“Nuestra estrategia es win-win, es decir, amar a tu prójimo como a ti mismo”

Pedro Augusto Vidal, director de una empresa portuguesa de servicios de automatización, comparte su historia y los principios que han impulsado su negocio.

08 DE MARZO DE 2023
12:30 CET
Una reunión del equipo de trabajo de Permarind.,
Una reunión del equipo de trabajo de Permarind.

Tiempo de lectura: 12 minutos

En el área industrial de la conocida como “la Venecia portuguesa”, la bella ciudad de Aveiro, se encuentra la empresa fundada y dirigida por Pedro Augusto Vidal, Permarind. Este empresario comenzó en el sector de los servicios industriales. La excelencia y el compromiso mostrado con el cliente les ha permitido ir creciendo y expandiendo tanto sus servicios como su área de influencia.

Para Pedro Augusto, tanto la ética cristiana como los principios bíblicos han sido una fortaleza clara para el proyecto empresarial. Y esta convicción no se queda palabras bonitas: en Permarind, la Biblia y la oración están presentes en el día a día de los trabajadores, apoyan diversas iniciativas misioneras y evangelísticas y procuran que su testimonio de fe impacte en su entorno inmediato, por ejemplo, al impulsar una interesante acción anual entre los peregrinos de Fátima.

 

Pregunta. ¿Podrías explicarnos brevemente la historia de vuestra empresa?

Respuesta. Fundé Permarind hace 22 años, cuando terminé un curso de electromecánica. Empecé a trabajar en esta área y empecé a pensar en la posibilidad de realizar una iniciativa emresarial propia. Mi padre también estaba en el sector industrial, mi madre tenía también otro negocio, por lo que la cultura empresarial siempre ha formado parte de mi familia. Quería explorar la posibilidad de hacer algo propio, buscando desarrollar mis propias ideas. Ahí considero que Dios también me dio discernimiento para saber de qué forma dar este paso, para transformar lo que era una voluntad propia, un sueño, en una realidad.

Más tarde mi mujer, Carolina, también se involucró en este proyecto. Es mi amiga, mi compañera y mi mejor consejera, y está trabajando conmigo actualmente. Cuando digo que es una empresa familiar, es porque hay otras personas de mi familia involucradas, como mi hermano pequeño Tito. Todos somos profesionales que hemos podido aportar de nuestra formación para construir este proyecto.

A la vez, considero que Permarind es una familia porque muchos trabajadores son “hermanos en la fe”, de distintas iglesias y denominaciones.

“Nuestra estrategia es win-win, es decir, amar a tu prójimo como a ti mismo”

Parte del equipo de Permarind, con Pedro Augusto en el centro.

P. ¿Qué tipo de servicio realiza Permarind?

R. Nosotros damos servicio a todo tipo de empresas que necesitan equipamiento y compomentes para la automatización. Trabajamos en el área de reacondicionamiento (retrofitting), reparación de averías, neumática y capacitación eléctrica. Cualquier tipo de industria, desde la farmacéutica, energías renovables, automovilística, hidroeléctrica, porcelanas, industria alimentaria… Tanto en industria local como en industria nacional.

 

P. ¿Cuál ha sido vuestra filosofía empresarial?

“Ganar dinero rápido no funciona. Nosotros evitamos los atajos”

R. Muchas veces se nos ha dado la oportunidad de tomar “atajos”, de ser más agresivos en nuestra estrategia empresarial, pero hemos optado siempre por otra forma de hacer las cosas. Optamos por ser prudentes, correctos, no metiéndonos en negocios que a veces garantizan dinero rápido pero que pueden no ser los adecuados. Procuramos nunca tener deudas, estar al día de los pagos en todo. Ahí vemos siempre la mano de Dios.

Por ejemplo, que nunca hemos tenido que pedir un préstamo para abonar sueldos o pagos, y cuando hemos necesitado dinero, oramos a Dios y han aparecido clientes adelantando sus pagos. Siempre hemos sido autónomos, sin socios capitalistas fuertes. Ha sido siempre una construcción empresarial poco a poco, y hemos visto que Dios ha ido ayudando a que crezcamos.

Cada año hemos ido creciendo, pero no por la voluntad de hacernos más ricos, sino por la oportunidad de ir abriendo nuevas vías de negocio. Ha sido un crecimiento por necesidad. Van apareciendo más personas que quieren trabajar con nosotros, y así hemos ido creciendo.

Es parecido a como Dios trabaja con nosotros, restaurando lo que somos con nuestros recursos, sean muchos o pocos.

 

P. ¿En qué medida consideras que la fe cristiana marca vuestra forma de ser?

R. Reconozco que sin la fe no tendríamos la empresa que tenemos, con su cultura empresarial, la buena relación que todos tenemos entre nosotros, el buen ambiente de trabajo… Además, estamos en un sector muy competitivo, donde hay otras empresas que para ganar y conseguir negocio hacen cualquier cosa. Pero nosotros no, porque tenemos unos principios que nos guían. Confiamos en Dios y en que si perdemos un cliente, pero hemos hecho bien las cosas, Dios mismo será quien nos va a proveer de otros. En mi caso, nunca tuve la capacitación oficial de un título para dirigir a una empresa, sin embargo sí me siento capacitado por la sabiduría, el discernimiento que Dios nos da.

Tenemos una iniciativa diaria en la que nos juntamos todos para reuniones en las que oramos. Cada día, apuntamos los temas que involucran al futuro de la empresa. Por ejemplo, queremos ampliar nuestras instalaciones. Y hay una persona de la empresa que toma esto como tema de oración. También apuntamos cada día distintas cosas: oramos por llegar a la facturación mensual, por nuestros clientes, por nuestro testimonio, por nuestras familias, por la salud física ahora que hay muchas enfermedades típicas del invierno…

“Nuestra estrategia es win-win, es decir, amar a tu prójimo como a ti mismo”

Una vez al mes, Permarind programa una sesión de coaching con algún pastor invitado, abierta también para otros empresarios y trabajadores.

Esto forma parte de la cultura empresarial. Cada vez que entrevistamos a alguien para trabajar con nosotros, lo dejamos claro: en nuestra empresa damos importancia a orar juntos, una vez a la semana leer la Biblia -solemos leer un capítulo de Proverbios y comentarlo entre todos-, tenemos calendarios bíblicos con versículo para cada día… Todo esto empapa la forma en la que trabajamos, porque encontramos en la Biblia cosas que podemos aplicar inmediatamente en nuestra forma de trabajar, en la forma de tratarnos unos a otros. Una vez al mes invitamos también a algún pastor que quiera venir a compartir con nosotros, nos da una charla del tema que desee y después solemos ir juntos a comer.

Algo importante es que el lucro de la empresa es para el crecimiento de la empresa. No estamos buscando el beneficio por el beneficio, sino que buscamos la forma de tener un crecimiento sostenible y que redunde en ganancia para todos.

 

P. ¿Hay formas prácticas en las que también aplicáis el llamado bíblico a la ayuda al prójimo?

R. Sí, tenemos un área de acción social. La empresa colabora directamente con una iglesia en la isla de Graciosa, en las Azores, que es territorio portugués. Es una isla pobre, sin muchos recursos. Y nosotros estamos atendiendo a las necesidades que desde la comunidad evangélica de allí nos transmiten. Por ejemplo, para la recogida de materiales -ropa, calzado, material escolar…- y su envío. Es una forma de bendecir su trabajo, que también nos bendice a nosotros, porque cuando este pastor viene a Portugal nos visita, así vemos el fruto de lo que se está haciendo.

“Nuestra estrategia es win-win, es decir, amar a tu prójimo como a ti mismo”

Una furgoneta cargada con materiales para colaborar con la obra en la isla de Graciosa.

P. ¿Hay alguna otra iniciativa que te gustaría destacar?

“Dar agua a estos peregrinos es una forma de servirles como haría Jesús”

R. En mayo se produce la peregrinación a Fátima. El 3 de mayo llegan miles que pasan por Águeda. Nuestra empresa está situada justo en frente a la carretera que une Oporto con Lisboa, por la que pasan muchísimas personas caminando, a veces sufriendo temperaturas muy altas en esos días.

Yo sentí en mi corazón que teníamos que hacer algo. Hablé con mi pastor y le expliqué que pensaba llevar a cabo una iniciativa sencilla: a cada peregrino que pasara, regalarle una botella de agua y un calendario con versículos bíblicos. El primer año solo teníamos una mesa, donde pusimos el agua y los calendarios. Y nos dimos cuenta que las personas lo agradecían, que las personas se paraban a conversar, a dar las gracias, algunos incluso a contarte por qué estaban haciendo esa peregrinación.

Yo sé que estas personas no son de la misma fe que yo, pero por eso creo que necesitan conocer a Jesús. Así que esta iniciativa, que surgió hace ocho años, ha resultado en un movimiento al que cada año se unen más voluntarios, más iglesias, más entidades evangélicas que apoyan este acto de amor y misericordia como una oportunidad de servir y sembrar la Palabra de Dios. Creo que es algo que está uniendo a los evangélicos en Portugal y que Dios lo bendice, porque ayuda a que se extienda el Reino de Dios en esta tierra.

P. Con toda esta experiencia, ¿hay principios que crees que son importantes para compartir con otros empresarios?

R. Lo más importante es la fe. Vemos milagros en nuestra forma de obrar. Oramos cuando tenemos necesidades, y vemos respuestas de Dios. Ante situaciones como la crisis económica, la pandemia, y cualquier circunstancia que pueda venir, buscamos su voluntad. Hemos visto respuesta en muchas cosas, por ejemplo en que conseguimos una facturación por encima de lo que nos habíamos propuesto.

Tras la fe, diría que está la ética cristiana. Cuando nosotros decimos que somos cristianos, es porque los principios que nos da -no robar, no mentir, no “matar” a la competencia- son los que guían nuestra forma de ser y obrar. Cualquier persona que nos visita ve las Biblias, los versículos… No escondemos a nadie lo que somos. Honramos a Dios siguiendo los principios que encontramos en la Biblia, y aplicamos una ética que viene del cristianismo, no de la masonería o de una asociación de empresarios, sino de la Palabra de Dios.

“Nuestra estrategia es win-win, es decir, amar a tu prójimo como a ti mismo”

Pedro Augusto y su familia.

Esta ética es la que te hace amar al prójimo como a ti mismo, que en términos empresariales es lo mismo que procurar la estrategia win-win, es decir que el cliente gane y nosotros también. En el mundo empresarial hay principios que se aplican igual que en la vida personal. Mentir es fácil, engañar es fácil, pero por eso tenemos una ética y una cultura sana que nos protege. Por supuesto que hay desafíos, hay enemigos, hay dificultades porque no siempre las entregas son difíciles. Pero con esa ética, confiamos en Dios que es soberano y honra y bendice a quien le honra a Él.

En la pandemia, por ejemplo, nosotros conseguimos salir adelante, mientras otras empresas similares cerraban. En todo eso vemos a Dios obrar. Claro que no somos perfectos, y cuando no hacemos las cosas bien, pedimos disculpas. Pero esto lo aprendemos también de la Biblia, de la aplicación de sus principios. No somos mejores que nadie, solo que estamos en el mercado para obrar igual que en casa. No tenemos dos caras: lo que soy en casa, también lo soy en el trabajo o en la iglesia.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - La entrevista - “Nuestra estrategia es win-win, es decir, amar a tu prójimo como a ti mismo”