Partido Encuentro Social: el filtro de las urnas
¿Qué sucedió con los proyectados millones de votos que los protestantes/evangélicos depositarían en las urnas para respaldar al PES?
15 DE JULIO DE 2018 · 19:00
Los votos ponen a cada uno en el lugar que le corresponde. Las elecciones presidenciales llevadas al cabo hace quince días en México arrojaron resultados distintos de los proyectados por los partidos políticos y candidatos contendientes, con excepción del ganador, Andrés Manuel López Obrador. AMLO, como también se le conoce, fue postulado por su partido (el Movimiento de Regeneración Nacional), y dos agrupaciones más, el Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social (PES), que desde su fundación se ha presentado como de “inspiración evangélica”.
AMLO sumó a su candidatura presidencial al PES, lo que le valió tanto críticas como elogios. En cuanto a las críticas, distintos analistas políticos señalaron lo que a su parecer era una incongruencia de López Obrador, ya que él se ha auto definido como hombre de izquierda y contradictoriamente con tal identificación tendía puentes para hacer causa común con quienes los críticos señalaban como fundamentalistas que se valían de vías democráticas para intentar confesionalizar al Estado en detrimento de derechos de otras minorías. Los que justificaron la alianza de AMLO con el PES consideraron que necesariamente debían realizarse alianzas amplias para enfrentar en mejores condiciones a la maquinaria político/electoral del gobierno mexicano y su brazo electoral, el Partido Revolucionario Institucional.
A finales del 2017 se multiplicaron las encuestas para conocer preferencias electorales de la población mexicana. Desde entonces los datos mostraron clara ventaja a favor de López Obrador. El candidato que encabezaba los sondeos de opinión citaba una y otra vez las encuestas que lo señalaban como ampliamente favorito para triunfar el primero de julio de 2018. Por si las dudas y calculando que en una contienda cerrada unos cuantos puntos porcentuales serían vitales, AMLO negoció le apoyaran el Partido del Trabajo (que estuvo a punto de perder el registro en el 2015 a causa de quedar debajo del 3 por ciento de sufragios requeridos por la Ley Federal Electoral), y el encabezado por Hugo Eric Flores (evangélico, pero no pastor como erróneamente han consignado varios medios informativos), el Partido Encuentro Social, agrupación que con su nombre busca identificarse con el imaginario evangélico recurriendo a un vocablo de fuertes resonancias para los creyentes protestantes. Esto porque PES evoca lo de PEZ (><>, el símbolo de los cristianos primitivos).
A cambio de ganarse el respaldo del PES, López Obrador le cedió candidaturas a las cámaras de diputados y senadores. Éstas candidaturas comunes, donde el factor principal para hacerse de votos era el Movimiento de Regeneración Nacional, benefició en gran manera al PES ya que obtuvo 55 diputaciones federales. Encuentro Social tendrá seis veces más diputados que con los que cuenta en la presente legislatura, donde tiene nueve. Dada el amplísimo margen con el cual AMLO ganó la presidencia de la República, con 53 por ciento de los sufragios y más del doble de lo obtenido por el segundo lugar (Ricardo Anaya, con 22.27 por ciento), fue más lo que él aportó al PES que éste al triunfador indiscutible de la jornada electoral.
Para dimensionar mi afirmación anterior es necesario clarificar la tendencia de los votantes que se identificaron a sí mismos como evangélicos. De acuerdo a la Cuarta Encuesta Nacional de Opinión Ciudadana, realizada por Grupo de Economistas Asociados-Investigaciones Sociales Aplicadas (GEA-ISA, empresa demoscópica con veinte años de experiencia en el campo), dos semanas antes de las elecciones la intención de voto manifestada por protestantes/evangélicos era la siguiente: Ricardo Anaya, 39 por ciento; José Antonio Meade (del gobernante Partido Revolucionario Institucional, 19 por ciento), Andrés Manuel López Obrador, 38 por ciento, y Jaime Rodríguez Calderón, candidato independiente, 4 por ciento (1).
Hago una precisión, en México es creciente el sector de quienes pudiendo identificarse como protestantes o evangélicos no lo hacen, su razón es que prefieren presentarse como cristianos porque Cristo no es religión y, en consecuencia, la tipología protestante/evangélico la consideran caduca o circunscrita a doctrinas establecidas y cerradas. Hago el acotamiento porque en la encuesta citada aparece la categoría “otra creencia religiosa declarada”, y en ella el 70 por ciento declaró que votaría por Andrés Manuel López Obrador. Cabe preguntarse si en este renglón hay un amplio porcentaje de quienes no son católicos romanos, tampoco se identifican como protestantes/evangélicos, pero sí como cristianos y que en la práctica son integrantes de movimientos neo pentecostales, neo evangélicos o post evangélicos. En buena medida el camino del PES para cumplir con los requisitos para obtener el registro inicial ante el Instituto Nacional Electoral y poder contender en elecciones federales estuvo basado en obtener las firmas necesarias y las asambleas correspondientes entre el conglomerado de los “neos” ya citados.
Tenemos entonces que los electores protestantes/evangélicos y quienes dicen simplemente ser cristianos (pero no católicos) expresaron en porcentajes muy importantes que votarían por AMLO. Los sufragantes a favor de López Obrador tuvieron como opciones en la boleta electoral para presidente de México marcarla a favor de MORENA, Partido Encuentro Social o Partido del Trabajo. Los convencidos de que el llamado partido de “inspiración evangélica” mostraría fuerza convenciendo a sus electores afines de votar por AMLO pero solamente eligiendo la opción del PES y no la de los otros partidos que postularon a López Obrador, se quedaron muy lejos de sus expectativas y previas cuentas alegres.
En términos porcentuales al PES le fue peor que en las elecciones federales de 2015 para diputados. Entonces obtuvo 1, 325, 447 votos, 3.5 por ciento de las preferencias electorales. En el reciente proceso la ciudadanía que votó en el casillero respectivo a la presidencia del país por el PES alcanzó 1, 530, 101 votos, eso representó el 2.70%. En cuanto a diputados federales Encuentro Social obtuvo 1, 353, 941 votos, o sea el 2.4 por ciento (2). Tampoco en votación para senadores el PES llegó al 3 por ciento.
Como el PES no alcanzó 3 por ciento en las elecciones para presidente de la República, senadores y diputados federales, entonces el Instituto Nacional Electoral ha nombrado interventores para iniciar el proceso de liquidación de los partidos que se quedaron por debajo del anhelado 3 por ciento, el PES y el Partido Nueva Alianza (3). ¿Qué pasó, por qué el electorado “natural” (protestantes/evangélicos) del PES no le otorgó el sufragio en el porcentaje esperado y hasta celebrado anticipadamente por los pesistas? ¿No acaso en la negociación con Andrés Manuel López Obrador el liderazgo del PES calculó (¿acaso prometió?) que le aportaría por lo menos dos o tres millones de votos?
El presidente del Partido Encuentro Social, Hugo Eric Flores, ha dado a conocer que ante tribunales electorales dará la batalla legal para que haya recuento en miles de casillas en las cuales, según él, no se contabilizaron correctamente los votos y el resultado de ello es perjudicial para Encuentro Social. Dijo confíar que en el proceso legal el PES demuestre haber superado el fatídico 3 por ciento de los sufragios ciudadanos. Es posible que tenga éxito, pero la interrogante de fondo queda, ¿qué sucedió con los proyectados millones de votos que los protestantes/evangélicos depositarían en las urnas para respaldar al PES? Las evidencias, los números, muestran que tales votos se fueron directamente a otros terrenos partidistas.
Notas
1- http://www.isa.org.mx/contenido/GIMX1806p.pdf, p. 106
2- https://www.forbes.com.mx/umbrales-y-registros-pes-y-panal-damnificados/
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kairós y Cronos - Partido Encuentro Social: el filtro de las urnas