El cristianismo evangélico en Chiapas (IV)

Las cuatro modalidades en el origen del protestantismo chiapaneco: Hemos hecho una apretada síntesis de cómo inicio la pluralización del campo religioso chiapaneco, mediante nuevas propuestas como la representada por el protestantismo. Preferimos en lugar de ir cubriendo cronológicamente cada zona, hacer a partir de aquí una descripción de las modalidades de origen del cristianismo evangélico en la entidad. "/>

Misioneros del sur de Chiapas

El cristianismo evangélico en Chiapas (IV)

Las cuatro modalidades en el origen del protestantismo chiapaneco: Hemos hecho una apretada síntesis de cómo inicio la pluralización del campo religioso chiapaneco, mediante nuevas propuestas como la representada por el protestantismo. Preferimos en lugar de ir cubriendo cronológicamente cada zona, hacer a partir de aquí una descripción de las modalidades de origen del cristianismo evangélico en la entidad.

03 DE MARZO DE 2007 · 23:00

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Esta modalidad se da en lugares cercanos a la frontera con Guatemala, país donde los evangélicos fueron invitados a trabajar en 1882 por el presidente liberal Justo Rufino Barrios (Deiros, 1992:686). Los antecedentes de la presencia protestante en el país centroamericano datan del periodo presidencial de Mariano Gálvez, 1831-1838, un liberal que en 1832 reformó la Constitución guatemalteca y dio lugar a las libertades de conciencia y religión (en este recuento seguimos de cerca la obra de Garrard-Burnett, 1998). Al igual que en el caso mexicano, con el ya referido colportor James Thomson, en Guatemala enviados de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera aprovecharon las nuevas condiciones de apertura para hacer su labor de distribución de la Biblia. MISIONEROS DEL SUR En 1872 llegó al poder Rufino Barrios, en marzo del año siguiente decreta la libertad de cultos y con ello abre la posibilidad para que otras creencias distintas al catolicismo romano realicen trabajo en el país. En los primeros años, después del decreto, los principales favorecidos con la medida fueron los inmigrantes, como los luteranos alemanes, que pudieron construir y abrir templos para su feligresía. Cabe mencionar que este protestantismo de inmigración no hizo labores de difusión de su credo entre los habitantes guatemaltecos. Por negociaciones directas del mismo Barrios, en 1882 tiene lugar el acuerdo con la Presbyterian Board of Foreign Missions para que sea enviado a Guatemala el pastor John Clark Hill. Al año siguiente, en un edificio facilitado por Justo Rufino Barrios, el misionero norteamericano inicia una pequeña congregación protestante. Al presidente Barrios, que muere en 1885, lo sucede inmediatamente su sobrino José María Reyna Barrios y después Manuel Estrada Cabrera. Ambos continuaron políticas favorables hacia los misioneros protestantes. En noviembre de 1886 quienes enviaron a John Hill le retiran su apoyo. El puesto vacante es cubierto por el voluntario Edward M. Haymaker, que había estudiado en la Yale Divinity School y estado por tres años en Zacatecas, México, lo que le daba la ventaja de hablar español. Haymaker se dio cuenta que el futuro del protestantismo estaba no entre la élites, sino entre “la clase más pobre que no tiene nada qué perder sobre la tierra” (cita en Garrard-Burnett, 1998:17). En 1890 la Misión Presbiteriana envió a otro pastor para ayudar a Haymaker, y más tarde a dos matrimonios y tres mujeres, dos maestra y una doctora. Con esta ayuda, Edward Haymaker se enfocó más al trabajo en las zonas rurales y preponderantemente indígenas. En 1898 inició una pequeña congregación presbiteriana en Quetzaltenango y se decidió a aprender la lengua kiché. En 1901 queda establecido el grupo presbiteriano de San Marcos, cerca de la frontera con Chiapas. Al año siguiente las distintas iglesias evangélicas con trabajo o interés de tener presencia en el país llegan a un acuerdo, en base al cual se dividen el territorio y es así que, por ejemplo, San Marcos pasa a ser zona de influencia de la Misión Centroamericana (ver mapa 3), de cuyas características nos ocuparemos más adelante. Evangélicos guatemaltecos (Abraham Quilos y Tranquilino Castillo), parece que de manera espontánea y sin contar con el respaldo de alguna agencia protestante, llegaron a Mazapa en 1901 y distribuyeron biblias. En un testimonio recogido por Aída Hernández (1994:90) se habla de un tercer distribuidor, Octaviano Hernández, quien habría sido la persona que le dejó a Pablo de la Cruz, presidente municipal de Mazapa, una Biblia.(1) Más tarde, huyendo del acoso de un militar del país centroamericano cruzan hacia México dos mujeres protestantes, madre e hija (Antonia Marroquín y Hercilia Marroquín, respectivamente). Se asientan en Mazapa y construyen sobre el fundamento dejado por los colportores nueve años antes. Las Marroquín evangelizan a de la Cruz y su familia, lo que resulta hacia 1910 en “un grupo de creyentes declarados en Mazapa” (Esponda, 1986:29). Entonces el núcleo hizo una invitación a los evangélicos de San Marcos, Guatemala, para que visitaran a los mazapeños convertidos. Como resultado de la convocatoria se domicilian en Mazapa por unos meses Flaviano Hernández(2) y Eduviges Laparra, quienes “… a más de enseñar la Palabra de Dios a los nuevos creyentes, enseñaron también cánticos cristianos e himnos, muchos de los cuales se cantan aún en el culto en forma congregacional” (Esponda, 1986:30). La primera Iglesia evangélica que se asentó en Mazapa, celebró en el 2002 cien años de presencia en ese lugar. En poco tiempo surge un grupo de creyentes evangélicos, que siguiendo el ejemplo de sus predicadores y maestros guatemaltecos empiezan a difundir la fe en localidades cercanas a Mazapa, en la llamada región de Mariscal(3). El caso de Tapachula, que corresponde por su forma de implantación original a la modalidad de este apartado, ya lo vimos antes en el presente trabajo. Ambos núcleos iniciales, Mazapa y Tapachula, fueron consolidados por misioneros presbiterianos a finales de la segunda década del siglo XX. Un personaje importante para la vinculación definitiva de los trabajos evangélicos tanto en la región de Mariscal como en el Soconusco, y de todo Chiapas, con la obra presbiteriana nacional fue José Coffin, primer pastor de la Iglesia de Tapachula a partir de 1920. Desde Tapachula visitó continuamente la célula de Mazapa y la extensión de ésta en Motozintla. Cabe subrayar en este inciso que la Biblia dejada por los colportores guatemaltecos en manos de Pablo de la Cruz fue leída por éste, y en 1902, después de la erupción del Volcán Santa María en el vecino país centroamericano, a la par del temor y la zozobra que el fenómeno causó entre la población de Mazapa, de la Cruz y su secretario que eran de los pocos que leían español (Hernández Castillo, 2001:69), en mam “comenzaron a consolarles y enseñar a la gente diciéndoles que las desgracias que estaban sufriendo no era otra cosa, sino el cumplimiento de las profecías que encerraba la Santa Biblia.(4) Estos consejos y enseñanzas dieron al pueblo en su aflicción y sufrimiento un gran consuelo. De esa manera, y por medio de un momento de aflicción, el pueblo de Mazapa entró en contactó con la Palabra de Dios” (Esponda, 1986:27). Los hablantes de la lengua mam, desde los inicios de la obra evangélica en la Región de Mariscal, encontraron en las reuniones cúlticas y de enseñanza espacios para usar su idioma sin las restricciones y abiertas discriminaciones que padecían en otros lugares. Cuando la obra de Mazapa se adscribió formalmente al presbiterianismo en 1920, los misioneros José Coffin, primero, y John Kempers, a partir de la segunda mitad de la década de los veintes, continuaron con la práctica de estimular el uso del mam entre los congregantes. Esto hizo que “…en la zona mam el presbiterianismo empezó a ser identificado como un componente de la etnicidad… los misioneros presbiterianos jugaron un papel importante en la crítica a las campañas (gubernamentales) de ‘castellanización’. Llama la atención que en contraste con las impugnaciones que se le han hecho al ‘protestantismo’, en general de que atenta contra las tradiciones culturales de la población indígena, en esta zona el presbiterianismo promovió la conservación del idioma mam y criticó las políticas integracionistas gubernamentales” (Hernández Castillo, 2001:70). Sin duda que contribuyó a la diseminación del mensaje predicado por los guatemaltecos, el hecho de que por el aislamiento de Chiapas con el resto de México, los habitantes de las regiones de Mariscal y el Soconusco estaban más cercanos culturalmente a sus vecinos de la nación centroamericana. A los de intercambio de tipo comercial, educativo, laboral y familiar entre ambas sociedades, se agregó con toda naturalidad el de tipo religioso. Es importante señalar que varios años antes de que se diera la llegada organizada de los misioneros norteamericanos a Chiapas, los procedentes de Guatemala ya habían establecido diversos grupos a lo largo de la frontera con México. Igualmente con tres o cuatro décadas de antelación al arribo de misioneros estadunidenses, trabajadores guatemaltecos evangélicos en las fincas cafetaleras del Soconusco fueron los agentes de transmisión del mensaje evangélico a trabajadores indígenas chiapanecos que se trasladaban desde Los Altos de Chiapas, y de otras zonas indias del estado, a laborar en las mismas fincas. Éstos al regresar a sus poblados fueron los primeros difusores del protestantismo evangélico. Hoy contamos solamente con vestigios que apuntan a esos transmisores, cuyos nombres e historias es necesario rescatar del olvido.
1) En su recuento Esponda (1986:26) dice que fueron Quilos y Castillo quienes le vendieron la Biblia a de la Cruz. 2) ¿Será el mismo que Hernández Castillo (1994:91) cita con el nombre de Octaviano? 3) Comprendida por los municipios de Mazapa, Motozintla, El Porvenir, La Grandez, Bejucal, Amatenango de La Frontera, Frontera Comalapa, Bella Vista y Siltepec. En la actual división político-administrativa de Chiapas se localizan en la Región Sierra (ver mapa 2). En términos de presencia indígena Hernández Castillo (2001:26) se refiere a ella como Región Mam, en la que no incluye Fontera Comalapa (ver mapa 4). 4) Es posible que De la Cruz haya tenido algún contacto con misioneros y/o creyentes de la Misión Centroamericana, dado el énfasis interpretativo de aquel en conectar los fenómenos naturales con los últimos tiempos. La Misión Centroamericana fue fundada en 1890, por Cyrus Ingerson Scofield, un dispensacionalista nacido en Michigan y cuyas notas comentadas a la Biblia se hicieron muy populares en algunos círculos evangélicos, a partir de su publicación en 1909 (Reid, G. Daniel, 1990:1057). Hasta hoy se sigue editando la llamada Biblia de Scofield. El dispensacionalismo divide la historia en periodos, dispensaciones, “en cada una de las cuales Dios revela un propósito en particular que debe lograrse durante ese periodo, al que los hombres responden con fe o con incredulidad” (Ferguson, 1992:921). Desde esta óptica nos encontraríamos en la última dispensación, antes del Milenio, y de ahí la intensificación de terremotos, huracanes, lluvias torrenciales, sequías y otros fenómenos naturales de consecuencias desastrosas.
Artículos anteriores de esta serie:
1Génesis protestante en Chiapas
2Primeras incursiones protestantes - Chiapas
3Protestantes en Tabasco

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kairós y Cronos - Misioneros del sur de Chiapas