propiedad de la tierra sólo puede atribuirse a Dios y que por tanto los hombres no pueden nunca pasar de ser sus administradores.

Además se estipula que la tierra debe descansar cada siete años y -lo que es más importante- que deben perdonarse las deudas económicas cada cincuenta años y devolverse a sus primeros poseedores la tierra que se hubieran visto obligados a vender en ese plazo de tiempo.

Las distintas medidas recogidas en esta legislación del jubileo -el año cincuenta en el que se realiza el perdón y la devolución- resultaban de una enorme importancia en la medida en que no sólo pretendían evitar el agotamiento de la tierra sino, sobre todo, impedir la acumulación perpetua de riqueza y la depauperación de cualquier sector de la sociedad.

Finalmente, los capítulos 26 y 27 están dedicados a advertir acerca de las bendiciones y de las maldiciones derivadas de servir a Dios y a dar algunas disposiciones sobre cosas que le hayan sido consagradas.

Aunque el libro puede parecer, como hemos advertido, de acercamiento difícil contiene, sin embargo, elementos que lo convierten en enormemente interesante.

Por ejemplo, nos permite comprender el por qué de la no escasa distancia que media entre la religión de Israel en la Biblia y el judaísmo posterior. Lo que eran normas reservadas a los sacerdotes inicialmente fueron aplicadas por los fariseos, primero, y el Talmud después, al conjunto de Israel lo que explica la extensión y ampliación de distintas conductas y prohibiciones.

También Levítico contiene un elemento de extraordinaria trascendencia como es el de que no existe posibilidad de expiación de los pecados sin derramamiento de sangre inocente y sin mancha.

Este principio, aceptado sin discusión por el judaísmo hasta el siglo I, entró en terrible crisis al ser destruido el Templo de Jerusalén en el año 70 d. de C., ya que no podían seguir realizándose sacrificios expiatorios.

Para los seguidores de Jesús no significó un drama en la medida en que creían que Jesús, el mesías-siervo, había sido el sacrificio expiatorio definitivo, pero al judaísmo lo obligó a buscar una salida teológica a un problema de no escasa envergadura. Por ejemplo, la celebración de Yom Kippur o el día de la Expiación desde hace siglos dista mucho de parecerse a la contenida en la Torah.

Finalmente, Levítico contiene normas de carácter social que deberían llevarnos a reflexionar actualmente. Es cierto que algunas de ellas fueron violadas una y otra vez por los gobernantes de Israel y no es menos cierto que algunos de los sabios como Hil.lel idearon medidas no pocas veces alambicadas para quitarles su fuerza, pero el texto de la Torah es claramente explícito.

Para acercarnos a Levítico, vamos a leer:

1. Levítico 16. El Día de la Expiación

2. Levítico 18, 19 y 20. Algunas normas de moral.

3. Levítico 25. Las normas sobre la tierra

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - La voz - Levítico (Torah III)