“Los principios bíblicos son, en esencia, principios de excelencia, prudencia y sabiduría: por eso funcionan en el ámbito empresarial”

Rubén García, CEO de Main Memory, nos da su perspectiva sobre la evolución vertiginosa del sector tecnológico, los desafíos que se presentan en el entorno económico actual y la importancia del apoyo mutuo entre empresarios cristianos.

ESPAÑA
06 DE SEPTIEMBRE DE 2022
09:39 CEST
Imagen de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@flysi3000?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Simon Abrams</a> en Unsplash.,tecnología, ordenadores
Imagen de Simon Abrams en Unsplash.

Tiempo de lectura: 10 minutos

Pocos sectores han crecido y evolucionado de forma más vertiginosa que el de la informática y la tecnología de la información. Es por eso que Rubén García, socio fundador en 1987 de Main Memory, una empresa que ofrece soluciones tecnológicas a empresas, ha sido no solo espectador, sino protagonista en un sector fundamental en el desarrollo de cualquier negocio.

En este mundo acelerado, Rubén García procura moverse afianzado en principios y valores cristianos que le permiten tomar una perspectiva realista y prudente, con confianza para entender que aunque se asomen tiempos difíciles, estos también son apasionantes.

 

Pregunta. Cuéntanos sobre tu empresa; cuál es tu cargo actualmente, dónde estáis presentes, cuántos trabajadores sois…

Respuesta. Creé junto con otro amigo una empresa en 1987 dedicada a la tecnología que se llama Main Memory. Es una empresa que tiene actualmente 70 empleados. Estamos en Madrid, Valencia, Barcelona y también con una persona desplazada en Sevilla. Nuestro negocio está en dar servicios de tecnología a otras empresas, sobre todo en España. Donde no llegan con sus servicios informáticos, por decirlo de una manera simple, intentamos llegar nosotros.

Damos este servicio a empresas medianas y grandes principalmente, que tienen una gran carga tecnológica y necesitan ayuda para ello.

 

P. Comenzasteis en el 87, y pocos sectores habrán cambiado tanto en este tiempo como el de la tecnología. ¿Cómo lo habéis vivido, en una empresa tan vinculada a este sector?

R. Internet no existía. Incluso se usaba el Fax muchísimo. El PC clásico era algo muy inicipiente. Recuerdo que entonces ni siquiera muchas personas del sector creían en el futuro del PC. Era un entorno muy nuevo. Y es curioso: hemos vivido el ver empresas que tenían a decenas de personas pasando facturas a máquina, algo que ahora se hace automatizado. Así que son saltos tremendos los que hemos vivido.

 

P. En un sector como este, entiendo que tenéis que estar constantemente renovándoos y en la vanguardia tecnológica.

R. Por una parte tenemos nosotros que apostar por la formación y mejora constante, y por otro, que las empresas a las que damos servicio necesitan que les demos un servicio certificado que vaya atendiendo a las necesidades tecnológicas que se les van pesentando. Es una constante, donde además cada vez se interrelacionan más cosas, por lo que hay que estar a la última. Antes quizá nuestra labor era más dar soporte de software y hardware, pero es que ahora se ofrece comunicaciones, ciberseguridad, middleware, etc. Es un mundo que requiere no solo conocer los productos, sino también interconectar unos con otros. Ahí está nuestro valor: que podemos solucionar cuestiones que el cliente no tiene capacidad para abordar.

 

P. En la pandemia, hemos visto a muchas empresas tener que entrar forzadamente en el ámbito tecnológico. En un sector como el vuestro, ¿en qué se ha notado?

“Se ha incrementado la necesidad de proveer de comunicaciones seguras”

R. El teletrabajo tuvo un repunte alto, aunque ahora se ha vuelto a normalizar, en el sentido que no hay muchas más personas teletrabajando que antes de la pandemia. Pero sí, hay más, y creemos que se incrementará. Esto genera la necesidad de comunicaciones seguras: dado que hay más comunicaciones, se necesita invertir en seguridad. Vemos que ha aumentado el hackeo, el phising y otros peligros que realmente necesitan soluciones. Por eso hemos aumentado los servicios de firewall para proteger a los usuarios, pero no solo en el PC, sino también en el smartphone. Es cierto que los departamentos informáticos de los grandes clientes se han ido haciendo más pequeños. Por una cuestión de costes, se ha ido necesitando un servicio más especializado, lo que ha llevado a que optimicen recursos. Así que los departamentos informáticos se han reconvertido más en un servicio de gestión o soporte al usuario, mientras que lo que es tecnología pura se ha ido derivando cada vez más a empresas especializadas como la nuestra.

“Los principios bíblicos son, en esencia, principios de excelencia, prudencia y sabiduría: por eso funcionan en el ámbito empresarial”

Rubén García, en una convención del sector tecnológico./Main Memory

P. ¿De qué manera la fe ha marcado tu camino laboral?

“La fe cristiana no es absurda o beata, sino razonable, razonada y convincente”

R. La fe es algo intrínseco a las personas. Es como cuando eres padre, es algo que siempre llevas contigo. Tu formación, tu cultura, y por supuesto, también la fe. A mí me ha marcado una serie de parámetros de confianza y líneas rojas en los que me he podido mover en comodidad. La fe es algo que me ha acompañado desde que tomé la decisión de seguir a Cristo. Creo que me ha acompañado, por eso, con cierta naturalidad. Es verdad que hay personas que les llama la atención que alguien del sector tecnológico sea creyente, y a veces me preguntan. Entonces puedo explicarles que no se trata de una fe absurda, o una fe beata, sino una fe razonada y convincente.

 

P. A veces, en el contexto de la iglesia, se ha considerado que hay cosas “de la iglesia” y cosas “del trabajo”. ¿Cómo vives esto?

R. Hace mucho tiempo decidí que vivía en lo que se llama “misión integral”: no importa si estoy en la panadería, en el gimnasio, en el trabajo o en la iglesia, en todos lados soy el mismo. Esta dicotomía, que es cierto que la hemos vivido todos, hace mucho que la abandoné. También es verdad que los empresarios cristianos hemos vivido algo estigmatizados. En las iglesias en España, quizá por herencia de una concepción católica de la pobreza, parece que no estaba bien visto. En Estados Unidos, al contrario, el hombre “hecho a sí mismo” se respeta. En cambio, aquí en España a alguien que le fuera bien el negocio se le veía como una persona sospechosa. Pero, por eso mismo, adoptamos una visión de la vida y de la misión integral, siendo cuidadosos en todo, llevando la misión a nuestro entorno. Es verdad que, como jefe, es difícil transmitir el evangelio a tus subordinados sin que haya la sensación de estar obligando a alguien a escuchar algo que no quiera escuchar. Debemos tener cuidado de no usar nuestras posiciones de liderazgo para forzar a otros.

 

P. ¿La visión integral es lo que llevaría a que los principios bíblicos se apliquen, de alguna forma, a tu empresa o trabajo?

R. Realmente, si quitamos el adjetivo “bíblico” a estos principios, nos daremos cuenta que básicamente son principios de excelencia. “Ama a tu prójimo como a ti mismo” lo dice la Biblia, pero si no lo dijera, ¿sería algo malo? ¡No! A veces los cristianos tenemos que sufrir cierto acoso y derribo de nuestra fe o nuestros valores, cuando son principios de sabiduría, de sensatez, de prudencia y de confianza en lo que creemos. A mí los principios me han servido para mucho, sobre todo cuando algún elemento turbio se acerca a ti, algo que está en un espacio de dudosa legalidad o acercándose a líneas poco claras, supuestas oportunidades de negocio que podrían tener un beneficio, pero a uno se le encienden las alarmas rápidamente por estar viviendo bajo unos principios bíblicos que te ayudan a mantenerte enfocado. También es importante la aplicación de estos principios en el trato con la gente. Ya con cierta edad, veo que también he ganado un cierto prestigio asociado a mi fe: las personas saben cómo trabajamos porque tenemos estos principios.

 

P. Sabemos que no siempre es fácil compatibilizar las diversas áreas de la vida: el trabajo, la familia, el ministerio… ¿Cómo lo llevas?

R. La respuesta sincera es que no hay manera de compatibilizarlo todo de forma correcta, siempre acabas fastidiando a alguien. Todo requiere tiempo, y aunque tengo una agenda lo más trabajada posible, sabes que son demasiadas cosas en el aire. Siempre pasan cosas que te acaban rompiendo por alguna parte. Quizá es la pregunta más difícil, porque lo intento llevar con la mayor elegancia posible, pero lo cierto es que no siempre llegas a todo. Sobre todo, con mi familia, intento compensarles en cuestión de tiempo. Si me he tenido que ir durante ciertos tiempos, luego intentamos quizá alargar algo unas vacaciones… Pero lo cierto es que siempre a uno le queda una espina, porque no es posible compatibilizar sin que alguien quede afectado. El consejo fundamental que tengo en esto, es que a veces, hay que aprender a decir que no.

“Los principios bíblicos son, en esencia, principios de excelencia, prudencia y sabiduría: por eso funcionan en el ámbito empresarial”

Rubén García, visitando las obra del Nou Hospital Evangèlic en Barcelona, del que forma parte del patronato.

P. Estamos entrando en un reinicio de temporada en España, con desafíos importantes en el ámbito laboral y económico. ¿Qué valoración haces del panorama actual?

R. Soy pesimista. Hay una guerra en Europa que se puede complicar en cualquier momento, además de la crisis energética que estamos ya viviendo; una pandemia que parece acabada pero no sabemos si podría rebrotar... todo esto genera inseguridad. Además, tenemos problemas logísticos, con una crisis de contenedores marítimos que está disparando los precios. Hay un problema con el desarrollo de chips por la falta de materia prima. En cierto momento Estados Unidos y Europa pensaron que todo el desarrollo industrial se podía derivar a China, y ahora se está viendo que no era la mejor estrategia. Además nos encontramos con un panorama plagado de desafíos geopolíticos.

“La situación económica se nos escapa tanto que debemos asumirla con la máxima prudencia posible”

Creo que China ha sido muy maltratada, porque está muy avanzada en la tecnología 5G y se le ha intentado poner obstáculos en su desarrollo y expansión. Ahora China sabe que puede parar otras cosas y podría entenderse que está actuando con cierto afán de venganza, porque algunas decisiones que toman no parece que tengan una lógica empresarial o profesional, sino geopolítica. Todo ese abanico nos trae una panorama complejo, en el que no sabemos qué ocurrirá. A nivel profesional, nosotros hemos tenido que adaptar nuestra empresa a vender menos productos y ofrecer más servicios. La idea es ver cómo va reaccionando el mercado, sobre el que no tenemos ningún control, se nos escapa tanto que debemos asumir la situación con la máxima prudencia posible. La subida del IPC de un 12 o 15 % en dos años, cuando ha subido un 5 o 6 % en los quince anteriores, plantea otro desafío. También es apasionante, pero la palabra más repetida es prudencia, porque no podemos realmente hacer otra cosa. Tenemos que ser cautelosos para cruzar la calle intentando que no nos atropelle un coche.

 

P. En tu análisis, percibo que quizá llegamos a esta situación en Europa a causa de no haber hecho bien las cosas durante los últimos años. ¿Qué perspectiva tienes sobre la pujanza de nuestro continente?

R. La Europa actual ha cambiado mucho, incluso ya se considera poscristiana. Habíamos pensado que vivir como el primer mundo sería algo permanente, pero lo cierto es que las cosas pasan cada vez más rápido, y también los ciclos. Tenemos un problema muy serio. Veremos qué va a ocurrir con África, un continente más grande que Estados Unidos y Europa juntos y con más recursos, que en cuanto despierte, también va a competir. No sé si llegaremos a tiempo, pero claramente hemos perdido posición.

 

P. ¿Cómo valoras el que los empresarios cristianos puedan tener un espacio de encuentro como es Líderes empresariales?

“La soledad del líder es complicada, es necesario un espacio de encuentro y apoyo mutuo”

R. Fui, junto a Daniel García, uno de los impulsores del proyecto. Propusimos a GBU el llevarlo adelante. Creo que no hay algo similar en España, es decir, un espacio donde altos ejecutivos, empresarios y emprendedores cristianos nos podamos unir. La soledad del líder es muy complicada, el ser creyente en este entorno laboral es complicado. Creo que es prioritario que nos encontremos y apoyemos para avanzar. Espero que las iglesias puedan percibir lo importante de que las personas empresarias encuentren este espacio para asociarse, unirse, colaborar, y puedan ayudar también a muchos otros. Soy entusiasta con el proyecto y lo que se puede hacer en el futuro.

“Los principios bíblicos son, en esencia, principios de excelencia, prudencia y sabiduría: por eso funcionan en el ámbito empresarial”

Un momento de la entrevista con Rubén García./DH

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - La entrevista - “Los principios bíblicos son, en esencia, principios de excelencia, prudencia y sabiduría: por eso funcionan en el ámbito empresarial”